El proyecto de moneda común que rompe la grieta y comparten Lula y Alberto con Jair Bolsonaro
La iniciativa impulsada por los gobiernos actuales de Brasil y Argentina, fue también promovida por sus antecesores. La coincidencia entre el PT, el FDT, bolsonaristas y macristas, cuya implementación efectiva llevaría al menos 15 años.
"El proyecto de una moneda única entre Brasil y Argentina para reemplazar el real y el peso no existe", dijo este lunes el ministro de Hacienda, Fernando Haddad para tranquilizar a gran parte de los empresarios brasileños que critican la medida porque consideran que Brasil importará el "riesgo argentino".
Las declaraciones de Haddad fueron vertidas en un evento con empresarios de ambos países en Buenos Aires, dónde el titular del palacio de hacienda brasileño aclaró que lo que se estudia es “la factibilidad de una moneda digital común que se utilizaría únicamente en los intercambios comerciales”, para reducir la dependencia del dólar.
Es que el problema real para la administración de Lula Da Silva es que la idea de una moneda común fue adelantada el año pasado en la cumbre de Davos por el ex ministro de Economía de Jair Bolsonaro, Paulo Guedes. Por eso es que lo primero que aclaro Haddad es que esta idea es "diferente a la presentada por el gobierno anterior".
“Recibimos de nuestros presidentes una orden de no adoptar una idea que era del gobierno anterior, que no se llevó a cabo, de la moneda única. Mi antecesor, Paulo Guedes, estaba muy a favor de una moneda única entre Brasil y Argentina. Eso no es de lo que estamos hablando. Eso generó una gran confusión, incluso en la prensa brasileña e internacional”, declaró Haddad.
Pero lo cierto es que fue Guedes quien sostenía que había que conformar una moneda comun del Mercosur y de Brasil- Argentina llamada "peso real". Incluso Guedes le puso plazo a la implementación de la misma: en 15 años tenía que estar lista.
En realidad, la creación de una unidad de cuenta bilateral para evitar usar dólares que Argentina no tiene, ya fue creada en 2008, como un mecanismo de arbitraje entre los bancos centrales, y que nunca funcionó. Es por eso que muchos piensan que la moneda común, que los lulistas quieren llamar Sur, es por ahora, solo una buena intención.