La DEA, narcos colombianos, emprendimientos millonarios, espionaje, coimas en dólares, un conocido ex futbolista, funcionarios argentinos y agentes de la justicia denunciados. Podría ser una tentadora propuesta de Netflix. De esas series que la propia plataforma presenta como “dignas de maratón”. Pero no. Esta vez no hay estrellas de Hollywood en el medio. Es un resumen de los últimos años en la vida de Mateo Corvo Dolcet, procesado por supuesto lavado de dinero del narcotráfico. 

Corvo Dolcet tiene 56 años y es abogado egresado de la Universidad de El Salvador. Ejerció el derecho hasta 2007 y desde entonces se dedicó de lleno a los negocios inmobiliarios. Entre finales de 2017 y principios de 2018 estuvo más de cuatro meses preso en Marcos Paz y espera un juicio oral que, por ahora, no tiene tribunal.  

“A nadie le importó un carajo lo que yo tenía para decir. Desde una ministra de la Nación para abajo todos repitieron mentiras. Bullrich lo vendió como el golpe más grande de la historia argentina contra el narcotráfico y el lavado de dinero, toda la prensa lo difundió como cierto y no hubo un solo periodista que me toque el timbre. Ni uno solo que me llame. Es una locura. A nadie se le ocurrió preguntar que tenía para decir el gran delincuente Corvo Dolcet. Fue la maquinaria de propaganda de un gobierno decidido a instalar como cierto algo que es falso”, contó a Data Clave en entrevista exclusiva. 

Corvo Dolcet había encarado un pretencioso proyecto: la multimillonaria inversión que buscaba poner en marcha “Pilar Bicentenario”, una imponente central de transbordo de pasajeros que incluía una estación de tren, un amplio edificio de cocheras y una terminal de micros de corta, media y larga distancia. Una arteria entre el norte del Gran Buenos Aires y la Ciudad que podría haber cambiado la vida diaria de muchos pero que hoy está completamente paralizada. “Al principio, cuando me detuvieron, creí que venían por mi negocio de la conexión entre Pilar y Retiro”, relató. 

Contaba con una larga lista de accionistas entre los que se encontraba “El Árabe” José Bayron Piedrahita Ceballos, empresario colombiano y ex informante de la DEA con pasado vinculado a la Oficina de Envigado, la organización criminal que funcionó como “heredera” del Cartel de Medellín. Estados Unidos intentó capturarlo desde 1996 y logró hacerlo en 2017, por el pago de una coima que se registró en 2010. La justicia argentina emitió la orden de detención pero Piedrahita ya cumplió condena y nunca volvió a nuestro país.

Además del empresario argentino, está procesado por sospechas de lavado el ídolo de Boca, Mauricio “Chicho” Serna, en tanto que la viuda de Pablo Escobar Gaviria, rebautizada en Argentina como María Isabel Santos Caballero, y su hijo Sebastián Marroquín son los apuntados por funcionar como nexo con el dinero colombiano. 

El juez a cargo de la investigación fue Néstor Barral, de la justicia federal de Morón y los fiscales fueron Sebastián Basso (Morón), Gabriel Pérez Barberá (Procelac) y Diego Iglesias (Procunar), además del ex titular de la Unidad de Información Financiera (UIF) Mariano Federici. “Ellos armaron la causa, hubo forum shopping, inteligencia y mucha información falsa que se repitió”, señala Corvo Dolcet. 

Data Clave: ¿Cuál es su situación actual?

Mateo Corvo Dolcet: Espero el juicio oral, mientras soporto una causa artificialmente armada con el objetivo de favorecer una negociación que la DEA tenía en Colombia con José Bayron Piedrahita Ceballos. Al juez y al fiscal jamás les interesó conocer la verdad. Inventaron una historia. Bullrich y Federici en conferencia de prensa vendieron que yo era el representante argentino de una organización internacional de venta de estupefacientes. Dijeron que yo lavaba los dineros sucios provenientes de Colombia de esa supuesta organización liderada por Piedrahita. Eso es mentira, un invento de principio a fin. Presentaron a Piedrahita como el patrón de todos los patrones de la droga y a él lo detuvieron por pagar una coima, no por narcotráfico. 

