Cuando las fuerzas del cielo bajan a la tierra y se mezclan con decisiones de gobierno
Mediums, parapsicólogos, videntes, tarotistas: a lo largo de la historia muchos dirigentes consultaron a estos personajes para saber qué podría deparar el destino o los astros. Desde Churchill a Hitler, desde los zares hasta Carlos Menem o Jair Bolsonaro. En Argentina, dos presidentes tuvieron absoluta dependencia de lo mágico: María Estela Martínez de Perón con José López Rega, el "Brujo" que llegó a ser una especie de superministro y a dirigir la criminal organización "Triple A". Y Javier Milei, quien gobierna de acuerdo a "Las fuerzas del Cielo", sin que sepamos bien en qué consiste ni cómo llegan a la Tierra y sobre todo, qué acciones se emprenden en consecuencia.
"¡No te vayas, Faraón! ¡No te vayas, Faraón!" gritaba una, dos, cien veces con su vocecita aguda, mientras sacudía por los pies el cuerpo muerto del hombre. Hacía ya varios minutos que la vida había escapado de quien fue el argentino más importante del Siglo XX, pero nadie se atrevía a interrumpir la escena, ni acallar los grititos histéricos del que por entonces era el integrante más temido de un gobierno que con la muerte del líder, se caería a pedazos.
Era pasado el mediodía del lunes 1 de julio de 1974. En el dormitorio presidencial de la Quinta de Olivos. Juan Domingo Perón había muerto y quienes rodeaban la cama donde yacía, lo sabían. José López Rega, sin embargo, se negaba a admitirlo y ejercitaba un ritual en el que pretendía infundir con su propia alma al espíritu vencido por la muerte. ¡No te vayas, Faraón!, le ordenaba.
Es que para López Rega, conocido también como "Lopecito" o "El Brujo", él y Perón se habían conocido en el antiguo Egipto, cuando el presidente argentino era el máximo mandatario del Nilo y se llamaba Pe-Rón y el cabo de la policía un hechicero de la corte. Sucesivas encarnaciones, según él, los habían hecho coincidir en diferentes momentos de la historia y en distintas partes del mundo, en las que mantuvieron una relación simbiótica en la que uno simbolizaba el pensamiento y el otro la acción, aunque nunca quedara claro quién hacía qué.
En 1965 el destino nuevamente los había cruzado, aquí y ahora. Y fue a través de María Estela Martínez de Perón, la tercera esposa a quien muchos conocían como "Isabel". Ese nombre, precisamente, era mucho más que un seudónimo artístico, era el modo de llamarse que había adquirido por mandato del más allá, cuando ella concurría a las sesiones espiritistas de la Escuela Científica Basilio junto a José Cresto, una suerte de padre adoptivo quien junto a su mujer, la cobijaron cuando la joven Martínez llegó a la Capital desde su La Rioja natal.
Isabel y José López Rega se conocieron en 1965, cuando ella vino desde España como emisaria de Perón, para entrevistarse con múltiples referentes. Precisó custodia y apareció López Rega, con quien hizo migas de inmediato, precisamente, por los múltiples amigos en común vinculados al espiritismo.
Desde entonces, no se separaron más. Él se fue a España con ella, y fue sumando poder desde las primeras insignificantes tareas domésticas hasta las más profundas decisiones de estado, cuando llegó al gobierno como el tercero de un matrimonio presidencial.
López Rega no tenía ningún tipo de formación más allá de la elemental. Había sido cabo de la policía, y su mayor anhelo pasaba por ser cantor de boleros. Trajinaba las emisoras de radio con un disco de pasta bajo el brazo para difundir sus canciones, o para cantar en vivo en los estudios, algo muy común en las décadas previas a la televisión. Su altura no ayudaba y era su complejo: era demasiado bajo y retacón para dar el salto -como pretendía- de la radio al cine, y tampoco tenía dotes actorales.
Paralelamente a su trabajo como cabo de policía, empezó a interesarse por la mediumnidad y a verse a sí mismo como a un ser esencialmente espiritual, que podía leer los mensajes que enviaban seres del más allá, a los carnales del más acá. Se hacía llamar "Daniel" en clara alusión al profeta, y sostenía que como él, su misión era aplicar su sabiduría a salvar a una mujer casada, como la esposa de Perón.
La analogía con el profeta era constante, solía decir que Daniel -que había salido intacto de la jaula de los leones a donde había sido arrojado- fue el más sabio de la corte de Nabuconodosor, el único que supo interpretar los sueños del rey y guiar sus actos y por eso llegó a ser primer ministro. Fue quien también bautizó a Perón como "león", y fue el mismo líder quien en broma tomó el mote y dijo luego que solo era un "león hervíboro". Todo esto podría resultar hasta gracioso, si no hubiera traspasado las fronteras del bar de su barrio, donde solía contar acerca de sus dones espirituales y de su destino prefijado con el peronismo: había nacido un 17 de octubre.
