Déficit fiscal: los números finos del planteo de la Argentina y del FMI por el cual sigue trabado el acuerdo
Dead line para la decisión argentina de pagar o no pagar el vencimiento de este viernes por US$ 731 millones. Reuniones frenéticas de Alberto con Cristina y Massa para tomar una decisión este jueves. Por qué el Gobierno no acepta el sendero fiscal que exige el organismo.
Son horas decisivas para las negociaciones que lleva adelante el Gobierno nacional con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El tiempo corre y mañana hay un pago pendiente por US$ 731 millones con el organismo que todavía no fue confirmado oficialmente y que está en evaluación. La principal diferencia entre las partes sigue siendo el sendero fiscal.
En ese marco, ayer hubo reuniones virtuales todo el día entre el presidente Alberto Fernández; el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (de viaje en Honduras). Así lo comentó a Data Clave una fuente oficial con acceso al principal despacho de la Casa Rosada.
Por estas horas, los tres accionistas mayoritarios del Frente de Todos mantienen reuniones frenéticas para tomar una decisión durante este jueves sobre el pago, o “no pago”, del compromiso que hay mañana. La alternativa también incluirá el vencimiento del próximo 1 de febrero (US$ 366 millones).
La principal traba continúa siendo el sendero fiscal, tal como lo explicó a los gobernadores el pasado 5 de enero el ministro de Economía, Martín Guzmán, durante su presentación en el Museo del Bicentenario.
Argentina pide tiempo, el Fondo pide un ajuste rápido que genere, según su visión, las condiciones necesarias de repago del crédito récord desembolsado a la gestión de Mauricio Macri durante 2018 y 2019.
En ese sentido lo declaró el ministro de Economía en una entrevista al diario francés Le Figaró: “la diferencia que tenemos con el FMI es la velocidad de consolidación fiscal y las combinaciones entre gastos e ingresos. No queremos penalizar la demanda cuando la economía se está recuperando”, precisó Guzmán.
Hasta ayer, Argentina y el organismo multilateral de crédito no se habían puesto de acuerdo con el ritmo de rebaja del déficit fiscal primario para los próximos años. Data Clave accedió a los detalles de las negociaciones y la propuesta que presentó el Gobierno al FMI.
En principio, la exigencia que hace el Fondo es de un déficit del 2% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2022, mientras que el Gobierno pretende un 2,5%. Para 2023 el FMI impone 1,4%, en tanto que la Casa Rosada contraofertó 2%.
Para 2024, el FMI pidió 0,7% del PIB en 2024, frente al 1% que ofreció el Ministerio de Economía. El organismo quiere que Argentina llegue al déficit cero en 2025 y para ese año la intención del Gobierno es que sea de 0,5% del PIB.
Por último, el FMI y Balcarce 50 coincidieron que en 2026 el déficit fiscal debería ser cero. Esa información va en línea con lo que había publicado Data Clave el pasado viernes, cuando desde el ministerio de Economía dijeron a este medio que el equilibrio fiscal para 2026 era un “plazo razonable” para el Gobierno.
La diferencia en este punto no es sólo sobre una reducción del gasto, sino de financiamiento. El sendero que finalmente se acuerde deberá financiarse con emisión monetaria, algo que desde Washington pretenden que baje lo antes posible. La intención de Argentina también es la de reducir el financiamiento monetario, pero de manera más gradual.
La postura de Martín Guzmán, que refleja también la del Presidente, es que continuar con la trayectoria que pide el FMI “socavaría” el crecimiento e incluso el “éxito” de un posible programa de apoyo.
Argentina se recuperó 10% en 2021, muy por encima de los pronósticos del mercado, y el ministro de Economía espera recuperar los niveles previos a la crisis macroeconómica de 2018 durante el primer trimestre de este año.
Otro punto que preocupa a Martín Guzmán serán las revisiones trimestrales que realizarán misiones técnicas del organismo, contempladas dentro del programa de facilidades extendidas que se está negociando, las cuales condicionarán desembolsos para pagar los compromisos al propio FMI de este año (US$ 19.100 millones), 2023 (otros US$19.300 millones) y 2024 (US$ 4.900 millones).
Desviarse de lo acordado con el organismo, o que el staff técnico considere que el camino no es el adecuado para los objetivos del siguiente trimestre, podría implicar que se corten los desembolsos. Esta es una preocupación central que el titular del Palacio de Hacienda había resaltado en la última reunión con gobernadores.
Mientras tanto, el Gobierno se encuentra ante una definición que no resulta sencilla. Los referentes del Frente de Todos determinarán en las próximas horas si se pagarán mañana o no los US$ 731 millones de capital y los intereses de US$366 millones del próximo martes.
Las Reservas Netas del Banco Central alcanzan para pagar los próximos vencimientos. Sin embargo, las mismas no llegan a cubrir los compromisos del 21-22 de marzo, cuando será el primer pago “grande” del año al organismo (US$ 2,824 millones).
Mientras tanto, los ruidos comienzan a sentirse en el mercado cambiario. Ayer el dólar blue cerró en $221, cotización récord, y el CCL en $229, reflejando las presiones que genera la incertidumbre de un posible atraso, o “arrears”, con el Fondo.
Hay una encrucijada de tinte político para el Frente de Todos. Consideran que ajustar la economía como pretende el Fondo sería casi descartar las chances de seguir en el Gobierno después de 2023. Un "no acuerdo" también implicaría un riesgo de corto y mediano plazo difícil de dimensionar que seguramente será negativo.