El radicalismo bonaerense comenzó a dar los primeros pequeños pasos de cara a lo que será el próximo año electivo. Sin embargo, no se trata de un camino sencillo. Sucede que, en la actualidad, son muchas las variables que afectan el normal desarrollo del partido centenario. Y no todas responden a las propias internas.

La UCR provincial convive, por primera vez en su historia, con el difícil desafío de ser doble oposición. Tanto del gobierno nacional de Javier Milei como también de Axel Kicillof en lo que respecta a Buenos Aires. Y en ese marco intenta reconstruir desde sus diferentes corrientes internas un armado que le permita ser una opción clara en los próximos comicios.

Pero los problemas se acumulan. Para empezar, la conducción provincial hoy no luce sólida. “El principal problema es que no hay liderazgos. Lo venimos padeciendo todos los intendentes, hasta los que juegan con Abad”, le dijo a Data Clave un jefe comunal del interior. La referencia, claro está, es al presidente del Comité provincial, el senador Maximiliano Abad.

El legislador, además, cosechó algunas críticas hacia adentro en torno a lo que fue su voto positivo en el Senado de la Nación con respecto a la Ley Bases. “No cuestiono lo que votó sino la forma. Se guardó la respuesta para el final para llevarse un protagonismo que no representa a muchos radicales”, sostuvo la misma fuente. Y agregó: “Lousteau, por lo menos, se posicionó”.

Cabe recordar que ambos dirigentes radicales escondieron su voto hasta el día del tratamiento de la Ley Bases y pusieron todas las miradas sobre ellos. Abad acompañó al gobierno nacional y Lousteau votó en contra, pero dio el quorum necesario para que el proyecto consiga la media sanción. Dos caras que, al final de cuentas, conforman una misma moneda.

Justamente, Abad, con Adelante Radicales, y Lousteau, a través de Evolución, son dos de los dirigentes en pugna por lo que será el posicionamiento de la UCR provincial en el camino a rumbo a las próximas elecciones. Las diferencias existen. Y más allá de lo que los separa hacia adentro también está la forma en la que se paran en relación al gobierno nacional.

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El otro hombre con peso propio es el diputado nacional Facundo Manes, quien hoy cuenta con un bloque propio en la Cámara baja de la Legislatura bonaerense y que tiene firme intención de mantener la base territorial lograda luego de la gran campaña que realizó como cabeza de lista en 2021.

Hoy todas las miradas apuntan hacia lugares diferentes. Pero lo cierto es que, antes de dar el paso rumbo al 2025, el radicalismo deberá elegir sus autoridades a nivel provincial. Y todos coinciden que de ahí saldrá el camino común a transitar más allá de las diferencias existentes.

La mirada de los intendentes

Detrás de la idea de acercar posiciones hacia adentro están los jefes comunales de la UCR. Una tropa de 27 dirigentes con fuerte presencia en el interior bonaerense. Agrupados en el Foro de Intendentes Radicales, los alcaldes se muestran muy activos. En lo que va del año ya organizaron tres encuentros (Tandil, Adolfo González Chaves y General Belgrano) y el próximo 26 de junio se reunirán en General Alvear.

Para algunos alcaldes la propuesta es bastante lógica para lo que se viene. Según manifestó días atrás Franco Flexas (General Viamonte) “dentro del radicalismo sería importante que se abra una nueva etapa para los intendentes”. Y reafirmó: “Es la hora de los intendentes. Ahora y para estos años que vienen, por una cuestión de territorio".

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Por eso este no será un cónclave más. Según le confiaron a este medio, y a diferencia de lo que fueron los anteriores, en los que se puso sobre la mesa las diferentes problemáticas que atraviesan los distritos, la rosca interna estará presente. “Hay que empezar a construir la estructura política y para eso necesitamos consolidar liderazgos”, le dijo otro jefe comunal a este medio. Y agregó: “Si no vamos a terminar en lo mismo de siempre: esperar que la agenda la marquen los demás".

Internas ajenas

Juntos por el cambio ya no existe. Y pese a que en algunos HCD locales se mantienen los nombres y ciertos acuerdos prestablecidos, la alianza entre el PRO, la UCR, la Coalición Cívica y parte del peronismo no kirchnerista ya no funciona como en los años del gobierno de Mauricio Macri en la Nación y María Eugenia Vidal en la Provincia. Y ni siquiera como cuando fue oposición a Alberto Fernández y a Axel Kicillof.

La distancia entre el partido amarillo y la UCR hoy es más grande de lo que parece. “El PRO siempre va adonde está el poder. Y ahora no será la excepción. Pero sé que hay dirigentes que no quieren estar en ese armado por lo que en la cancha política tenemos que volver a salir a jugar contra el peronismo”, sostuvo un intendente a este medio.

Y añadió: La falsa grieta entre La Libertad Avanza y el PJ no se sostiene porque a Milei no le interesa la construcción política. Todo va a depender de si crece o no crece Milei. Porque ahí el PRO va a tomar una decisión más concreta”.

Hoy el radicalismo entiende que para poder avanzar primero hay que renovar las autoridades y desde ahí consolidar un liderazgo que pueda conducir al partido a ser parte de un acuerdo de fuerzas conformado por un sector del PRO, la Coalición Cívica, el GEN y parte del progresismo. Sin embargo, antes de poder avanzar deberá desatar las diferencias internas que hoy no le permiten caminar hacia un mismo destino.