"Están sucios": Milei aseguró que las universidades no quieren ser auditadas por "sus curros"
El presidente dio este sábado un discurso en el marco del acto de inauguración del recientemente denominado Palacio Libertad. “La Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de los ricos y a los de la clase media alta", aseguró
"Si no quieren ser auditados es porque están sucios”, aseguró hoy el presidente de la Nación, Javier Milei, en relación a los reclamos que rectores, directivos, docentes y estudiantes mantuvieron estas semanas por el financiamiento universitario.
La declaración se dio en el marco del acto para celebrar el cambio de nombre del exCentro Cultural Néstor Kirchner (CCK), cuya nueva denominación pasó a ser en las últimas horas la de Palacio Libertad, Domingo Faustino Sarmiento.
“Bienvenidos a uno de los primeros pasos para cambiar la historia que quisieron prostituir cambiando los nombre y ensuciando a los héroes de esta patria”, indicó Milei en primer lugar. "Quizá para algunos sea solo un simple cambio de nombre, pero para nosotros es el inicio de una nueva etapa donde enaltecemos la figura de nuestros más grandes próceres y símbolos nacionales, para dejar atrás el culto a los políticos que arrastraron al país a la decadencia y humillación”, agregó.
Luego, decidió meterse de lleno en la situación de la universidades y apuntó directamente contra aquellos que cuestionan el manejo y el presupuesto que la gestión actual le ha brindado. En ese sentido, cabe recordar que esta semana el Ejecutivo logró blindar el veto de Milei a la ley de financiamiento universitario.
“La verdad incómoda de la educación argentina es que la Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de la clase alta y los ricos, la clase media alta”, aseguró el jefe de Estado.
“En un país donde la gran mayoría de los niños son pobres y no saben leer, escribir ni realizar una operación matemática básica, el mito de la universidad gratuita se convierte en un subsidio de los pobres hacia los ricos, cuyos hijos son los únicos que llegan a la universidad con los recursos, la cultura y el tiempo común para poder estudiar. La universidad ha dejado de ser una herramienta de movilidad social para convertirse en un obstáculo para la misma”, afirmó sin mayores detalles al respecto de esa afirmación.
El flamante cambio de nombre del exCCK
Según los argumentos del Gobierno, responde a “recomponer valores básicos y fundacionales; transmitir a las generaciones presentes y futuras el espíritu y la acción de los próceres de la Patria: la libertad, la educación y el respeto por las instituciones”. Esto fue oficializado hace horas en el Boletín Oficial.
“La denominación de edificios y espacios públicos, monumentos históricos y afines en ningún caso debería responder a intereses políticos, dado que desvirtuaría la finalidad y el significado cultural de los mismos, confundiendo lo público con lo partidario y le harían perder la neutralidad propia de estos lugares”, afirmaron desde la administración libertaria.
Los cambios estuvieron en manos de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. Lo mismo el acto organizado para este sábado. “Nace el ‘Palacio Libertad’. Fin”, publicó en sus redes sociales el vocero presidencial, Manuel Adorni, con las imágenes del cambio de cartelería con la nueva denominación.
El edificio diseñado por el arquitecto Norbert Maillart en el barrio porteño de San Nicolás se realizó para ser sede del Correo Central y fue abierto en 1928 por el presidente radical Marcelo T. de Alvear, pero fue desafectado de la Empresa Nacional de Correos y Telégrafos a fines del siglo XX.
En mayo de 2015, la entonces presidenta, Cristina Kirchner, inauguró el CCK y afirmó que la refacción del Palacio del Correo, que es considerado Monumento Histórico Nacional desde 1997, había sido “un sueño” de su esposo, el expresidente y exgobernador de la provincia de Santa Cruz, Néstor Kirchner.
Entre sus principales atractivos se encuentra La Ballena Azul, una sala de música sinfónica para 1.750 espectadores; una Sala de Música de Cámara para 540 personas; y la Gran Lámpara, un espacio de 2 mil metros cuadrados destinado a exhibiciones, que se ubica en el sexto y séptimo piso y está revestido por placas de vidrio que emiten luz.
A su vez, la Sala Argentina del edificio Palacio Libertad que está pensada “para un formato musical acústico”, tiene una suficiencia para 534 personas.
Otra de sus atracciones es La Cúpula, que consta de una superficie de 500 metros cuadrados y una cubierta enteramente vidriada que permite una vista única del corazón de la la ciudad de Buenos Aires.