Denuncia de la CGT por el "Savoy-Gate" deja secuelas en el Congreso mientras debate la ley ómnibus
La central obrera aseguró que el Gobierno reúne a diputados en un hotel porteño para negociar votos que permitan la aprobación del proyecto de ley ómnibus. "El debate es de cara al pueblo. La patria no se vende", reclaman los sindicalistas. Los números ajustados si la iniciativa pasa al recinto y el rol clave de la Unión Cívica Radical.
La Confederación General del Trabajo (CGT) denunció que el Gobierno mantiene reuniones secretas con diputados nacionales en el Hotel Savoy para pedirles por la aprobación del "proyecto de ley ómnibus" que contempla una gran cantidad de reformas para desregular la economía.
El documento de la central obrera se titula “El debate es de cara al pueblo” y aseguran que hay legisladores de la oposición que asisten al alojamiento porteño para “negociar” sus votos, similar a lo que fue la “ley Banelco” en el año 2000. En ese momento Fernando de la Rúa era el Presidente y lo acusaban de haber hecho pagos a senadores del Partido Justicialista para que votaran a favor de una reforma laboral.
La CGT manifestó que “escuchamos perplejos cómo se realizan reuniones dotadas de cierto oscurantismo en lugares fuera del recinto del Congreso (el Hotel Savoy parece ser apto para ellos) entre algunos legisladores y estudios de abogados (¿?) sin saber qué se habla, aunque percibimos el para qué se habla”.
Una fuente gremial le aseguró a Data Clave que los mismos abogados que redactaron el DNU y el proyecto de ley ómnibus son las personas que están llamando a legisladores opositores para persuadirlos a que voten en favor de las iniciativas del Gobierno. Vale resaltar que, hace semanas, el propio Javier Milei trató de “coimeros” a los diputados nacionales. “Parte de esa lentitud que ponen los legisladores es porque buscan coimas”, denunció en una entrevista con Luis Majul.
La CGT plantea que “en los debates parlamentarios, la discusión en las distintas comisiones y la publicidad de cada acto son un derecho de la ciudadanía a estar informados y es un deber de los legisladores exponer esa información”.
“Que una sesión de tamaña importancia quiera realizarse un sábado sin pasar por todos los trámites legislativos previos que se enmarcan en el reglamento de discusión de leyes es una fuerte señal de, una vez más, un atropello a todo elemento republicano que se les cruce”, agregan.
Además, sostienen que “obtener celeridad para tratar una ley que ha sido rechazada en casi el 80% de sus aspectos por los distintos representantes sociales que pasaron por la discusión en comisiones suena descabellado”.
Por último, advirtieron: “Reclamamos que cada diputado y diputada haga valer los intereses de la República en pos de la salvaguarda de los derechos de la ciudadanía toda y no de los privilegios de un grupo de poder que hizo un DNU y una Ley Ómnibus a su exclusivo beneficio”.
Esta denuncia de la CGT dejó secuelas en una Cámara de Diputados que sigue debatiendo los alcances del proyecto de ley ómnibus. El jefe de la bancada de Unión por la Patria, Germán Martínez, adelantó ayer esta práctica del Gobierno con algunos legisladores.
Un diputado de la oposición le reconoció a Data Clave tener conocimiento de esas reuniones. Incluso deslizó que uno de los legisladores que fue al Hotel Savoy es un diputado de renombre de la Unión Cívica Radical cuyo apellido prefirió preservar. El rumor circuló por los pasillos.
Más allá de esta denuncia, lo cierto es que la oficina de Martín Menem tiene actividad periódica con reuniones junto a los diputados de otros bloques, en especial de los opositores que aún no tienen definida su postura respecto de los alcances del DNU. La UCR, por ejemplo, se mostró predispuesta a acompañar en la medida que se eliminen los artículos que establecen aumentos de retenciones o derechos de exportación y la eliminación de la fórmula jubilatoria.
Martín Lousteau, presidente del Comité Nacional, advirtió sobre este tema en Radio Mitre: “No podemos poner a los jubilados a merced de la situación fiscal de la Argentina. Con el bono llegan a $160.000, ¿cómo van a pagar los medicamentos?”.
El problema que tiene La Libertad Avanza en estos momentos es la falta de un interlocutor. Esto se debe a que Milei viajó al Foro de Davos junto a su hermana Karina y son las dos personas que definan hasta dónde se pueden aceptar modificaciones al proyecto original. Solamente un ministro de los ocho que hay en el gabinete se ofreció a acercarle a Milei los reparos de los bloques opositores para aprobar el proyecto.
Ese ministro que se ofreció a llevarle las modificaciones a Milei también le dirá que hay un claro riesgo de un rechazo en Diputados si no se hacen algunos retoques. Principalmente son los cambios que exige la UCR vinculado a retenciones y la fórmula de movilidad jubilatoria. Antes de viajar al exterior, el libertario había advertido que esos dos puntos son centrales para su apuntalar su gestión. ¿El Presidente cederá ante el Congreso? ¿Y si vuelve a tomar forma la idea de un referéndum?