La manta corta: cómo acumular dólares y sostener la actividad a la espera de un guiño del FMI
La columna vertebral del programa económico es hacerse de divisas. Para el ministro de Economía de eso depende la estabilidad y la baja de la inflación, pero la guerra en Ucrania es un arma de doble filo. Un pedido de tiempo al Fondo, que por ahora tiende la mano.
A pesar de las dudas que muestran los agentes del mercado, en los últimos días Martín Guzmán volvió a ratificar su hoja de ruta e, incluso, con un tono más combativo hacia la oposición y algunos empresarios a los que suele acostumbrar en sus intervenciones. Mientras tanto, el FMI abre la puerta a una flexibilización en las metas trimestrales del acuerdo delineado antes del inicio de la guerra en Ucrania, que funciona como un alivio temporal para el ministro de Economía. Sin embargo, se mantendrán los objetivos anuales con el organismo, en particular del de acumulación de reservas que es sin dudas el más difícil de cumplir en el contexto mundial actual y que se volvió una “manta corta en la economía”.
El próximo 24 de junio es una fecha clave para el Gobierno por tres razones fundamentales. La primera es que en ese momento se reunirá el directorio del Fondo para analizar la aprobación técnica de la primera revisión trimestral del programa de facilidades extendidas y dar luz verde al desembolso por US$ 4.100 millones. Además, se publicará días después un informe con las primeras pinceladas de lo que será una readecuación de los criterios de desempeño trimestrales (reservas, déficit y emisión) para adaptarlos al impacto del conflicto bélico en el este de Europa.
Esa fecha es clave porque antes de la misma, según pudo saber Data Clave de fuentes del Ministerio de Economía, se publicará la actualización del Presupuesto con las nuevas proyecciones macroeconómicas. Para esa cartera resulta muy importante lo que se plasme allí como un “ancla” en las expectativas del mercado. “Es claro hacia dónde vamos y no queremos que haya dudas”, suele sostener Guzmán en cada intervención pública y privada.
La readaptación de las metas trimestrales dará aire al Gobierno para despejar las probabilidades de incumplimiento y waiver al FMI, ya que, por nombrar una, la meta de acumulación de reservas del segundo trimestre quedó sumamente alejada. El BCRA logró obtener sólo US$ 27 millones en lo que va de junio, con un stock de US$ 2.800 millones.
“Por lo tanto, considerando que a fin de mes ingresarán US$ 4.000 millones por parte del FMI pero se tendrá que pagar un total cercano a los US$ 2.700 millones, a falta de tan solo 12 ruedas el objetivo de alcanzar los US$ 6.425 millones de dólares de reservas para fin del primer semestre, en ausencia de desembolsos extraordinarios por parte de otros organismos internacionales, sería posible únicamente captando más de US$ 190 millones de dólares por día, lo cual sentencia casi definitivamente el incumplimiento de esta meta”, señaló la consultora Invecq.
Al Gobierno le fue muy difícil hacerse de divisas a pesar del aumento de precios de las materias primas que exporta Argentina, principalmente porque también hubo un encarecimiento de los insumos importados para la producción y sobre todo de la energía. En el primer cuatrimestre el superávit comercial se redujo 30% respecto al mismo período del año pasado.
La consultora Ecolatina identificó los 4 principales factores que pusieron mayor presión a las importaciones, además de la reactivación económica que demanda mayores volúmenes. “(i) el salto en la energía, los mayores costos logísticos y el creciente déficit turístico impulsan una mayor salida de divisas; (ii) factores que exacerban estos efectos: apreciación real del tipo de cambio, brecha elevada, tasas reales negativas y ciertos temores sobre el abastecimiento de insumos en el invierno incentivan un adelanto en las importaciones y menores liquidaciones en el MULC; (iii) falta de financiamiento comercial impide aplazar pagos de importaciones; (iv) demora en ventas de soja y falta de gasoil”, enumeraron.
Lo cierto es que en el segundo semestre se espera una menor liquidación del agro por motivos estacionales y un deterioro en la balanza energética y de servicios. En tanto, la meta de acumulación de reservas planteada con el Fondo para todo el año (US$ 5.800 millones) le ponen un tope a las importaciones que se puedan pagar. Es por esto que el Gobierno enfrentará una vez más el problema de la “manta corta” entre que las restricciones para importar no frenen la recuperación de la actividad y cumplir con sus compromisos en el acuerdo con el organismo. En Economía sostienen que no se convalidará un mayor ritmo devaluatorio y que habrá dólares para crecer al menos 4% o 5% este año.
Pero dicho objetivo es mucho más para Guzmán, ya que el ministro considera que hay dos componentes para la dinámica inflacionaria que vive el país: la estructural falta de dólares que genera expectativas devaluatorias y los componentes locales asociados al desorden de las cuentas públicas en los últimos años como así también la falta de un “ancla”.
Sostener el acuerdo y bajar la inflación
Para esto hay un ataque en dos frentes, el microeconómico y el macroeconómico. En la macro la apuesta está en el sostenimiento del acuerdo con el FMI, mientras que para la micro se le dio un papel fundamental a los acuerdos de precios e ingresos. El encargado de este segundo punto es el nuevo secretario de Comercio Interior, Guillermo Hang, que desde su llegada negocia con las empresas cómo seguirá Precios Cuidados en sus diferentes versiones.
Por lo pronto se le permitirá a las productoras de consumo masivo mayores aumentos a cambio de abastecimiento pleno en el programa. “Sabemos que no es muy simpático que lo primero que haga un nuevo secretario de Comercio sea permitir aumentos, pero creemos que si tenemos precios baratos pero sin abastecimiento no sirve de nada”, comentaron a Data Clave cerca de Hang.
El martes, el Indec informará la inflación de mayo, que en Economía esperan haya desacelerado más cerca del 5% que del 6% que marcó en abril. En los pasillos de Hacienda aseguran que ven una dinámica “a la baja” para los próximos meses a caballo de ratificar el rumbo económico. Las consultoras proyectan que los precios minoristas acumularán cerca de un 70% de incremento en 2022, mientras que Guzmán es más optimista e imagina un escenario de entre 55% y 60% que permita a la mayoría de las paritarias una recomposición este año. Sin embargo, se sabe que hay sectores que inevitablemente volverán a perder por quinto año consecutivo. La pregunta es por cuánto.