Argentina enfrenta un brote de sarampión con 13 casos confirmados en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), mientras las cifras también marcan un preocupante aumento en los diagnósticos de tos convulsa y hepatitis A. La caída en las tasas de vacunación, particularmente en la edad de ingreso escolar, encendió las alarmas en el sistema de salud.

Según un análisis del Centro de Datos de Chequeado basado en cifras oficiales del Ministerio de Salud de la Nación, la cobertura de la vacuna triple viral —que protege contra sarampión, rubéola y paperas— se desplomó 30 puntos entre 2019 y 2023. La situación es más crítica en la franja de niños de cinco años, donde la baja fue aún mayor: 40 puntos entre 2022 y 2023. En el mismo lapso, también se registraron descensos en las tasas de aplicación de la vacuna triple bacteriana acelular y la vacuna IPV o Salk, claves en la prevención de enfermedades como la tos convulsa y la poliomielitis.

Las autoridades sanitarias coinciden en que hay varias razones detrás de esta caída. La pandemia de COVID-19 interrumpió los esquemas de vacunación regulares, mientras que el subregistro de datos, la falta de acceso a los centros de salud y la desinformación sobre vacunas también jugaron un papel determinante. “Este contexto representa una amenaza real para la reaparición de enfermedades eliminadas por años. El brote de sarampión en el AMBA es una alerta que no se puede ignorar", advirtió Eva Jané Llopis, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Argentina.

El descenso en la vacunación afecta tanto a la Ciudad como a la Provincia de Buenos Aires. En la Capital Federal, la cobertura de la triple viral pasó del 78,3% en 2019 al 52,1% en 2023, es decir, una caída de 26 puntos. En territorio bonaerense la situación es aún más crítica: el porcentaje bajó de 77,3% a 41,9%, una diferencia de 34 puntos en cinco años. Hasta el momento, se confirmaron 7 casos en CABA y 6 en la Provincia.

Ante este panorama, el Gobierno anunció una estrategia de vacunación focalizada en el AMBA, con una dosis extra de la doble viral para niños de 6 a 11 meses y de 13 meses a 4 años. Sin embargo, expertos advierten que esto podría no ser suficiente para contener la propagación. 

A pesar de que en el año 2000 Argentina logró interrumpir la circulación endémica del sarampión, en 2024 la OPS ya manifestó su preocupación por la pérdida del estatus de país libre de la enfermedad. La Comisión Nacional de Inmunizaciones advirtió que los problemas con el registro electrónico de vacunación también contribuyeron al descenso de las cifras. En este contexto, la recomposición de los esquemas de vacunación se presenta como el principal desafío para el sistema sanitario en los próximos meses.