En 1957 escribió su primer libro, un folleto mecanografiado sobre astrología, en hojas tamaño oficio abrochadas con una cartulina celeste en la tapa, que llevaba siempre el dibujo de las manos en oración. En 1962 publicó otro en la imprenta donde trabajaba, "Suministros Gráficos", de más de setecientas páginas: "Astrología esotérica, Secretos develados". Como escritor, López Rega colocaba frases y párrafos entre signos de admiración, y utilizaba letras mayúsculas para enfatizar una palabra, casi como un tuitero actual: "¡No he jurado CALLAR ante nadie y por el contrario mi misión es servir a la HUMANIDAD a plena cara descubierta!"
Tomás Eloy Martínez lo describe: "Un feligrés de las ciencias ocultas que buscaba la aprobación del General para su difusa doctrina espiritualista, que entretejía el iluminismo Rosacruz y la alquimia de Paracelso con los rituales brasileños de umbanda". Miguel Bonasso dice que "su objetivo último era fundar una religión para el Tercer Mundo, de la que él sería a la vez pontífice y profeta". Martínez cita a López Rega en "Cartas al General": "Yo soy el pararrayos que detiene todos los males enviados contra esta casa. Cada vez soy menos López Rega y cada vez soy más la salud del General", practicaba sobre el cuerpo de Perón lo que hoy se conocería como reiki, la misma disciplina que recibe el actual presidente por parte de quien conoció en el ejercicio de ese método y hoy es quíntuple ministra: Sandra Pettovello.
Después del regreso de Perón a la Argentina, siempre se veía a López Rega parado a un costado cuando el General o Isabel hablaban en la televisión. Durante un discurso de Isabel, de pronto es posible notar que los labios de López se mueven y hacen los exactos, precisos movimientos que hacen los de Isabel. O le dicta, o sabe de memoria lo que dirá. No repite, preanuncia.
López Rega tuvo un saber y un poder hacer. Aunque todos los relatos sobre él aluden a sus torpezas, a su ignorancia, a sus delirios o incluso al sistema criminal que montó; detrás de las todo eso hay una eficacia que pocos supieron ver: como en otros momentos, lo absurdo parecía tan banal que solo se atinó a desdeñarlo o a burlarse, hasta que la máquina se puso en marcha y fue demasiado tarde.
Cuando Perón murió, López Rega continuó su ascenso, hasta llegar a maltratar a la propia Isabel en presencia de testigos. Un mes después, el 31 de julio, la Triple A comenzó a gestar su fama con el asesinato del diputado Rodolfo Ortega Peña. En agosto, removió de sus cargos a los ministros Taiana, Llambí, Robledo y Abras, que fueron sustituidos por lopezreguistas como Oscar Ivanisevich, José María Villone y Adolfo Mario Savino. Entretanto, la Triple A multiplicó muertos y exilados. En octubre renunció el ministro de Economía José Gelbard, luego de padecer las amenazas directas del superministro José López Rega.
En reemplazo de Gelbard asumió Celestino Rodrigo, un viejo conocido de López Rega por compartir reuniones esotéricas en el Movimiento Rosacruz. Curiosamente sería también Rodrigo quien por entonces propiciaría la llegada a la Argentina de la secta "Los Niños de Dios", de la que era financista. La secta, que en la década del 80 sería denunciada por casos de pedofilia, tuvo hasta el inicio del siglo XXI fuertes vinculaciones con sectores empresariales y de gobierno que aún están en primera plana.
La Triple A, la organización parapolicial creada por López Rega hacía uso del arsenal que solía guardarse en el mismo Ministerio de Bienestar Social que el Brujo dirigía. Los crímenes fueron muchos más, posiblemente, de los registrados: cualquiera entraba en la categoría de "zurdos" o "bolches" y eran previamente marcados por los medios de prensa propios que tenía el movimiento, entre ellos, la revista "El Caudillo", que publicaba notas absolutamente violentas que señalaban a las próximas víctimas, o listas completas. Era frecuente también que diferentes blancos (artistas, periodistas, políticos, empresarios) recibieran en su casa una nota conminandolos a irse del país en 48 horas, con la "advertencia" firmada con tres A. ¿Cómo sería el método de esa "mano de obra" en tiempos de redes sociales?
"El Brujo" tuvo que dejar el país luego de sembrarlo de cadáveres. Nadie previó que eso fuera posible antes de julio de 1974, cuando solo era un personaje pintoresco, un exótico, un tipo que decía recibir poderes y saberes de fuerzas celestiales que transmitía a los dos presidentes con los que interactuó, casi como si fuera de la familia.
Fue un actor aislado de un tiempo enloquecido? no. La afición de los personajes del poder por las cuestiones esotéricas no son nuevas ni exclusivas. Quizá el epítome fue Lopez Rega, pero la historia -como las personas- suelen girar para volver a pasar por el mismo lugar.
