Fusión, alianza o alternativa: qué hay detrás y cómo queda el PRO tras el quiebre Macri-Bullrich
Cuáles son las tres miradas hoy hacia dentro de un partido en profunda crisis. Por qué Macri midió como una victoria una implosión que podría costarle caro. Crónica de una separación anunciada.
Se trató de una final cantado. Sin sorpresas. Pero no por eso dejó de llamar la atención. El pacto era claro y consistía en que, tras la llegada de Mauricio Macri a la presidencia del PRO, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quedaría al frente de la Asamblea Partidaria. Sin embargo, y según expresaron a viva voz los fieles de la funcionaria nacional, “no se respetó la palabra”.
Macri pisó los acuerdos pasados, desconoció el apretón de manos con su correligionaria y se basó en la nueva realidad del PRO para alzarse con una victoria interna, como parte de una lectura corta, en la que impuso como titular del órgano partidario a uno de sus alfiles más cercanos: el diputado nacional y exintendente de Pinamar, Martín Yeza.
"Yo creo que hoy a los problemas que tiene la Argentina, ninguno de los partidos políticos puede hacer frente respecto a sus problemas profundos y creo que el PRO se tiene que convertir en algo que no existe, que es un partido que se resignifique, se reinvente, tome las mejores prácticas de lo que se está haciendo en distintos lugares del mundo", sostuvo el flamante titular del espacio.
Atenta a lo que se venía, Bullrich dio a conocer una carta categórica en la previa de lo que sería una caída con gusto a libertad. No solo por evidenciar todo lo que hoy la separa del expresidente de la Nación sino también por avanzar en la puesta a punto para meterse de lleno en lo que será el futuro armado político del oficialismo nacional de cara a las elecciones del 2025.
“Hoy quiero contagiar al PRO del valor que se requiere para encender los motores e ir a toda máquina”, manifestó en un comunicado directo de apoyo al Presidente de la Nación. “Decidimos apoyar a Milei y yo me juego a fondo”, sostuvo. Y agregó: ”Firmamos un contrato con la sociedad que no se puede romper. Es un contrato sólido e irrevocable".
Cabe recordar que el primer el primer quiebre interno se dio en la provincia de Buenos Aires donde, luego de encuentro entre libertarios y los dirigentes de Bullrich en Esteban Echeverría, Macri autorizó una revuelta partidaria a nivel partidario para correr del poder a la entonces presidenta, Daniela Reich, aliada de la funcionaria nacional.
Fue a través de una renuncia masiva de consejeros que dejó al partido acéfalo y que adelantó las elecciones para las que solamente se presentó una sola lista: la que avaló Macri, con Cristian Ritondo, titular del bloque del PRO en la Cámara baja del Congreso, al frente.
Con ese marco de fondo, el jefe comunal de Tres de Febrero, y referente actual de Bullrich en Provincia, Diego Valenzuela, fue claro en su posición: “No es momento de internas partidarias, es momento de apoyar con todo el cambio que votaron los argentinos”.
Camino electoral
La puja entre Macri y Bullrich es por el poder interno. Por quién lleva la batuta a la hora de generar acuerdos con el oficialismo, de qué forma y a qué precio político. El expresidente de la Nación está atento a la necesidad o no de concretar una alianza y la funcionaria nacional en un claro plan de fusión.
Lo que está de fondo son las elecciones del 2025. Y qué rol cumplirá cada partido. Milei necesita que el PRO no le recorte votos. Sin embargo, sus alfiles provinciales, según le confesó en su momento un dirigente de LLA en PBA a este medio, no están de acuerdo con la idea de que el partido amarillo se pueda colar en las listas. La lectura interna es que es demasiado precio para poco espacio.
Pero lo que también dejó a la vista la Asamblea que coronó a Yeza al frente fue el rol de la corriente interna que se referencia en el exjefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Como dejó expuesto Guadalupe Tagliaferri "ninguna de las dos opciones representa lo que siempre este espacio defendió. El PRO que fundamos fue siempre un partido moderno y alejado de todos los extremos”.
“No estamos para jugar el juego de ninguno. La Argentina está en un momento clave en el que hay que mirar del ombligo para afuera”, aseguró en diálogo con Data Clave, un referente provincial cercano Larreta. Sucede que hoy la postura de aquellos quienes se encolumnan detrás del exprecandidato presidencial es la de armar un gran frente y ser una alternativa al gobierno nacional. Algo que también buscan aquellos radicales que se identifican con Facundo Manes, la Coalición Cívica, el GEN y algo del peronismo no kirchnerista.