Cristina Fernández logró su objetivo y a partir del próximo 17 de noviembre se convertirá, por primera vez, en la presidenta del PJ a nivel nacional. Sin embargo, para su oficialización habrá que esperar y ver qué movimiento hará el gobernador riojano, Ricardo Quintela, con el fin de mantener viva la interna y definir el próximo titular del partido a través de una elección en la que haya competencia.

La Junta Electoral del Partido Justicialista rechazó en las últimas horas la lista de Quintela. Y de esa manera, lo dejó fuera de una contienda directa que ponía en juego mucho más que la conducción partidista. Sucede que, después de muchos años, alguien se había animado a disputarle a CFK la estrategia política de cara, en esta oportunidad, a lo que serán los comicios legislativos del 2025.

Con esta acción, CFK consiguió entronizarse sin la necesidad de pasar por elecciones. En otras palabras, una victoria por “escritorio” que la correrá del armado tácito para posicionarla en un rol activo y de frente al movimiento. Eso sí, para terminar de confirmar su coronación partidaria deberá estar atenta al camino judicial que podría tomar la interna.

Quintela no quiere dejar pasar la chance de competir a través de su lista “Federales, un grito de corazón”. Los apoderados de su nómina, Jorge Yoma y Daniel Llermanos, apelarán y recurrirán a la Justicia Federal, según pudo tomar conocimiento Data Clave. El objetivo del gobernador es posponer las elecciones para “mediados de marzo”, según le confiaron a este medio. Pese a los antecedentes, la intervención del partido no sería una opción viable. Nadie quiere meterse en medio de una interna tan encarnizada.

Candidata única, pero sin unidad: qué hay detrás de la "entronización" de CFK en el PJ y qué puede ocurrir

La decisión de bajar la lista no fue una sorpresa para quienes apoyan a Quintela. Desde hace tiempo vienen manifestando que los organismos partidarios “están tomados por La Cámpora” y que de esa manera “no se puede avanzar en una competencia real”. En concreto, la Junta Electoral cuenta con 15 integrantes y pese a que se manifestó que la baja de produjo de manera unánime hubo de mínima un voto en otra línea ya que la diputada nacional por La Rioja, Hilda Aguirre de Soria, aliada de Quintela, integra el comando. 

Con este marco, CFK mandó a dejar en claro que judicializar la decisión sería un error. Y la primera en apuntar de lleno fue la actual vicepresidenta del partido, la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti, quien en declaraciones vertidas esta mañana manifestó que ir por ese camino “es un forma de entorpecer el proceso y le hace mal al peronismo”. Y fue por más al manifestar que "lo entiendo a Quintela: si jugara contra Messi, yo también haría que el partido se suspendiera".

El sector interno que responde a Cristina Fernández busca instalar que la intención de suspender los comicios es una estrategia dilatoria. “Si van a la justicia va a ser para tener un relato, y eso no le hace bien a nadie. Ya al principio estaban pidiendo que se postergue el proceso a marzo”. Y agregó que "como están flojos de papeles deciden ir a la justicia, es de locos".

Lejos de encontrar una solución, el peronismo enfrenta ahora una acción que llevará a la interna a un nivel de complejidad aún mayor. “¿Te acordás cuando el ‘Panadero’ tiró gas pimienta y acusaban a River de abandonar el partido? Esto es igual. Quiénes no lo quieren jugar son ellos. Quintela dijo hace dos meses que quería conducir. Aparece Cristina de la nada, tira una bomba, espera que nos bajemos y como no lo hacemos se vicia todo”, le dijo a Data Clave un dirigente riojano cercano al gobernador. Y agregó: “Vamos a darle músculo al partido, juguemos la interna y después vayamos a la unidad con el ganador”.

Horizonte

Cristina conseguirá, a solo tres semanas de iniciado el “operativo clamor” de parte de su propia militancia, y de no mediar inconvenientes, quedar al frente del partido. Un cargo que supo ocupar Néstor Kirchner en dos oportunidades, durante poco más de un año en cada ocasión, y que le permitirá reconfirmar su lugar de líder justo en medio de la interna que mantiene con el gobernador bonaerense Axel Kicillof.

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Ahora, rumbo al 17 de noviembre, lo que resta saber es si se abrirán o se cerrarán las puertas en la toma de decisiones. Los antecedentes en este marco son contundentes: Cristina siempre fue la estratega y las resoluciones se tomaron entre cuatro paredes. Algo que provocó la bronca del peronismo que no responde al kirchnerismo y que llegó a culparla por las derrotas sufridas por el movimiento en seis de las últimas ocho elecciones.

La llegada de CFK al PJ impactará de lleno en el kicillofismo que, más allá de que el propio Quintela negó que los intendentes que acompañar al gobernador le hayan ofrecido avales, en su lista contaba con algunos dirigentes que hoy trabajan de manera directa con Jorge Ferraresi y Juan José Mussi, los jefes comunales de Avellaneda y Berazategui, respectivamente, por nombrar solo dos casos.

El kicillofismo deberá rever cuál será ahora su estrategia ya que con Cristina en el poder central del PJ ya no podrá dar la discusión por el liderazgo de la oposición al gobierno nacional. Para colmo, el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, fue claro en torno al futuro del mandatario provincial y puso en duda su apoyo ya que “si duda entre Cristina y Quintela me obliga a revaluar”.