Media ficha limpia
El proyecto, a diferencia del anterior, busca evitar la posibilidad de que las justicias locales, corrompidas luego de largos años de reinados de una misma familia política, fueran capaces de proscribir opositores.
El gobierno de Javier Milei logró, en la sesión del miércoles 12/2, la media sanción del nuevo proyecto de ficha limpia. Este proyecto, bandera del PRO por años, había naufragado durante las sesiones ordinarias, pero con su renovado brío y las modificaciones introducidas por la mano de Alejandro Fargosi, a pedido del oficialismo, logró la tan mentada media sanción.
El proyecto, a diferencia del anterior, busca evitar la posibilidad de que las justicias locales, corrompidas luego de largos años de reinados de una misma familia política, fueran capaces de proscribir opositores. Es debido a esto que se introdujo el condicionamiento de que la sentencia no puede ser en año electoral.
La cuestión inherente a este debate, y por el cual gran cantidad de miembros del peronismo la rechazaban, es que prohíbe de participar en los comicios del 2025 a Cristina Kirchner, hoy figura de mayor relevancia en la oposición y jefa del partido predilecto como rival de La Libertad Avanza. Dado que el proyecto estaría siendo sancionado en sesiones extraordinarias, es decir, en sesiones extendidas del 2024, correría la prohibición para la jefa del peronismo.
El proyecto está datado en el 2025, pero en sesiones del 2024. Es un hueco legal que podría dañar la legitimidad del proyecto, habrá que esperar los planteos ante la justicia. Ahora bien, la sesión estuvo plagada de improperios e insultos. No es para menos, un tema tan candente para unos otros. El proyecto obtuvo 144 votos afirmativos, 98 negativos y 15 entre ausencias y abstenciones. Es interesante notar que, si sumamos los bloques del oficialismo y los aliados recurrentes, no se llegaría a ese número. Dentro de estos afirmativos estuvo el visto bueno de varios peronistas o similares que, ante el cálculo electoral, decidieron dar rienda a la posibilidad de proscribir a Cristina. Tal es el caso de los de Independencia (3) que, a pesar de haber acompañado al gobierno en varias decisiones a lo largo del año, no dejan de ser peronistas de origen. Similar es el caso de Innovación Federal (8).
Habiendo dado este primer paso hacia la sanción del proyecto, queda ahora el Senado, donde el debate promete ser igual o más candente, y los números mucho más ajustados. El bloque de Unión por la Patria en el Senado es mayor, de 34 senadores, lo que determina que estén a tan solo 3 de bloquear cualquier iniciativa.
La siguiente media sanción promete ser extremadamente compleja para el gobierno y el Senado promete ser un sitio extremadamente fangoso para conseguir las concesiones y la cohesión de todo el resto de las fuerzas.
El proyecto, para el gobierno, no resulta solo ser una cuestión de traer transparencia a los comicios, sino que también entra en juego el inevitable cálculo electoral. Aún es pronto para analizar candidaturas por nombre y apellido, pero la política, en este sentido, siempre discute nombres y apellidos. La narrativa de la proscripción que esgrime el peronismo, si bien no es el espíritu de la ley, es su efecto.
En tal sentido, se hace inevitable pensar en el efecto que tendría la sanción de este proyecto en el peronismo. No pudiendo presentarse Cristina, ¿se acelerará el internismo para dirimir el nuevo liderazgo o el peronismo se encolumnará detrás de su proscripta líder y aceptará sumisamente su lapicera?
Ni uno ni el otro es claro, se han mostrado ya las facetas de la disputa Kicillof – Cristina, sin embargo, ni el discípulo logra aseverar su nuevo liderazgo ni la vieja líder logra alinear al díscolo. Por fuera de los cálculos electorales de uno y otro, el proyecto ha pasado ya la mitad “sencilla”. El gobierno ahora deberá tener una sintonía muy fina con los bloques dialoguistas para lograr que pase el Senado. Este proyecto ayudará a darle aire a la tan vapuleada institucionalidad, por lo que su sanción es esencial para la narrativa de recuperación argentina que el oficialismo esgrime.