Queremos que la gente se grabe los nombres de la casta sindical”. Así de tajante fue el mensaje que, según altas fuentes oficiales, busca asociar a los sindicatos de Moyano y Biró con la medida de fuerza que este miércoles frenó los trenes y subterráneos. A través de altavoces en estaciones y notificaciones en la aplicación Mi Argentina, la campaña oficial señala a los gremialistas por "defender privilegios", y desde la Casa Rosada alientan a la población a denunciar presiones al 134. Todo es parte de una estrategia que lleva la firma de Santiago Caputo, asesor de confianza de Milei, y de su portavoz presidencial, Manuel Adorni.

El mensaje, que se hizo sentir desde temprano en plena hora pico, fue claro: “Los sindicalistas no te dejan trabajar”, seguido de la atribución directa a Moyano y Biró como impulsores del paro. Sin medias tintas, el Gobierno asegura que el objetivo es que "cada argentino identifique a quienes no quieren que trabajen tranquilos", remarcando la supuesta "irresponsabilidad" de los líderes sindicales. “Esto es parte de una estrategia comunicacional para desenmascararlos, que la gente entienda quiénes son y que joden a quienes necesitan ir a sus trabajos, a turnos médicos o a hacer trámites”, reveló una fuente de Casa Rosada cercana al equipo de Adorni y Caputo.

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Franco Mogetta, el secretario de Transporte, y la Secretaría de Comunicación fueron los encargados de llevar a la práctica la iniciativa, a la que se sumó una respuesta de Adorni en redes sociales. “Mientras el país avanza, ellos retroceden”, tuiteó el portavoz presidencial desde el avión rumbo a Córdoba, donde Milei participó de un acto de la Fundación Mediterránea.

Por otro lado, el Gobierno celebró la decisión de Roberto Fernández, titular de la UTA, quien decidió no sumarse al paro de transporte de hoy, aunque el gremio fijó un paro para mañana, una decisión que podría modificarse luego de la reunión que se dará esta tarde. “A Fernández se lo puede convencer de que escuche; con Moyano y Biró es imposible”, confiaron desde el Gobierno.

Sin embargo, este tipo de mensajes no son nuevos en las campañas políticas recientes. En la recta final hacia la primera vuelta del año pasado, los seguidores de Milei y sus socios actuales criticaron duramente una estrategia similar promovida por el equipo de Sergio Massa. La “campaña del miedo”, como fue nombrada en ese entonces, incluía advertencias en estaciones sobre cómo el precio del tren aumentaría bajo Milei y Patricia Bullrich. “¿En serio están usando la plata de la gente para hacer este tipo de campaña sucia?”, cuestionó Bullrich en su momento, indignada por lo que consideró un mal uso de fondos públicos.

También existe un antecedente de diciembre pasado, al inicio del gobierno de Milei, cuando se emitieron mensajes en la app Mi Argentina orientados a evitar cortes de circulación promovidos por movimientos sociales. La iniciativa, promovida por el Ministerio de Capital Humano, también invitaba a denunciar presiones o amenazas al 134, recordando a los beneficiarios de planes sociales que no debían temer represalias si cumplían con la ley.

Mientras las aguas continúan agitadas y el paro se hace sentir en todo el país, la política de confrontación directa hacia los gremios no parece tener fin. El Gobierno sostiene que este tipo de campañas son necesarias para que “la gente identifique a los enemigos del progreso”, y en cada mensaje refuerza la idea de que el sindicalismo responde a intereses personales que van a contramano de un país que “quiere avanzar”.