El mes pasado el Banco Central cerró con un saldo vendedor de dólares por US$ 54 millones y el ministro de Economía, Luis Caputo, lo atribuyo a “una baja estacional que se da durante el invierno” de las exportaciones agrícolas.

Lo cierto es que durante junio las agroexportadoras liquidaron ventas por U$S 1.977,9 lo que implicando una baja del 24% en relación a mayo, pero una mejora  del 25 % en relación al mismo mes del 2023.

Sin embargo, durante el primer semestre, las liquidaciones quedaron en un nivel similar del del 2023, con US$ 11.024 millones, informaron la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan el 48 % de las exportaciones argentinas.

Esta paridad se produjo en medio de una combinación de mayor volumen exportado, debido a la recuperación de la cosecha tras la sequía del año pasado, pero con precios más bajos, y un tipo de cambio real que se fue deteriorando, según advirtieron especialistas.

Uno de ellos, el director de Fundación FIEL, Juan Luis Bour, aseguró que el plan económico que desarrolla el gobierno “necesita de una segunda etapa”, y cuál será su dirección es lo que está en discusión, ya que el año que viene vencen US$ 17.000 millones de deuda, “que no se pueden enfrentar sólo con las reservas del Banco Central”.

El plan económico del Gobierno “tuvo ‘una fase uno’ de shock, destinado a corregir un conjunto de precios, tarifas, tipo de cambio, etcétera, y frenar fuertemente el gasto público, junto con tener algunas anclas nominales: el tipo de cambio y, de alguna forma, también el salario”, dijo Bour al programa “Es por acá” por Radio Milenium.

Bour, luego de destacar la baja de la inflación, la reducción del déficit fiscal, y la aprobación de la Ley de Bases y la Ley Fiscal, apuntó que existe “una parte de alta incertidumbre sobre cómo seguís con la política cambiaria, básicamente porque no estás acumulando reservas, y si no acumulás reservas, Argentina no tiene forma de salir del cepo”.