El consumo de carne vacuna en Argentina sigue en picada. Según datos de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), entre enero y octubre de este año se registró una baja del 11,2% en comparación con el mismo período de 2023. El consumo per cápita se ubica en apenas 47,2 kilos anuales, una cifra que no se veía desde hace casi tres décadas.

Aunque el dato representa una leve mejora frente a los 42,6 kilos por año que se promediaron a principios de 2024, el mercado interno no logra recuperarse. "Estamos viendo un cambio estructural en el consumo. La suba de precios y la caída del poder adquisitivo pesan mucho más que en otros años", señaló un referente del sector.

El precio de la carne, que había experimentado un aumento descontrolado en los primeros meses del año, desaceleró su ritmo en los últimos tiempos. Entre enero y octubre, el incremento acumulado fue del 33%, insuficiente para devolver el dinamismo al consumo local.

En contraste, la industria frigorífica muestra señales mixtas. En octubre, la producción alcanzó las 290.000 toneladas res con hueso, el nivel más alto en quince meses, gracias a una faena de 1,27 millones de cabezas. Sin embargo, el consumo interno no acompaña esta recuperación, con una contracción del 10,2% interanual, al ubicarse en 1,848 millones de toneladas.

Las exportaciones, en cambio, sostienen números récord. Entre enero y octubre, se despacharon 784.000 toneladas res con hueso, lo que representa un aumento del 12% interanual. En septiembre, los envíos alcanzaron las 60.200 toneladas, la cifra más alta desde finales de 2020. China sigue siendo el principal destino de la carne argentina, aunque su participación cayó al 68,4%, mientras que Israel y Estados Unidos aumentaron sus compras en un 10,1% y 40,9%, respectivamente.

El precio promedio de exportación en septiembre subió un 8,4% frente a agosto, aunque el acumulado de los primeros nueve meses del año está 7,6% por debajo del mismo período en 2023.

Mientras las exportaciones avanzan, el mercado interno enfrenta un panorama complicado: precios que, aunque desacelerados, siguen fuera del alcance de muchos hogares, y un consumo históricamente bajo que pone en jaque a los actores del sector.

Argentina sigue buscando equilibrar la caída en el consumo interno con la expansión de las exportaciones. La presión sobre la industria y el impacto del poder adquisitivo son clave en este escenario. Además, el sector sigue monitoreando las negociaciones comerciales con mercados internacionales como Estados Unidos e Israel, que ganan terreno frente a la predominancia china