Primero fue el miércoles y luego el viernes. En menos de 48 horas el ministro de Economía, Luis Caputo, le pidió a los empresarios que inviertan –algo que los datos privados reflejan que no están haciendo– y se sumen al blanqueo de capitales, ya que el Gobierno garantiza el orden macroeconómico y asegura tener el apoyo de la gente.

En dos discursos casi calcados, uno en la Bolsa de Comercio de Córdoba y el miércoles durante un acto en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Caputo destacó que “es la primera vez que tenemos un Presidente que garantiza que no nos vamos a mover del orden macroeconómico” y que en el exterior “se han sorprendido la velocidad y los resultados que se han conseguido”.

Los resultados “están avalando que lo que se está haciendo es el camino correcto. No es un gobierno que está prometiendo; es un gobierno que está haciendo. Es un momento para creer y para invertir”, insistió Caputo ante los empresarios reunidos en la provincia mediterránea.

Y les dijo que “en la medida en que los empresarios y ciudadanos apoyen este proceso, la recuperación va a ser mucho más fuerte y mucho más rápida”.

Sin embargo, según el Centro de Estudios Económicos Orlando J. Ferreres, la Inversión Bruta Interna Mensual (IBIM) llevaba hasta junio ocho caídas interanuales consecutivas y un derrumbe del 27,5% interanual.

En términos de volumen físico (sin contar el efecto de la inflación), la IBIM acumuló en el primer semestre del año una contracción de 22,2%, en tanto en la medición en dólares, se estima una inversión de US$ 6.330 millones mensuales.

Más allá de sectores puntuales como el vinculada a la explotación del litio y el gas y el petróleo en Vaca Muerta, las invesiones parecen estar demoradas. Por tomar un segmento, el brasileño Banco Itaú dejó su operatoria en el país que pasó a manos del Macro, con el consecuente cierre de sucursales, ahora está a la venta nada menos que el BBVA-Banco Francés. Parecería que un país con 55% de pobreza y negocios muy concentrados no es apetecible para la banca minorista extranjera.

Y ni que hablar en otros sectores de la economía que trabajan a menos del 60% de su capacidad industrial instalada, según cifras del propio Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Pero también Caputo exhortó a los empresarios a que adhieran al blanqueo de capitales ya que “su intención no es recaudatorio, sino para que se motorice la economía”.

El Gobierno necesita imperiosamente de estos dólares para hacer frente a los pagos de deuda, sobre todo el año próximo, y poder levantar el cepo cambiario, para normalizar el flujo de capitales.

Según un informe de esta semana del economista Emmanuel Álvarez Agis, dada la dinámica reciente en el mercado y la apreciación del tipo de cambio real, “luce poco probable que el Banco Central compre US$ 3.500 millones en lo que resta del año y cumplir la meta fijada con el FMI”.

“Mientras más se demore la salida del cepo, con un crawling peg (devaluación) que viaja por debajo de la inflación, mayor será el salto necesario para llegar al tipo de cambio real que pide el FMI”, advirtió quien fuera viceministro de Axel Kicillof entre el 2013 y el 2015.