Con la modificación de la constitución nacional en 1994 en donde se mutó de una elección indirecta a una elección directa, la Provincia de Buenos Aires se transformó en el centro de la dinámica política nacional. Por peso específico, por relevancia social y porque actualmente aporta 70 diputados y 3 senadores nacionales. De esta manera, este año se renuevan 35 bancas nacionales y cualquier tipo de análisis político, de coyuntura y de estructura, debe posarse allí.

El oficialismo presenta múltiples matices y tironeos off y on the record, pero todo parece indicar que el Frente de Todos es una estructura robusta de cara al 2021. Por ello, parece relevante analizar las oposiciones que, finalmente, son las que estructurarán la oferta electoral.  

El establecimiento de un “bicoalicionismo” genera una falsa idea de estabilidad partidaria pero cuando se mira en profundidad, se encuentran movimientos subterráneos que son necesarios analizar. 
Juntos por el Cambio sigue siendo la fuerza mayoritaria de esa primera oposición con diversos nombres propios.

En primer lugar, un dirigente altamente instalado como Horacio Rodríguez Larreta que, contrario a su voluntad, ya es número puesto para ser precandidato presidencial en 2023. Estar tan marcado faltando más de dos largos años puede ser contraproducente ya que el desgaste es mayor al deseado. Como dice una máxima política, “siempre es mejor que no te vean llegar”. De todas maneras, anclado en una buena gestión en la Ciudad de Buenos Aires, es el candidato más obvio. 

En segundo lugar, aflora una figura como Patricia Bullrich que detenta un discurso casi opuesto al de la tranquilidad y diálogo del Jefe de Gobierno. Anclada en un tema sensible como la seguridad y con fuertes guiños a las problemáticas típicas de la clase media, “la piba” busca representar más fielmente al elector más duro de Juntos por el Cambio, y todas las investigaciones muestran que está siendo efectiva. 

En tercer lugar, sigue merodeando la figura de María Eugenia Vidal que mediante un silencio permanente (que al mismo tiempo dice mucho) sigue mirando el 2023 con perspectivas propias, aunque siempre en tándem con Rodriguez Larreta. 

Por último, nunca puede dejar de ponderarse el peso del expresidente Mauricio Macri quien con su libro Primer Tiempo encontró la manera de volver a escena. Si bien no afirmó ni negó ser candidato, la ambición está en su naturaleza. 

De todas maneras, el dato novedoso y significativo vino del lado del socio minoritario de la coalición que busca cambiar esta situación. Desde 2001 a la fecha la Unión Cívica Radical mantuvo esta cualidad, plagada por desempeños electorales deficientes: Leopoldo Moreau en 2003, el acompañamiento a Roberto Lavagna en 2007, la candidatura de Ricardo Alfonsín en 2011 y la exitosa pero secundaria pertenencia a Cambiemos en 2015.

Los más de 100.000 afiliados que fueron a votar en la Provincia de Buenos Aires en plena pandemia en una elección interna y optativa le permiten al partido presentarse de otra manera. 

Los resultados muestran un recambio generacional interesante para seguir de cerca, liderado por Maxi Abad luego de su triunfo en la provincia de Buenos Aires, pero también el buen desempeño de Rodriguez Laredo en Córdoba enfrentándose y perdiendo por poco ante el establishment radical local. Asimismo, sigue creciendo la figura del Senador Martín Lousteau. Hay una renovación en marcha. 

En Buenos Aires también hay movimientos subterráneos: la proyección territorial de Unidos, liderada por Roberto Costa, el Presidente del Bloque de Juntos por el Cambio en el Senado Provincial que junto, con el Senador Provincial Lucas Fiorini, están sumando dirigentes con y sin tierra desde una perspectiva amplia. 

También es necesario marcar el peronismo republicano con figuras como Pichetto, Joaquín de la Torre y la Senadora Provincial Claudia Rucci

El liderazgo del PRO, que siempre fue concreto y sin mayores disputas, comienza a mostrar matices. Del mismo modo, emergen figuras de afuera como el médico Facundo Manes, que en torno a su cercanía con Maxi Abad y sus cualidades públicas conocidas, puede ser un actor importante en este 2021. 

La irrupción de Máximo Kirchner como futuro presidente del PJ provincial le da la excusa perfecta para que dirigentes del peronismo no kirchnerista tengan su peso en la dinámica electoral venidera.

Juan Manuel Urtubey, Graciela Camaño y el retorno de Florencio Randazzo a la agenda pública se presentan como una alternativa válida para los heridos de la interna del Frente de Todos. 

La provincia sigue siendo el epicentro y esta elección no será a excepción. El problema es que todo este análisis se centra en la oferta. Cierres de listas, candidatos y potenciales alianzas. La demanda, otra vez, queda en segundo plano.