¿Acuerdo o no con el FMI?
Un entendimiento importante para no quedar afuera del mapa, pero que todavía no tiene los mecanismos de cómo se va a implementar. Los riesgos de financiarse con inflación y la deuda adicional que ya tomó el Gobierno.
Argentina parecería tener un entendimiento con el FMI para ir reduciendo su déficit gradualmente. Es un camino difícil: si lo reduce lentamente continuaremos acumulando déficits. Si en cambio lo reduce rápidamente, dejará de pedir más fondos frescos y la deuda dejaría de crecer pero el Gobierno estima que eso sería muy recesivo.
El acuerdo con el FMI es importante para no caer en un default que impediría que recibamos nuevos créditos. Hay dos razones muy importantes para ello: poder crecer y el déficit que mantenemos.
Para crecer rápido –ya sea una familia, empresa o el país- es importante tener acceso a crédito. De esa manera no es necesario haber logrado ahorrar los fondos previamente, sino que se espera pagar la deuda con el producto de justamente aquello en que se haya invertido. Por eso hay que evitar tomar deuda para gastos corrientes. Sin embargo, si hay déficit no sólo no se puede pagar, sino que se necesita crédito adicional. El gobierno menciona sólo la parte de crecimiento, omitiendo mencionar que por el déficit es necesario endeudamiento aún mayor. Que quede claro: el déficit fiscal de 2021 fue de 4.5% del PBI y eso sólo puede financiarse con mayor endeudamiento, externo o interno (en nuestro caso, con el Banco Central).
El acuerdo con el FMI mostraría un sendero de reducción del Déficit a lo largo de 4 años. No está aclarado cómo se financiará hasta ese momento. Si sigue siendo con el BCRA, entonces tenemos garantizado un alto nivel de inflación.
Sin considerar los pagos de intereses, el déficit primario de 2021 fue de $1.407 miles de millones, y representó aproximadamente un 3% del PBI. Esto a pesar que los ingresos del gobierno crecieron por encima de la inflación y que los ingresos totales aumentaran 87.3%, a la vez que los ingresos tributarios y de la seguridad social crecieron 86.5% y 78.7%, respectivamente -comparado con 2020 que fue un año muy afectado por la pandemia-. Aún así, tuvimos déficit porque los gastos crecieron 77%, mucho más que la inflación.
El acuerdo con el FMI no parece incluir detalles de cómo se reducirá el gasto, salvo una mención a los subsidios de energía, transporte y empresas públicas, que aumentaron 96%. Es probable que haya bastante margen para reducir otros gastos, y no pierdo las esperanzas que se busque mayor eficiencia.
Al hablar del FMI se menciona la deuda de U$S 44.000 millones, claramente muy importante, pero Argentina debe mucho más. Tenemos algo más de U$S 340.000 millones de deuda ya emitida. Sorprende el énfasis negativo sobre un acreedor que es la llave para más deuda, el más barato y que esta vez estaría poniendo muy pocas condiciones. Poner esta “mala cara” dudo que sea útil para conseguir nueva financiación. Si la hay, difícilmente las condiciones sean más favorables que las actuales.
¿Qué puede pasar si no hay Acuerdo? Caeríamos en default con enormes problemas adicionales para las empresas y no muchos cambios para el Estado que de todas maneras está recibiendo pocos fondos actualmente. Si por el contrario hay un arreglo aunque sólo sea cosmético, se alivia la situación de sector público y privado.
¿Qué puede pasar si hay Acuerdo? Argentina ganaría tiempo para ir reduciendo su gasto. Si no lo hacemos, sólo habremos perdido el tiempo y los problemas se profundizarían. El gasto tiene que reducirse mucho para evitar el déficit. La opción de aumentar impuestos es ingenua: con suerte se cobraría durante uno o dos años, pero impide crecer con lo cual se obtendría el objetivo opuesto al declamado.
Me temo que tanta demora en acordar con el FMI es una distracción para seguir hablando de la deuda actual o de quien está a favor o en contra, y ni mencionar que se sigue más deuda acumulando por los déficits y la inflación que se generará para poder pagarlos.