Los representantes del Fondo Monetario Internacional que llegaron el martes pasado a Buenos Aires continuarán esta semana las negociaciones con las autoridades del Ministerio de Economía, pero dentro de un escenario que presentó varios cambios.

El primero, y aunque parezca una paradoja, se produjo el martes. Ese mismo día el Banco Central dejó atrás 33 jornadas de compras consecutivas y debió vender US$ 35 millones en el mercado cambiario. A eso le siguieron otros US$ 80 millones el miércoles, un resultado “neutro” el jueves, y otros 4 millones más el viernes.

Los números no son “desesperantes”, pero se producen en un momento en que están a pleno las exportaciones de trigo. Además la cifra contrasta con los US$ 639 millones que había adquirido durante la semana anterior. De hecho, las Reservas Internacionales del BCRA terminaron por debajo de los 30.000 millones.

Por eso, y por la presión de las entidades de base a la dirigencia rural, el ministerio de Economía dispuso estimular las liquidaciones del agro mediante una rebaja “temporal” de las retenciones y estableció que para poder acceder a ese beneficio los exportadores deberán liquidar los dólares en un plazo que no exceda en 15 días la fecha de presentada la “Declaración jurada de venta al exterior”.

La medida es para “ganar tiempo” y poder cerrar un acuerdo con el FMI que le permita no solo refinanciar los US$ 44.800 millones que el país le debe al organismo, sino que además, lograr un crédito adicional de entre US$ 10.000 y US$ 15.000 millones, para salir de cepo cambiario.

Al respecto, el ex-director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, destacó el “muy alto nivel de coincidencias en términos de la política pública” entre el Gobierno de Milei y el FMI, y en este contexto expresó que “el único punto muy complicado en la negociación es la política cambiaria" y "la estrategia para la salida del cepo”.

Werner desestimó que el Fondo vaya a pedir “una salida en el muy corto plazo, pero sí tener una estrategia clara y anunciada. Yo creo que ahí está la parte central de la negociación”.

No obstante, el ministro de Economía reiteró que para salir del cepo se deben dan tres condiciones:

  • Controlar la inflación: La meta es reducirla por debajo del 2,5% mensual, lo que permitiría disminuir el crawling peg al 1%. Según lo previsto, esto sucederá a partir del 1° de febrero.
  • Equilibrar la base monetaria: La cantidad de dinero en circulación debe coincidir con la base monetaria ampliada, que incluye las letras emitidas por el Banco Central. Este equilibrio, según analistas, lleva varios meses de avance sostenido.
  • Resolver el stock de deuda del Banco Central: Este pasivo podría solucionarse gracias a los dólares que aportaría el nuevo acuerdo con el FMI, lo que fortalecería las reservas internacionales.

A pesar de esta debilidad en el frente cambiario, el viernes el Gobierno recibió dos buenas noticias. Por un lado, logró postergar para el 2026 el pago títulos de deuda por $ 17 billones que vencen a lo largo de este año.

Además, a agencia de calificación crediticia Moody’s mejoró la nota asignada a la deuda argentina de Ca a Caa3 y la perspectiva asignada de “estable” a “positiva”.

La agencia subió las calificaciones al país como emisor a largo plazo en moneda extranjera y local, debido al “contundente cambio de política del Gobierno ha permitido un ajuste fiscal y monetario que está ayudando a corregir los desequilibrios económicos y a estabilizar las finanzas externas, además de reducir la probabilidad de un evento crediticio”.

La posición de Moody’s es un cambio radical respecto a su informe de noviembre, cuando afirmaba que el bajo nivel de reservas del BCRA era “una restricción clave para garantizar el pago de sus compromisos en el transcurso de 2025 y 2026″, algo que parece no haber cambiado en demasía si uno solo se remite a los números.