Ángelo Calcaterra, el empresario y primo de Mauricio Macri, vuelve a estar en el centro de la escena judicial. La Cámara Nacional Electoral (CNE) acaba de poner en duda su declaración en el marco de la Causa Cuadernos, donde aseguró que los pagos que realizó no eran sobornos, sino aportes de campaña para las elecciones del 2015. Sin embargo, según la reciente resolución del tribunal, "no hay referencia o constancia alguna del supuesto aporte para la campaña", desmintiendo la defensa que le permitió ser desvinculado de la causa.

Este revés llega justo después de que la Cámara Federal de Casación fallara a favor de Calcaterra y de Javier Sánchez Caballero, ex CEO de IECSA, al trasladar su caso de la justicia criminal a la electoral, con el argumento de que los pagos registrados no eran coimas, sino contribuciones al Frente para la Victoria (FPV). Pero ahora la CNE encontró que esos desembolsos, que en su momento justificaron como aportes de campaña, no están respaldados por los registros oficiales.

La Cámara Electoral revisó las rendiciones de cuentas del FPV para la campaña presidencial de 2015 y determinó que, tras nueve años de investigación, no se hallaron pruebas concretas que vinculen los pagos de Calcaterra con los fondos de la campaña. De hecho, la CNE ya había desaprobado en 2018 la rendición de cuentas del FPV, aunque ordenó una investigación más profunda sobre la legalidad de los fondos recibidos.

Los abogados de Calcaterra habían defendido su postura ante la Cámara de Casación, alegando que el empresario nunca pagó sobornos, sino que aportó fondos a la campaña electoral del kirchnerismo bajo presión de funcionarios como Roberto Baratta, mano derecha de Julio De Vido en el Ministerio de Planificación. Según su versión, los desembolsos se realizaron a través de las empresas ODS S.A. e IECSA S.A. en fechas clave entre 2013 y 2015, con entregas de dinero en lugares como el estacionamiento del Hotel Hilton de Buenos Aires.

Sin embargo, la resolución de la CNE contradice esa versión, afirmando que los datos recabados por el Cuerpo de Auditores Contadores no permiten corroborar la existencia de esos aportes. Utilizando auditorías de diversas fuentes, como redes sociales, monitoreos de publicidad y consultas a terceros, los auditores no encontraron movimientos de fondos que coincidan con lo declarado por Calcaterra y su equipo. Es decir, no hay pruebas de que el dinero haya sido usado para la campaña electoral, como sostenían los empresarios.

En paralelo, la Cámara de Casación también recibió un pedido para presentar los elementos probatorios que justificaron la desvinculación de Calcaterra de la causa Cuadernos. Hasta el momento, esos documentos no han sido entregados, lo que suma más interrogantes a un caso que parecía cerrado.

El fallo de la CNE también cuestiona el accionar de la jueza María Servini y el fiscal Ramiro González, quienes consideraron que no había pruebas suficientes para vincular los desembolsos de Calcaterra con la campaña electoral del FPV, y que el caso debía mantenerse bajo la lupa de la causa Cuadernos. La Cámara Electoral dejó en claro que las irregularidades detectadas en las rendiciones de cuentas partidarias no eliminan la posibilidad de investigar delitos comunes, como podrían ser los sobornos.

Con este nuevo panorama, el futuro judicial de Calcaterra vuelve a complicarse. Lo que inicialmente parecía una defensa sólida, respaldada por la justicia, ahora está en tela de juicio. La falta de registros oficiales sobre los pagos y el nuevo enfoque de la CNE podrían reactivar el expediente penal en su contra, dejando en el aire la pregunta de si realmente se trataba de aportes de campaña o si, en realidad, formaban parte de la red de sobornos que destaparon los Cuadernos de las Coimas.