Voto en blanco: a un paso del récord y por qué puede ser clave para las aspiraciones de Javier Milei
En las PASO fue la opción elegida por el 5.51 por ciento del electorado, casi el total de la suma de votos entre Schiaretti y la izquierda. El domingo podría convertirse en un factor determinante para que no haya balotaje. Cómo cambia su peso para estos comicios.
Un total de 1.356.480 personas tomaron la decisión de votar en blanco en las últimas PASO. La cantidad equivale a un 5.51 por ciento del electorado por lo que, esta opción, superó a aquellos que eligieron a Hacemos por Nuestro País, el partido de Juan Schiaretti, y a la sumatoria de las dos fórmulas de izquierda. En otras palabras, el sufragio a sobre vacío se convirtió en la cuarta fuerza detrás de las tres que hoy pugnan por lograr la victoria o, de mínima, acceder a un eventual balotaje.
De los quince frentes que presentaron candidatos para presidente solo cinco lograron pasar el corte del 1.5 por ciento. Los diez restantes, quedaron afuera. Y dentro de ese lote, el que más votos sacó fue Principios y Valores, conducido por Guillermo Moreno. Justamente en las últimas horas el exsecretario de Comercio de Néstor Kirchner dio a conocer a conocer cómo actuará el próximo domingo. “Si no voy a votar a ninguno de los cinco candidatos, ¿a quién voto? En blanco. Para la categoría de presidente, solamente”, manifestó.
Lo cierto es que hoy las tres opciones más votadas arrastran el antecedente de no pasar el 30 por ciento. Y el voto bronca se convirtió en una de las principales representaciones de cara a lo que serán las generales del domingo. En ese marco, el sufragio en blanco podría crecer. Más si se tiene en cuenta que tres de las cinco fuerzas que lograron pasar el corte de las primarias lo hicieron a través de una interna que dejó casi 4 millones y medio de votos en el camino.
A diferencia de lo que sucedió en las PASO, en las elecciones del 22-O el voto en blanco tendrá un conteo diferente. Sucede que la Constitución Nacional establece que los sufragios en esta instancia se deben contar sobre aquellos que son afirmativos. Es decir que los votos en blanco quedarán afuera a la hora de elevar los porcentuales.
A modo de ejemplo, Javier Milei, que fue el candidato más votado en las PASO, alcanzó el 29.8 por ciento y si no se hubiera tomado en cuenta los votos en blanco, como sucederá ahora, habría cosechado el 31.5. Es por esto que el líder de La Libertad Avanza, a quien la mayoría de las encuestadoras lo ubican al frente en la intención de voto, podría crecer más de la cuenta hasta dar con el número necesario para obtener el triunfo en primera vuelta para lo cual se necesita un 45 por ciento de los votos o el 40 por ciento y una diferencia de más de diez puntos con respecto al segundo.
Desde el regreso de la democracia en 1983 a esta parte, el voto en blanco alcanzó un promedio de 2.8 por ciento para las elecciones presidenciales. Su récord se dio en 2007 cuando Cristina Fernández de Kirchner ganó los comicios contra una oposición fragmentada. En aquella oportunidad quienes optaron por poner el sobre vacío adentro de la urna fue el 6.44 por ciento del electorado. Mientras que fue en 2003 cuando tuvo su actuación más baja con el 0.99 por ciento.
A pocas horas de los comicios ya son muchos los que empiezan a agitar la idea de que votar en blanco es elegir a quien termina siendo ganador. Una decisión que, en caso de haber balotaje, se convertirá sin duda en una de las principales vedettes de la contienda.