Clínicas, sanatorios y hospitales porteños, al borde del colapso por los casos de coronavirus
El sistema de salud de la ciudad de Buenos Aires está saturado. El nivel de ocupación de camas críticas supera en varios hospitales públicos y en la gran mayoría de los efectores privados el noventa por ciento de su capacidad. En algunos establecimientos faltan respiradores y se están derivando pacientes al conurbano.
La pandemia continúa a paso firme y la segunda ola ya comenzó a hacer estragos en Argentina. A pesar del avance de la campaña de vacunación, la llegada de las nuevas cepas y un nivel de circulación muy alto del virus justo cuando comienza la temporada alta de patologías respiratorias, elevó el piso en el número de contagios diarios, que pareciera haberse estacionado cerca de los veinte mil.
Al igual que en 2020, la principal preocupación de las autoridades es la capacidad del sistema sanitario ante una demanda, que este año, amenaza con ser mucho mayor, lo que reflota el fantasma tan temido del colapso sanitario.
Data Clave realizó un exhaustivo relevamiento de los efectores de salud privados y públicos de la Ciudad de Buenos Aires y pudo verificar que el nivel de ocupación de las camas críticas es superior al 90 por ciento.
Este sábado el ministerio de Salud reportó 19.419 casos positivos y 297 muertes en las últimas 24 horas. De esos casos 2.491 pertenecen a la Ciudad de Buenos Aires, siendo que el pasado viernes registraron 2.281, y lo más común es tener una cifra relativamente baja los fines de semana.
Los médicos de la primera línea de combate alertan sobre la situación crítica que se viven en los centros. Los hospitales y clínicas privadas hablan de estar “al borde del abismo” con pacientes derivados, sin atender y con necesidades de atención. Es más, en muchos casos se tuvieron que utilizar los hoteles para descomprimir el desborde de muchos centros hospitalarios.
El sector privado, al que acuden ocho de cada diez porteños, ya no da abasto con la demanda: hay pacientes que se derivan a instituciones del conurbano, otros deben esperar horas en una ambulancia antes de conseguir camas.
En el sector público, aunque el gobierno porteño solamente acusa una ocupación menor al cincuenta por ciento en unidades de terapia intensiva, muchos hospitales están trabajando al borde de la saturación y en otros ya no hay vacantes.
Las prepagas más importantes de país, entre ellas Swiss Medical Group, tuvieron que buscar hoteles para alivianar la cantidad de demanda. Esto le dijo la misma fuente en off a Data Clave: “Estamos haciendo un decantamiento en hoteles para los casos leves, para desagotar el sistema más crítico, que son las camas UTI y las de sanatorios y clínicas, en los hoteles hay seguimientos diarios”, aseguró una fuente de la prepaga. “Estamos al borde de abismo, si no hubiésemos hecho esto, todo el sistema privado estaría al borde de la saturación. Si no se restringen la circulación de personas, vamos a tener graves problemas en muy pocas horas. Estamos a más del 90% de ocupación”, agregó.
Además de la circulación de personas que potencia la capacidad de contagiar del virus, hay un dato que los médicos consultados destacan. "En esta segunda ola, las ocupaciones de terapia intensiva o comunes ya no son -como el año pasado- de las personas mayores de 70 u 80 años que lamentablemente no resistían, fallecían y aceleraban el giro cama de terapia para que otros puedieran acceder. Hoy la situación es diferente. Es más común que entren por estas mismas necesidades pacientes de entre 50 y 60 años. Y si bien tienen dificultades para sobrellevar la enfermedad, también es cierto que tienen más capacidad de respuesta. A mayor capacidad, mayor tiempo. A mayor tiempo, menos disponibilidad", explica un experimentado administrador de un sistema prepago con varios efectores en la ciudad de Buenos Aires.
Público y privado
Los sanatorios Güemes, Galeno, Mitre, Anchorena, Naval, Santa Isabel, Osplad, Otamendi y los del SMG tienen una ocupación de casi el 100%. En algunos casos los pacientes tienen que esperar por camas y se están armando otras en sectores de pediatría. También hubo un caso de fallecimiento por un paciente de covid-19 que no pudo hacer atendida por su obra social, luego de esperar la cama UTI por dos días.
Las fuentes consultadas le aseguraron a Data Clave que muchos efectores públicos están tomando la dura decisión de dejar a los pacientes en sus domicilios. Sostienen que las guardias de hospitales públicos están explotadas, sin capacidad de respuesta.
Agregan que los hospitales como Penna, Argerich, Pirovano y Ramos tienen completas las guardias y con dificultad para poder trasladar a los pacientes. A eso también se suman los hospitales Fernández y Rivadavia, de los que ya Data Clave alertó por su situación crítica.
“No hay camas, no hay sillones. Es terrible, tenemos pacientes que están esperando derivación desde el miércoles con requerimiento de oxígeno”, le consignó otra fuente médica a este portal.
Otro ejemplo de colapso sanitario es del Hospital Alemán, que tiene pacientes que no quieren ser derivados y que hace más de tres días que están en la guardia, atendidos desde un sillón y esperando una milagrosa cama UTI.
La titular del PAMI, Luana Volnovich, reconoció hoy que "no hay camas de terapia COVID para afiliados de PAMI en CABA" y que "estamos cerca del 100% de ocupación de camas de terapia en AMBA".
"En PAMI estamos recibiendo 16 mil llamados a emergencias por día, cuando habitualmente son entre 5 mil y 6 mil. Trabajamos de manera articulada entre el Estado y el sector privado, pero es imprescindible tomar medidas rápidas porque el crecimiento de casos es muy alto", agregó.
El Hospital Italiano, otro centro privado que no tiene cupo para las camas de terapia intensiva y que están internando a pacientes críticos en salas comunes. El Tornú, por su parte, tiene cerradas las salas de clínica y de neumonología, mientras que las camas UTI están al tope con un 40% de ocupación por pacientes con covid-19.
Un panorama desolador
El pedido de la Ciudad es hacer lo posible por no seguir con las derivaciones y tratar de hacer seguimientos domiciliarios, y recién ahí evaluar los casos de cada paciente, en el caso de apreciación de disnea o fiebre. Y en caso de que haya una situación extrema, recién ahí poder derivar a otros lugares.
La síntesis de todo esto es que Argentina enfrenta una situación muy delicada y que podría ser catastrófica para este año. Ya está ocurriendo en la Región y nada pareciera hacer creer que la situación va a cambiar.
“A este ritmo de contagios, en cuatro o cinco días el sistema deja de aguantar”, dijo el martes pasado Claudio Belocopitt, presidente de la Unión Argentina de la Salud, que reúne a las prestadoras de medicina prepaga. Cinco días después los contagios siguen creciendo.
La ocupación de camas UTI está en 93 por ciento, en promedio, según los últimos números de esa cámara. Datos oficiales del GCBA, el 81,3 por ciento de los porteños tiene esa cobertura. Sólo el 18,7 por ciento depende del Hospital Público.