A partir del lunes, los ministros de economía y presidente de bancos centrales de las naciones que integran el G-20 se darán cita en Rio de Janeiro que busca una “Alianza Global contra el hambre y la Pobreza”.

En esa reunión estarán presentes la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI) Kristalina Georgieva, y su “número dos” la Directora, Gita Gopinath, y con ellas querrá dialogar “mano a mano” el ministro de Economía, Luis Caputo, que busca un nuevo entendimiento con el organismo.

La situación es compleja. A mediados de junio el FMI aprobó la octava revisión, y liberó US$ 800 millones para que Argentina pague la deuda que mantiene con el organismo, luego de que el país cumpliera con todo lo comprometido, algo que no pasaba en años. 

Pero el organismo advirtió que “los desequilibrios macroeconómicos y los obstáculos al crecimiento siguen siendo considerables y aún queda por delante un largo y difícil proceso de ajuste”.

El FMI pidió un “un esquema de flotación administrada”, lo que significa libertad cambiaria con intervenciones del Banco Central, un esquema similar al de Uruguay o Perú.

Además apuntó que: “Los impuestos se pagarán en pesos”, dejando de lado la posibilidad de una dolarización completa, y que la tasa de interés tiene que ser positiva, para evitar una corrida en el tipo de cambio.

Desde ese momento hasta nuestros días, la relación con el organismo no fue la misma. El presidente Javier Milei cargó contra el Director del Hemisferio Occidental, al chileno Rodrigo Valdes, a quien acuso de “haber hecho la vista gorda” cuando en la gestión de Sergio Massa el déficit fiscal alcanzaba al 4% , y o “acusó” de tener “algunos vínculos con el Foro de San Pablo”.

Eso fue a comienzos de este mes, pero una semana más tarde, la vocera del FMI, Juli Kozack puso las cosas en claro al afirmar que : “Es importante señalar que la Directora General (por Kristalina Georgieva) tiene plena confianza en Rodrigo Valdez y todo su equipo ”.

Ahora, y contra la recomendación del Fondo, Caputo no solo no levantó el cepo, sino que comenzó a intervenir en el mercado cambiario en el Contado Con Liquidación para cerrar la brecha con el oficial. Eso generó incertidumbre, ya que si el Gobierno se apresta a vender dólares ¿“cómo va a hacer para acumular reservas”? , tal como le prometió al organismo.

Solo queda la palabra de Caputo quien el viernes sentenció que la gente deberá vender los dólares que tienen ahorrados para pagar los impuesto.

Parece que atrás quedó la pretensión del ministro de que el FMI le preste US$ 15.000 millones adicionales - Argentina le debía US$ 41.546 millones al organismo según cifras oficiales a junio – para salir del cepo, y ahora plantea hacerlo cuando la inflación sea “cero”.

En este marco, Caputo confía en encontrarse el martes y miércoles con Georgieva y Gopinath en Rio de Janeiro para avanzar en la negociación de un nuevo acuerdo.