Luego de que Trump anunciara la imposición de aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá, y del 10% a las de China, y la posterior suspensión temporal por 30 días para permitir discusiones sobre medidas de seguridad fronteriza y otros temas relacionados, los mercados se movieron al compás de estas idas y vueltas. 

Aunque gran parte de los mercados bursátiles mundiales hayan revertido la caída inicial post-anuncio, lo cierto es que la incertidumbre sobre cómo se van a acomodar las piezas de los grandes jugadores sigue siendo elevada, especialmente en lo relacionado con las relaciones comerciales. 

A nivel global, un aumento de aranceles de esta magnitud podría provocar disrupciones en las cadenas de suministro, incrementos en los costos para consumidores y empresas, y una desaceleración del comercio internacional. 

Estas medidas proteccionistas tienen el potencial de reducir las perspectivas de crecimiento económico mundial, especialmente en economías emergentes dependientes del comercio, exacerbando tensiones geopolíticas y aumentando los riesgos de una recesión global. 

Más en lo inmediato, posibles medidas proteccionistas en EEUU incrementarán los incentivos a aumentar de precios (por la menor competencia de productos del exterior) y eso podría motivar subas de tasas por parte de la FED, institución que ya recibió “consejos” de Trump sobre los beneficios de bajar las tasas. Eventuales subas de tasas podrían gatillar movimientos de capitales hacia EEUU y depreciaciones del resto de las monedas (afectando la competitividad del nuestro peso). 

Pero todo sigue muy incierto, en tanto que también hay riesgos de una recesión global en la medida que se desate una carrera comercial desordenada. Por lo pronto, lo que se observó es que las tasas de los bonos largos de EEUU bajaron, indicando más riesgos recesivos que inflacionarios, y monedas como el Real o el Yen se apreciaron contra el dólar.

En el ámbito local, la recaudación vino muy bien en enero, impulsada por el mayor dinamismo de los impuestos vinculados a la actividad interna: IVA DGI y Créditos y Débitos crecieron fuerte al 19% y 25% a/a real, respectivamente, anticipando tal vez un buen desempeño económico durante el mes pasado.

 Las brechas cambiarias están estables, pero hay indicadores (por ejemplo, volúmenes operados en ByMA) que revelarían que el BCRA está interviniendo para lograr esa estabilidad. El riesgo país, al contrario, ha subido levemente, señalizando que Argentina y el gobierno necesitan de resultados adicionales (crecimiento, acuerdo con el FMI) para que la percepción de riesgo de crédito local retome el descenso del año pasado. 

Otros aspectos relevantes es que se acentuó la expectativa de depreciación del dólar oficial en los últimos tres meses del año, lo que implica que el mercado está descontando que cualquier ajuste cambiario (tal vez en el marco de un acuerdo con el FMI) ocurrirá una vez realizadas las elecciones de medio término. 

Ese sigue siendo el escenario más probable para LCG. El BCRA modificó (Comunicación A8189) la exigencia e integración de la norma de Efectivo Mínimo para los plazos fijos precancelables, que suelen conformar los FCI de money market para sacar algo de interés. Antes el encaje era del 25% y podía ser cubierto con bonos o letras elegibles. Ahora el encaje se reduce al 20%, pero deberá ser cumplido en efectivo. En los hechos, esto encarece ese producto desestimulando su oferta por parte de los bancos.