Un tercio de las personas tiene mayores problemas para dormir ahora, que antes de la pandemia
Un informe del Indec sobre el impacto de la COVID-19 en los hogares porteños y del conurbano bonaerense advirtió también que el 44,7% de las familias debió recurrir a sus ahorros para pasar la cuarentena.
La cuarentena para Covid no solo trajo aparejado una caída del 9,9% de la economía y un incremento de la pobreza hasta el 42%. También generó más ansiedad y afectó el sueño de los argentinos, por lo menos de los porteños y los del conurbano bonaerense.
Así se desprende de un informe presentado hoy por el Indec sobre cómo impacto el coronavirus, el cual advirtió que el 33,5% de los encuestados manifestó tener hoy “más dificultades para dormir” que desde el inicio de la pandemia. Entre aquellos que pertenecen a hogares con disminución de ingresos, este valor alcanzó al 39,9%.
De manera paralela, el informe dio cuenta que el 44,7% de los hogares “recurrió al uso de ahorros o venta de pertenencias para enfrentar las dificultades económicas de la pandemia”, independientemente de haber implementado o no otras estrategias complementarias.
Además, el 41,5% de los hogares se endeudó para enfrentar las dificultades económicas, destacó el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos, (Indec), realizado entre agosto y octubre del año pasado en la Ciudad de Buenos Aires y partidos del conurbano bonaerense.
Más de la mitad, el 56,3%, de los encuestados expresó “sentir más ansiedad” que antes de la pandemia. Este porcentaje es algo más elevado, 62,4%, en los hogares donde disminuyó el ingreso familiar.
Por el lado de la ayuda, el 68,3% de los hogares con jefe o jefa asalariado no registrado recibió prestaciones implementadas a partir de la pandemia. Entre estos, el 83,3% de los trabajadores asalariados registrados pudo mantener sus ingresos, pero ese porcentaje descendió al 67,2% entre los que no están “en negro”.
El 70,6% del total de hogares consultados manifestó haber tomado “algún tipo de medida”, como endeudarse, generar nuevos ingresos, utilizar stock (ahorros o venta de alguna de sus pertenencias) y reducir el consumo de al menos un alimento por razones económicas, para hacer frente al impacto de la pandemia en su economía.
Este porcentaje se acrecienta al 78% si se toman en cuenta los hogares cuyo jefe o jefa tiene el nivel educativo más bajo .
De manera casi unánime, 93%, quienes participaron del relevamiento manifestaron haber incorporado tanto el uso de barbijo o tapabocas para salir de su casa y el lavado de manos con jabón con más frecuencia que antes de la pandemia.