La otra elección: la pelea bonaerense por el control de las 69 bancas de la Legislatura
La puja interna de los frentes expone además del control de los ejecutivos lo difícil que será para los espacios la conformación de las listas seccionales para la representación en ambos recintos de la Provincia.
Mientras todas las miradas están puestas en lo que será la discusión nacional y las diferentes elecciones que comenzarán a tomar forma en las provincias, la dirigencia bonaerense posa sus ojos sobre uno de los destinos más buscados por la política: la Legislatura.
Se trata, en concreto, de un destino muy solicitado por los intendentes. Y los motivos son claros: la caja política tiene otro peso. Y el nivel de exposición es mucho menor al trabajo que demanda estar en contacto permanente con la comunidad. Como le dijo una vez un exjefe comunal a este medio: “En la Legislatura trabajás ocho días al mes y en el municipio todos los días a toda hora”.
Pero más allá de la situación de aquellos jefes comunales que buscan desapegarse del distrito también están los enviados de los diferentes jefes políticos con los que cuenta cada corriente interna de los distintos frentes. De ahí que la idea de la conformación de una lista que pueda dejar a todos contentos suele ser una utopía.
En ese marco, son varios los legisladores que ya trabajan para lograr la renovación de sus cargos. Incluso aquellos que ya superaron los dos mandatos consecutivos y que, por los cambios en la ley también que restringía los mandatos indefinidos, podrán volver a presentarse.
Lo cierto es que esa puja hoy ya se da a nivel territorial en cada una de las ocho secciones en las que está dividida la Provincia y que conforman la Legislatura bonaerense. Con una particularidad: se trata de la vez que más parejo y, a la vez, más fracturada están las cámaras que la componen.
Sucede que en la actualidad, en Diputados, hay 9 bloques para 92 legisladores. Con 42 del Frente de Todos y 41 de Juntos, además de otras siete bancadas. Por su parte, el Senado muestra una paridad inédita con 23 representantes para cada una de las fuerzas mayoritarias.
En las próximas elecciones legislativas, tanto el oficialismo como el principal frente opositor se jugarán la futura gobernabilidad. Por lo que no solo se trata de ganar el sillón de Dardo Rocha, ni las intendencias sino también acompañarlo a través de la famosa boleta del medio.
En la Legislatura, el Frente de Todos pone en juego 23 escaños en la Cámara baja y otros 13 en el Senado. Mientras que Juntos, 19 legisladores en Diputados y 10 en la Cámara alta. Quienes también deberán revalidar sus puestos son los dos diputados de Espacio Abierto Juntos, el legislador de 17 de Noviembre, Fabio Britos, y Débora Indarte, la única albertista de cepa que tiene el recinto.
La mirada está puesta en las principales espadas con las que cuenta la exgobernadora María Eugenia Vidal, el ministro de Economía, Sergio Massa, y el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. Sucede que sus respectivos delfines deberán salir a renovar a través de la primera sección electoral. Desde San Fernando, Alex Campbell, y de San Martín, Rubén Eslaiman y Walter Caruso, respectivamente.
En la tercera, por su parte, quien se quedará sin representación a menos que negocie será el jefe comunal de Esteban Echeverría, Fernando Gray. Su pareja, Magdalena Goris, concluirá su tiempo en el Senado. Lo mismo sucederá con Claudia Rucci. La dirigente de Miguel Ángel Pichetto se encuentra caminando la sección en favor de Diego Santilli con el fin de asegurarse su lugar.
Desde la quinta y la séptima, el radicalismo pondrá en juego las dos bancas que ocupan sus mayores referentes en la Cámara baja: Maximiliano Abad y Alejandra Lorden. Mientras que también desde la región centro, quien habrá que ver cómo se perfila es Daniel Lipovestzky, quien hoy es precandidato a a intendente de La Plata.