Apenas unos minutos después del mediodía romano, los presidentes que participan de la cumbre del G-20 posaron para la tradicional “foto de familia”. Alberto Fernández se ubicó junto a su par brasileño Jair Bolsonaro, por razones de estricto protocolo, tras lo cual dieron inicio las deliberaciones en el auditorio principal de La Nuvola.

Alberto Fernández: "Son tan responsables los que se endeudaron, como los que dieron esos recursos"

En el inicio de las deliberaciones, el presidente italiano Mario Draghi saludo a los presentes. "Es un placer darle la bienvenida después de dos años difíciles de pandemia", dijo el anfitrión de la cumbre. “Es claro que el multilateralismo es la mejor respuesta para los problemas que encontramos. Seguir adelante solos no es una opción. Debemos encontrar la forma de resolver nuestras diferencias”, completó el italiano.

En cuarto término, el mandatario argentino agradeció "a nuestra querida Italia y a Usted particularmente -dirigiéndose a Draghi- por haber liderado este nuevo encuentro del G20". Luego recordó que "estuve aquí, días antes de que el virus ingresara a Europa. Semanas después, la pandemia golpeaba las puertas de América. Desde entonces, mientras contabilizamos enfermos y muertos, vimos como la desigualdad se profundizaba".

Más tarde Fernández afirmó que "quienes renegamos de un mundo en el que la riqueza se concentra y la pobreza hunde a millones, debemos fortalecer nuestras convicciones. Es hora de convocar a una reflexión colectiva. Es tiempo de que nuestras almas se involucren tanto como nuestros cerebros".

Posteriormente, el presidente argentino sostuvo que "millones de hombres y mujeres viven en la pobreza. Esa población sufriente habita, en su inmensa mayoría, en países en desarrollo". Luego, se introdujo en uno de los temas en los que se ha mostrado más interesado, que es el de la distribución mundial de las vacunas. "En el marco de la pandemia, estas disparidades estremecen. Casi el 80 % de las vacunas producidas se aplicaron en países de altos ingresos. En cambio, más del 60 % de la población de nuestra región aún no tiene completado su esquema de vacunación. La vacuna aún no es un bien global. Ese triste panorama se patentiza cuando vemos que se restringe la movilidad de las personas según haya sido la vacuna a la que pudieron tener acceso".  

Y puso el eje en la concentración del sistema financiero y en el otro tema sensible, la deuda de los países menos desarrollados, cuando sostuvo: "La globalización iba a convertir al mundo en una Gran Aldea, la casa común de la que habla el Papa Francisco. Nacía la esperanza de una comunidad integrada y una convivencia pacífica. Los resultados fueron otros. La codicia de los poderosos condenó al olvido a millones de aldeanos”. 
El financiamiento internacional debe fijar nuevas reglas para poder igualar nuestras sociedades, con impactos positivos y enfrentando el cambio climático". 

 

La responsabilidad por la deuda 

En el tramo más duro de su discurso. el presidente argentino sostuvo que "el actual sistema, que prioriza a la especulación por sobre el desarrollo de los pueblos, debe cambiar. La deuda externa que mi gobierno heredó con el Fondo Monetario Internacional y que hoy estamos afrontando es un claro ejemplo de lo que está mal: única en la historia por su monto y por sus condiciones de repago, aprobada para favorecer a un gobierno en la coyuntura, acaba condenando a generaciones que miran impávida el destino que le ha sido impuesto".

Y finalizó: "No hay inocentes en esa historia. Son tan responsables los que se endeudaron sin atender las ruinosas consecuencias sobrevinientes, como los que dieron esos recursos para financiar la fuga de divisas en una economía desquiciada. Que nadie se confunda. No vengo a renegar del capitalismo. Vengo a alzar mi voz contra los que han sometido al capitalismo de la producción y el trabajo a la lógica de la especulación financiera. La ética social debe darle contenido a la economía. El G20 debe involucrarse en esa tarea sabiendo que tanta injusticia social rodea nuestras vidas."