DC: ¿Y la justicia argentina supo que no lo detuvieron por narco?

MCD: Claro. La detención de Piedrahita fue a través de una circular roja de Interpol. Esas circulares se comunican a todos los países miembros, entre ellos Argentina. Quiere decir que acá supieron que a Piedrahita no se lo detenía por narco, sino por coimero. Patricia Bullrich era la responsable de Interpol Argentina en ese momento. Al día siguiente de recibir y ocultar esa circular roja, se plantó en una conferencia de prensa y le mintió a todos los periodistas diciendo que se había logrado desarmar una organización internacional de narcotráfico.

José Bayron Piedrahita Ceballos, alias "El Árabe".

DC: Pero entonces ¿quién es Piedrahita Ceballos? 

MCD: Piedrahita era un reconocido empresario ganadero. Tuvo un pasado vinculado al narcotráfico, dejó esa actividad y se convirtió en empresario. Cuando yo lo conocí era dueño de la principal empresa de subasta de ganado y de la principal exportadora de cueros Colombia. Viajaba por todo Europa con su nombre y apellido, moviendo su dinero en cuentas declaradas. Era un empresario que 30 años atrás había estado vinculado al narcotráfico pero a mi me lo presentaron como lo que era, un empresario. Me compró una cantidad minoritaria de acciones de mis empresas. 

DC: ¿Y esas empresas eran reales?

MCD: Por supuesto. Entre las mentiras que dijeron Bullrich y compañía, dijeron también que mis empresas eran fantasmas y se armaban para lavar dinero. Eran empresas absolutamente reales, anteriores a conocer a Piedrahita y con otros 99 accionistas. A mi Piedrahita Ceballos me compró una porción minoritaria a su nombre, no a nombre de alguien más o de una sociedad offshore, a través de transferencias bancarias que nunca nadie objetó y que pasaron por bancos norteamericanos y por el Banco Central de la República Argentina. Los contratos que firmamos se inscribieron en libros societarios y se denunciaron ante la AFIP y la IGJ. No hubo ninguna intención de ocultar algún supuesto origen ilícito del dinero. Todo, además, auditado por la prestigiosa empresa PwC, que no observó ninguna operación sospechosa ¿Que lavado de dinero pudo haberse hecho?

DC: ¿Qué fue lo que pasó entonces?

MCD: Argentina se utilizó como un teatro de operaciones para que la DEA pueda cerrar un acuerdo con Piedrahita. Mientras él está libre en su país y sin ningún tipo de embargo sobre sus bienes, yo estoy con todo mi patrimonio embargado a la espera de un juicio oral. El juez Barral y el fiscal Iglesias cometieron delitos y armaron esta causa. Lamentablemente fui un daño colateral. Piedrahita llegó a un arreglo cuando nosotros, con mi esposa, ya nos habíamos comido todo el proceso en Argentina. Él no tiene causas por narcotráfico en ningún país del mundo. Fue condenado por una coima de 20 mil dólares que pagó en el año 2010 a un agente estadounidense. Le hicieron un juicio abreviado para cubrirse las espaldas por el armado ilegal del que son responsables. 

DC: ¿Cómo conoció a Piedrahita Ceballos?

MCD: Me lo presentó en 2008 Maria Isabel Santos Caballero, la viuda de Pablo Escobar. Por ese entonces se dedicaba a los negocios inmobiliarios en Argentina. Me presentaron a él y a otras siete personas dispuestas a invertir en mis negocios, todas sin reproches. Me lo presentan como un empresario ganadero, que había venido junto a un contingente de colombianos a nuestro país. No tenía antecedentes, nunca había sido condenado por narcotráfico. Todas las agencias de su país lo dejaban circular sin problemas, nunca le objetaron nada. ¿Cómo tengo yo que sospechar que más de 20 años antes de conocerme había tenido alguna vinculación con el tráfico de drogas?

