Tensión en el Frente de Todos por la conducción de la política nuclear
La designación del próximo presidente de la CNEA abrió un nuevo frente en el interior del Gobierno. Ese puesto es aún conservado por un funcionario macrista. Acuerdos con China y modelo tecnológico, el trasfondo de esta discusión que podría resolverse en el corto plazo.
La pandemia demoró cambios en varias áreas de Gobierno. Y la Secretaría de Energía fue uno de los sectores más afectados en ese sentido, al punto que distintos conflictos motivaron cambios de autoridades y la transferencia de esta oficina de un ministerio a otro. En el interior de esta secretaría, hay un puesto que abre una nueva disputa en el frente de Todos, puesto que aún es conservado por un funcionario macrista: la presidencia de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Quienes disputan un lugar en la CNEA sostienen que lo que se discute es un modelo tecnológico nuclear argentino.
Como se dijo, la órbita de Energía sufrió contratiempos durante los primeros meses de gestión de Alberto Fernández. Sergio Lanziani dejó su cargo tras una opaca gestión y fue reemplazado por el diputado neuquino Darío Martínez en agosto del 2020. Además, la secretaría dejó el Ministerio de Desarrollo Productivo (Matías Kulfas) y pasó al Ministerio de Economía (Martín Guzmán). Durante su breve período, Lanziani sí designó nuevas autoridades en la Nucleoeléctrica Argentina (NASA), la empresa estatal a cargo de la operación y construcción de centrales nucleares de potencia. Pero no realizó modificaciones en la CNEA, organismo que asesora el Ejecutivo en la definición de política nuclear y promueve la formación de recursos humanos de alta especialización y el desarrollo de ciencia y tecnologías en materia nuclear. Tampoco lo ha hecho Martínez.
Así las cosas, en la presidencia de la CNEA continúa Osvaldo Calzeta Larrieu, designado por Mauricio Macri en septiembre de 2016. Y figuran dos posibles candidatos para reemplazarlo, en un hecho que según pudo averiguar Data Clave, ocurrirá en el corto plazo. Esta danza de nombres, acotada, abrió una nueva grieta en el interior de la heterogénea coalición oficialista.
Por un lado figura Mauricio Bisauta, que fue vicepresidente de la CNEA durante la gestión de Cristina Kirchner y que en los años macristas fue presidente y vicepresidente de la Empresa Neuquina de Servicios Industriales (ENSI), sociedad mixta cuyas acciones se comparten entre la CNEA y la provincia de Neuquén y que opera la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP). Son varios los críticos que rechazan la designación de Bisauta, por considerar que en los últimos años fue protagonista de la crisis que atraviesa el PIAP, avalando el “desguace” de la planta, promoviendo retiros y sin intención de preservar puestos de trabajos.
Los críticos de Bisauta, entre los que se encuentra la ATE-CNEA, pero también la asociación de profesionales del sector nuclear, promueven la candidatura de Andrés Kreiner, que actualmente se desempeña como Subgerente de Tecnología y Aplicaciones de Aceleradores en CNEA.
“Nos interesa que tengamos la posibilidad de retomar la senda de autonomía tecnológica que excede el tema de las centrales y tiene que ver con defensa de los trabajadores. y una perspectiva que revalorice a los investigadores y técnicos”, le dijo a este medio un relevante investigador que forma parte de la CNEA.
Lo que también se discute en esta designación es el perfil que debe tomar Argentina en los acuerdos nucleares con China. El diálogo iniciado -y luego interrumpido- en 2015 proyectaba la construcción de dos centrales, una en base a la tecnología de origen canadiense “Candu” (reactor de agua pesada presurizada, que hoy Argentina está en condición de ofrecer recursos tecnológicos) y una segunda en base a tecnología china “Hualong” (reactor de uranio enriquecido, que el país aún no está en condiciones de aportar, pero sí podría en el mediano plazo).
El panorama actual de las negociaciones es pesimista respecto al avance de la construcción del reactor con tecnología Candu. Referentes del CNEA y la NA-SA sostienen que no es conveniente ceder y resignar la construcción de esa central (sería en Zárate). El actual embajador en ese país, Sabino Vaca Narvaja (que reemplazó a Luis María Kreckler tres semanas atrás), describió previo a asumir en ese cargo que “actualmente, la propuesta financiera china encabezada por el Banco Industrial y Comercial (ICBC) ofrecería la oportunidad de acceder al financiamiento del 85% del contrato de construcción del reactor HPR-1000 (Hualong) de acuerdo con los términos establecidos por nuestro país para definir a un crédito de tipo concesional”. En un artículo publicado en el portal Cenital, Vaca Narvaja agregó que “por su parte, y teniendo en cuenta la cancelación del proyecto CANDU, la Secretaría de Energía en conjunto con NA-SA se encuentran trabajando en la posibilidad de reactivarlo”.
Fernández y su par chino, Xi Jinping, intercambiaron cartas el pasado 4 de enero, con las negociaciones por las vacunas contra el coronavirus que desarrollan los laboratorios Sinovac y Sinopharma como principal tema de agenda, pero también con la intención de fortalecer el vínculo bilateral y avanzar en el acuerdo mencionado. Para mayo, el Presidente argentino tiene en sus planes continuar este diálogo en China.
El perfil que adopte la CNEA, entonces, será clave para las decisiones que aún debe tomar el Gobierno.