Qué hay detrás de la frase de Oscar Parrilli sobre la baja histórica de la natalidad en Argentina
El senador nacional argumentó que durante el kirchnerismo "había más nacimientos porque había esperanza". Desde 2014 en adelante, la cifra de natalidad bajó considerablemente y no hay perspectiva de que vaya a aumentar. Incluso, en 2020, cayó al nivel más bajo de la historia en Argentina. Sin embargo, no es necesariamente un factor negativo. Data Clave conversó con Octavio Bramajo, investigador en el centro de estudios Demográficos de la universidad autónoma de Barcelona.
El senador nacional Oscar Parrilli, una de las personas de confianza de la vicepresidenta Cristina Kirchner, protagonizó un error conceptual en una exposición que terminó sirviendo para reavivar un debate que perdió la atención pública: la tasa de natalidad en Argentina y su considerable descenso desde 2014 en adelante.
"Cuando terminó la gestión de Cristina Kirchner, en el 2014 y 2015, nacían 770 o 780 mil niños. Del 2016 al 2019, bajamos a 620 mil, un 25%. ¿Por qué ocurrió esto? Bueno, yo creo que está muy claro. Nacían niños por que la gente tenía esperanza, tenía futuro y veía la vida con perspectiva de futuro. Cuando asumió Macri, en 2016, claramente todo eso se vino abajo", expuso el senador del Frente de Todos.
La frase fue al pasar y se trató de uno de los tantos argumentos que utilizó para convencer a los sindicalistas presentes. El proyecto que presentaban es el que anunció la vicepresidenta públicamente y que tiene como objetivo conseguir dólares para pagarle al Fondo Monetario Internacional (FMI). La redacción del proyecto propone cobrarle un impuesto único a las personas que tienen plata en el exterior y que no la declararon. El kirchnerismo apunta a conseguir unos U$S 70 mil millones.
Parrilli quiso dar a entender que la natalidad, en especial en Argentina, está directamente ligada a la estabilidad y la situación económica de cada familia. Sin embargo, según especialistas, los descensos en natalidad pueden ser hasta multicausales. Y uno de los planteos principales, totalmente alejado del postulado del senador, es que las poblaciones están transitando un proceso de envejecimiento.
Según el último reporte del ministerio de Salud de la Nación, que publicó las estadísticas vitales correspondientes al año 2020, la tasa global de fecundidad (el número de hijos por mujer) volvió a caer y se ubicó en 1,54, el valor más bajo de la historia. En Argentina, la tasa de natalidad de número de nacimientos por cada mil habitantes registra una caída abrupta desde 2014. El piso histórico de 2020 es de un valor del 11,8%. Los nacidos vivos en ese año fueron 533.299, un 14,7% menos respecto al 2019 -625.441- y un 31,4% con relación al 2014 -777.012-.
En ese marco, Data Clave se contactó con Octavio Bramajo, sociólogo/demógrafo e investigador en el centro de estudios Demográficos de la universidad autónoma de Barcelona. "Que haya menos nacimientos es algo común y que pasa en la mayoría de las sociedades del mundo a medida que las poblaciones envejecen. Es un proceso gradual, lento y muy inercial, pero sostenido. Nacen menos personas, mientras que las que viven, lo hacen por más años. Puede pasar en muchos casos que los nacimientos bajen y que la población siga creciendo. Al vivir más tiempo, muchas más personas coexisten", asegura el especialista.
En cuanto a 2020, donde se registra la mayor baja en la tasa de natalidad, los expertos aseguran que la pandemia no fue un factor real, debido a que la mayoría de los nacimientos en ese año fueron concebidos antes de las medidas de aislamiento en prevención del Covid-19. Y ese espejismo se traslada al mundo. La Tasa Global de Fecundidad (TGF) -el número de hijos que en promedio tendría cada mujer al final de su vida reproductiva- también mostró un significativo descenso y se ubicó en 1,54% en 2020, un indicador que llegó a caer hasta el 25% desde 2014.
"El descenso de la fecundidad, léase la cantidad de hijos por mujer que tiene la gente, es visto como algo bueno. Las políticas pro natalistas son muy de los 70 y los 50. El consenso es que la gente tenga la cantidad de hijos que quiera tener. Argentina es un país que tiene un alto componente de embarazo adolescente y que empezó a descender en la última década. Creo que es bueno que esa cifra comience a descender, porque implica una mayor planificación familiar, que suele asociarse con condiciones de vida mejores y rupturas de ciclos de pobreza. Me parece deseable que haya un descenso de la natalidad si eso implica una mayor proporción de hijos deseados", asegura Bramajo, lejos de espantarse por la baja en esta estadística.
