UPSRA: investigan corrupción de los interventores macristas en el sindicato de seguridad privada
La Unión de Personal de Seguridad de la República Argentina estuvo intervenida durante casi toda la gestión de Cambiemos. Ahora, quien se hizo cargo del gremio durante casi tres años es acusado de un "vaciamento" de las arcas sindicales y de efectuar contrataciones apócrifas con sobreprecios. La causa avanza en la justicia y se desató una disputa política.
La UPSRA estuvo intervenida desde fines de 2016 hasta comienzos de 2020. El entonces ministro de Trabajo Jorge Triaca no avaló el proceso electoral interno y corrió de la conducción a Ángel García, un ex aliado de Luis Barrionuevo. Primero fue Patricio Lombilla quien ocupó el lugar de interventor hasta que, a principio de 2019, Dante Sica resolvió reemplazarlo por Rodolfo "Coco" Alonso.
Alonso enfrenta ahora una denuncia por encabezar una "asociación ilícita", que tramita en el Juzgado Criminal Correccional Nº 2. Se investiga su vínculo con la empresa de seguridad MSM, a la que contrató para prestar servicio en el propio sindicato de vigiladores. En casa de herrero, cuchillo de palo. La contratación de 60 hombres por día para desempeñar esa función representaba en la caja sindical un gasto de 4 mil pesos por día, aunque los propios empleados cobraban apenas mil. Trabajadores del sindicato aseguran que fue una de las tantas maniobras que generaron un "vaciamiento absoluto durante su gestión".
La Unión de Personal de Seguridad de la República Argentina es un gremio que un gremio que reúne a vigiladores privados, espías, patovicas y policías exonerados y que siempre ha tenido un particular interés para el poder. Su principal atractivo radica en tener, como dicen dentro del propio gremio, "ojos y oídos en todos lados". Aunque el rubro abarca en total a unos 300 mil empleados, el sindicato cuenta únicamente con 11 mil afiliados. Antes de la intervención macrista eran unos 14 mil.
En los últimos días de diciembre de 2019, cuando ya era un hecho la llegada de Alberto Fernández a la presidencia, la justicia laboral falló a favor del García para volver a hacerse cargo del gremio de los vigiladores y representó un duro golpe contra de las pretensiones de Barrionuevo. El histórico referente de los gastronómicos buscaba quedarse con la conducción del sindicato.
En el medio de las peleas políticas de estos pesos pesados, "Coco" Alonso utilizó su rol de "delegado normalizador" para tirar paredes con uno y otro lado de la grieta interna. Llegó de la mano de Sica justamente para hacer lugar a un llamado a elecciones con la única autorización a Leónidas Requelme, hombre del riñón de Barrionuevo. Sin embargo, dejó caer en el camino algunos guiños a García y colaboró con su regreso.
"Alonso tomó la determinación de rescindir los contratos de trabajo a plazo fijo de los directores de la gestión normalizadora, que se encaminaban a entregar el gremio a una conducción que surgiera del voto de los afiliados, y pasó a designar a un equipo integrado por familiares y amigos con desconocida solvencia técnica y profesional", explica Ariel Sassone, director de recaudación, fiscalización y afiliaciones de la UPSRA, desde septiembre 2017 hasta enero 2019.