DC: ¿Y usted conocía la historia de Santos Caballero, que era la viuda de Escobar?

MCD: Si, por supuesto. A ella la había conocido trece años antes, cuando ella vino a Argentina. En ese momento yo me dedicaba a mi profesión de abogado y así la conocí. Quiso contratarme como abogado y no me interesó. Yo me dedicaba al derecho penal y ellos necesitaban alguien especialista en derecho societario. Recién en el año 2007 me reencontré con ella en una exposición, me comentó lo que estaba haciendo y ahí me ofreció intermediar para presentarme inversores a cambio de una comisión. 

Santos Caballero y Marroquín, viuda e hijo de Pablo Escobar, que cambiaron sus nombres cuando se instalaron en Argentina.

DC: ¿Con Chicho Serna, otro de los imputados, tiene alguna relación?

MCD: Absolutamente nada, cero. Es inexplicable lo que hicieron con Serna. Le imputan que le vendió a Piedrahita bienes subvaluados que luego me pasó a mi a valor real. Dicen que con esa maniobra Piedrahita ganó una diferencia. Después de eso dijeron que en realidad el dueño de lo que vendió Serna era otra persona colombiana buscada por la ley (NdR: el jefe narco Carlos Mario Aguilar, lider de “La Oficina de Envigado”). Pasó de vender bienes subvaluados a ser un testaferro, que aunque suene a una mala palabra tampoco es un delito en sí mismo. No hay delito. 

DC: ¿Y nunca a sospechó del dinero que había invertido en su negocio podía venir de las drogas?

MCD: Mi duda fue en ese momento “con quién carajo me asocié”. Si la ministra de seguridad, el titular de la UIF, un juez, tres fiscales, los periodistas y todo el mundo está diciendo que el tipo es el patrón del mal, era evidente que había una doble vida. La que yo conocí, de empresario, y una vida oculta que era esta. Yo también me comí esa historia en un momento. Cuando salí en libertad empecé a indagar. No hizo falta ser Sherlock Holmes. El primer día encontré un documento de la Fiscalía Nacional de Colombia que decía que había reconocido al conocido empresario por una coima, no por narcotráfico. No había ni siquiera una causa abierta sobre narcotráfico. Pero inventaron una fiscalía que supuestamente lo estaba investigando. Todo esto registrado en documentos que el juez Barral y el fiscal Iglesias se niegan a sacar a la luz porque saben lo que les pasa a los que arman causas. No es gratis. 

DC: En una denuncia que presentó contra juez y fiscal, aparece mencionado Marcelo D'Alessio ¿Cuál era su rol?

MCD: Era un inorgánico de la AFI y trabajaba para la DEA. D'Alessio fue el que generó la información ilegal de inteligencia que le sirvió a la DEA para presentarse y elegir al fiscal tenía que ser Diego Iglesias, de la Procunar, que es la figura clave de todo esto. Así como hay un Stornelli en la causa de Dolores hay un Diego Iglesias acá. D'Alessio tuvo un rol preponderante. Esto está probado en el juzgado de Ramos Padilla. Hay audios que lo comprometen, en los que con su propia voz cuenta cosas que solo podría conocer por los informes truchos de inteligencia, porque son cosas que no son ciertas y sólo figuraban ahí. 

DC: ¿Y, según su versión, los medios simplemente repitieron esas mentiras?

MCD: Los medios jugaron fuerte a creer que esto era cierto. No es contra ellos. Desde el juzgado les llegaba un dictamen y lo publicaban. O desde el ministerio de Seguridad. Ellos creyeron, o le estaban haciendo algún favor a la embajada, a la DEA, no lo se. Hay todo un ecosistema que se dedica a eso. Yo no tengo ningún problema con que los periodistas quieran atender esos favores, o si los políticos lo quieren hacer y se quieren disfrazar de vaqueros y festejar el 4 de julio. Pero que no sea a costa de los ciudadanos argentinos.