Lejos de la grieta política, tanto el kirchnerismo durante sus últimos años de gestión como Cambiemos, de 2015 a 2019, promovieron una serie de medidas atadas a profundizar las medidas anticonceptivas, algo que, por consecuencia, tuvo impacto en la tasa de natalidad, en especial en las mujeres adolescentes.
El ministerio de Salud, en el año 2014, incorporó el implante subdérmico, un método anticonceptivo de larga duración y que está centralizado en jóvenes y adolescentes. Es un medicamento que, a día de hoy, se distribuye mediante el programa Remediar. En 2017, con Mauricio Macri de Presidente, se implementó el Plan ENIA (Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia). Este, todavía vigente, apunta al "acceso gratuito de métodos anticonceptivos, la educación sexual integral y asesorías en las escuelas, la consejería en salud sexual y reproductiva y actividades de promoción comunitarias".
"Hay mucho terror sobre la hipótesis de que si nacen muy pocos hijos, no va a haber nadie que pueda mantener los sistemas de jubilación en el futuro, o que se va a despoblar el país. Creo que ese es el miedo que se tiene que combatir desde las políticas públicas. La pregunta es, por ejemplo, si los sistemas de pensiones tal y como los conocemos, no son instituciones que se pensaron para poblaciones del siglo XX, cuando ahora se sabe que la proporción de adultos mayores va a aumentar", reflexiona Bramajo.
Y en ese mismo marco, agregó: "La solución no puede estar en engendrar hijos, sería no asumir el problema de pensar que, quizás, está mal el sistema de las jubilaciones tal como lo conocemos. Ahí también está la discusión de la productividad: ¿Importa cuántos trabajadores pongamos en el mercado laboral, sabiendo que quizás podemos tener menos pero que sean altamente eficientes para sostener a una población mayor?".
A su vez, el sociólogo detalló que en algunos países de Europa, como los casos de Suecia, Dinamarca y Francia, están llevando adelante políticas sociales vinculadas a intentar aumentar la fecundidad con propuestas "muy onerosas", pero que no están teniendo resultado. "Es muy pequeño el aumento en proporción con lo que se invierte. Pensar que eso va a revertir este declive de la fecundidad es difícil, pero no es algo malo. Que la natalidad baje es consecuente con una sociedad que envejece, y eso es lo bueno, porque hablamos de sociedades más selectas, justas e igualitarias en un futuro", plantea.
El otro punto al que muchos buscan atribuirle esta baja histórica en la tasa de natalidad es la implementación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (ILE), promovida parlamentariamente durante la gestión de Cambiemos y aprobada en el Gobierno de Alberto Fernández. "Es muy difícil vincularlo a eso, es muy pronto, porque hay muchas cosas pasando al mismo tiempo como la pandemia del covid-19, la rescisión económica... descomponer las cosas en temas puntuales es muy pronto. Es cierto que los protocolos de la ILE harán que la fecundidad real se parezca mucho más a la fecundidad deseada. No creo que la ILE y los nuevos protocolos hagan un cambio muy abrupto. Si las mujeres no quieren tener hijos, no lo van a tener en la medida de lo posible, y para eso está la ILE. Cuando el embarazo no era legal, sucedía. Argentina tuvo políticas pro natalicias desde los 50 y aún así la fecundidad está en vías de descender", explica Octavio Bramajo.
La TGF marcó un descenso importante entre 1980 y 2020, llegando a un 55%. Sin embargo, la caída más abrupta fue en el período entre 2014-2020, donde fue del 35%. En la actualidad, Argentina cuenta con cifras de natalidad similares a la de los países europeos. "En un contexto de recesión económica, esto puede tener un impacto negativo en la fecundidad de manera transitoria, lo vemos con el covid, donde cayó estrepitosamente. Son pequeños saltos en procesos más grandes de una sociedad. Lo que se ve es que la caída de la fecundidad es un fenómeno casi irreversible de las sociedades occidentales. Quizás la adversidad económica lo haya causado, pero no tenemos un trabajo que demuestre un vínculo causal, entonces no es más que una especulación", cerró el especialista que dialogó con Data Clave.