Los movimientos de los últimos días han terminado de dejar en claro que el mercado cripto está cada vez más conectado con todos los demás mercados, y que está también cada vez más institucionalizado. Las importantes caídas de precio que vimos entre el viernes de la semana pasada y este lunes son parte de un contexto macro súper complejo, que incluye tensiones geopolíticas, procesos electorales, manejos de tasas de interés en continentes distintos, fuertes liquidaciones institucionales y dinámicas financieras y de comercio internacional alrededor del dólar y del yen.

Por supuesto que las cosas en el mercado cripto se juegan a su propio ritmo y con sus propias reglas, pero en el estado de integración global de cripto con el mundo tradicional, es inevitable que algunos eventos tengan su correlato en lo que pasa con Bitcoin, Ethereum, Solana, las stablecoins, las memecoins, DeFi y tantos ámbitos del ecosistema cripto.

Por ejemplo, algo que pasó y que estuvo afectando fuertemente a cripto es que muchos fondos que hacían carry trade tuvieron que salir a vender sus posiciones. La tasa de interés del Banco Central de Japón (BCJ) estaba en 0 hacía muchos años, lo que implicaba pedir prestado dinero gratis, básicamente. Entonces, muchos fondos tomaban dinero a tasa 0 en yens y lo colocaban en algún otro instrumento que rindiera, haciendo un arbitraje de tasas, que es muy fácil de hacer.

Cuando el BCJ subió el viernes (2/8) la tasa un .25%, un cuarto de punto porcentual, ese en apariencia pequeño cambio hizo que muchas posiciones explotaran. La Bolsa de Japón cayó fuerte el viernes, y muchos fondos tuvieron que salir a vender sus posiciones. Muchos de esos fondos hoy, además de tener bonos y acciones, tienen cripto. Por ese contexto, tenemos muchos fondos vendiendo sus posiciones en cripto, lo que hace que se contagie el mercado.

En paralelo, aparecieron datos no tan favorables de la economía en Estados Unidos, que hacen pensar a muchos en que tal vez podríamos ir a una recesión global. Personalmente creo que hay que leer ese dato con cuidado, porque la tasa de desocupación muchas veces sube no por un aumento de los despidos sino porque subió un poco el supply de mano de obra, la cantidad de gente buscando trabajo, entonces la proporción cambia. En general creo que no está tan mal la economía de Estados Unidos en este momento, aunque sí está haciendo presión para que bajen las tasas, lo cual no estaría nada mal para cripto.

Relacionado con Estados Unidos, también están sus elecciones. Donald Trump, reconvertido a candidato pro cripto después de haber sido contrario durante su presidencia, parecía tenerla más fácil contra Joe Biden que contra Kamala Harris. El propio Trump habló recientemente sobre empezar a acumular reservas en BTC y comprometerse a holdear las criptomonedas secuestradas a criminales. E incluso tuvo un gesto como decir que una de sus primeras medidas sería impulsar la salida de Gary Gensler como titular de la SEC para poner en su lugar un funcionario pro cripto. En el medio de eso, la inflación y la opinión pública hacen presión para que se baje la alta tasa que está pagando los bonos del Tesoro estadounidense.

Lo tercero en este combo es la creciente inestabilidad geopolítica. Tenemos dos guerras en el mundo, y ni a los mercados ni a nadie les gustan las guerras. Lo de Rusia y Ucrania sigue vigente y el conflicto entre Irán e Israel sigue escalando. En ese sentido, una de las cosas que podrían ser preocupantes es que los mercados estén priceando, o sea poniéndole precio, a algo todavía más grande y más grave.

Mi impresión es que, para Bitcoin y para cripto en general, todo el vaivén económico de estos días es solo ruido, algo de este momento, que a largo plazo va a ser de esas correcciones bruscas como la que vimos en marzo del 2020, antes del gran impulso bullish del mercado. En este momento, las sensaciones de los players de la industria y de las finanzas globales se encuentran divididas. Hay una importante cuota que está buscando indicadores de un cambio de tendencia y del fin del movimiento bullish empezó a comienzos del año pasado. Mientras que, del otro lado, los más entusiastas plantean que esta volatilidad podría corresponder con ese "último dip" antes de que se dispare la tendencia bullish a una velocidad inédita.

Por lo pronto, pudimos ver una rápida recuperación de gran parte del mercado cripto, lo cual es una señal muy interesante. Ethereum rompió la resistencia de 2500 USD que nuestros traders asociados veían como una primera barrera para retomar la tendencia alcista.  Lo mismo pasa con Bitcoin, que rompió la de los 61.000 USD y podría ir a buscar una nueva resistencia de 63600 antes de acelerar la tendencia bullish. Y con Solana, que ya superó la resistencia que se podía proyectar al comienzo de la semana, en el nivel de los 128 USD, y se acerca consistentemente a una nueva resistencia de 160 USD por SOL.

Son momentos difíciles para las predicciones y para la toma de decisiones. No estamos ante un momento de crisis exclusivo del mercado cripto, sino ante una situación global que incluye conflictos geopolíticos, manejo de tasas de interés en varios continentes y procesos electorales donde las criptomonedas van a jugar un papel importantísimo.

Con el correr de los días y los movimientos de los mercados podremos ir obteniendo más información sobre hacia dónde se dirige no solo cripto sino todo el mundo. Lo que sí podemos hacer hoy es hacer un zoom out, alejarnos un paso de la situación, y mirar todo lo que fueron estos 20 meses, desde comienzos de 2023.

Bitcoin arrancó enero de 2023 en 16600 USD. Y arrancó enero de 2024 en 42600 USD, lo que da que pese a las fuertes caídas, su precio hoy está cerca de un 40% por encima del de apertura del año. En el camino, pasamos nuevos máximos históricos, un cuarto halving, aprobaciones de ETF para Bitcoin y para Ethereum, el BTC superó a la plata como octavo activo mundial por marketcap. Fueron todos hitos de primer nivel para los 15 años de historia de Bitcoin y del mercado cripto.

Como decíamos, hay gran parte del ecosistema que piensa que acabamos de pasar el "último gran dip" antes de un movimiento bullish que podría ser espectacular, algo similar a lo que pasó en 2020. Si eso pasa -y hay un contexto e indicadores que hacen posible que pase-, entonces estaremos frente a una galería de nuevos hitos históricos para el mercado en los próximos meses.