Javier Milei y las Fuerzas del Cielo
Nunca, de todos modos, en la historia argentina lo místico y esotérico estuvo tan presente en un discurso presidencial como en el de Javier Milei. Si bien el antecedente de López Rega es insoslayable y tiene paralelismos asombrosos, no era presidente y no hablaba de estas cuestiones en público y al país.
"Las fuerzas del cielo", citas del Antiguo Testamento, la mirada binaria del mundo entre el "zurdos y gente de bien" de modo religioso, referencias a un "Principio de Revelación" que nadie conoce pero que ejerce como tablas de su ley son mensajes constantes y públicos, en discursos, reportajes y redes, y se replican profesionalmente, como algo incuestionable, incluso por otros referentes políticos y de gobierno.
Además, comentaría entre amigos que tiene "línea directa con el Número 1" en referencia a Dios, habría confesado haber visto tres veces a Jesús, habría dicho que conoció a su perro Conan hace dos mil años en el Coliseo Romano, cuando él era gladiador y el perro, león, según el libro "El Loco", de Juan González. Y la lista sigue: de hecho su exnovia, Fátima Florez, decidió corta la relación sentimental con el presidente por consejo de su tarotista personal, quien incluso la acompañó hasta Miami para anoticiar al novio.
Por otra parte, lleva al plano gubernamental a sus mediadores con el plano místico: recompensa a su reikista con la dirección de cinco ministerios unificados, y eleva a la Secretaría de Estado a su hermana, quien hasta la llegada al gobierno no solo era pastelera, sino su medium personal que lo conecta con su perro muerto, Conan quien, a su vez, lo asesoraría en cuestiones de Estado.
La influencia de Karina Milei sobre las decisiones de gobierno es incuestionable, como incuestionable es que muchas de esas decisiones están signadas por la lectura de las cartas de tarot, en lo que es experta. Nombramientos, despidos, decretos, comunicados, están signadas por los arcanos. El uso de las redes sociales, por una troupe de tuiteros a sueldo, está disponible para atacar a cada señalado como "traidor" a la causa mileísta. Una versión 2.0 de aquél grupo parapolicial que atacaba "zurdos" a través de las páginas de "El Caudillo" o por esquelas bajo la puerta. Hoy es por X o por los medios de propaganda-periodísticos afines.
Otros líderes
Bien es sabido que buena parte de quienes ejercen el poder, tienen algún tipo de interés por las ciencias ocultas o el misticismo. Mauricio Macri, por caso, hizo "limpiar" con un chamán toda la Quinta de Olivos antes de habitarla, para quitar las "malas vibras" del lugar.
En el funeral de Perón habló Carlos Saúl Menem en representación de los gobernadores. Dieciséis años después él también llegaría a la presidencia, y su afición por los oráculos, el tarot y la mediumnidad fue harto conocida, sin que se haya podido comprobar que tomara decisiones en función de ello. Incluso varias "brujas" hicieron carrera y embolsaron dinero y fama presentándose como las mediadoras del riojano con el más allá, como Blanca Curi. Más en las sombras, Azucena Agüero Blanch, una vidente mendocina que solía predecir la muerte de los demás.
Emilio Eduardo Massera, uno de los seres más siniestros que asolaron el país, también tenía a su astrólogo personal: Luis Sobrino Aranda, quien también fue diputado por Santa Fe y alardeaba, entre sus allegados, de haber sido consultado por los militares peruanos para el golpe encabezado por Juan Velazco Alvarado. Según Sobrino, los astros eran propicios el 3 de octubre de 1968. Ese había sido el día del golpe. Voltear gobiernos no era solo una cosa de armas sino también de ubicación de los planetas. Fue quien, además, habría sido uno de los nexos del marino con Licio Gelli, líder de la Logia P-2. Daniel Cecchini, para Infobae, da cuenta de que Sobrino Aranda vive en Rosario. En 2016 advirtió que Plutón traería problemas al gobierno argentino de Macri en 2017 y 2018.
Jair Bolsonaro era asesorado por el vidente y filósofo new age Olavo de Carvalho, un exmilitante comunista, quien se transformó en católico y ultraconservador, conocido por sus fuertes declaraciones en redes sociales. Fue el guía espiritual del exmandatario e, incluso, incidió en el nombramiento de algunos ministros. Carvalho falleció en 2022 de covid, luego de haber hecho una constante campaña como negacionista del virus, que influyó considerablemente en la decisión de Bolsonaro de comprar tardíamente las vacunas necesarias.
"Nos deja uno de los mayores pensadores de la historia de nuestro país, el Filósofo y Pensador (con mayúsculas) Olavo Luiz Pimentel de Carvalho. Olavo fue un gigante en la lucha por la libertad, un faro para millones de brasileños", escribió Bolsonaro en X, para despedir al hombre que le decía cuándo y como tomar decisiones de acuerdo a la posición de los astros.