Polémica por embarazadas rusas se traslada a la política: la crítica de Pichetto y el rol de Migraciones
La investigación por los arribos irregulares al país de ciudadanos provenientes de Rusia se empieza a convertir en una cuestión política. Uno de los principales dirigentes de Juntos por el Cambio aseguró que Argentina es un "colador" y que se está haciendo "turismo sanitario sin reciprocidad". La causa judicial que está en proceso y la explicación de la cartera que responde a Wado de Pedro ante una problemática evidente.
La polémica por el ingreso irregular de ciudadanos rusos al país y que derivó en una investigación que se encuentra en curso empieza a convertirse en otro ítem de disputa política entre las dos principales coaliciones en un 2023 que tiene elecciones de por medio.
El sábado se conoció que la Policía Federal, junto con la Dirección Nacional de Migraciones (DNM), realizaron un control migratorio ante esta problemática y con el objetivo de controlar los datos aportados en la Declaración Jurada de ingreso de los ciudadanos rusos.
Todo esto comenzó el viernes, cuando se retuvo en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza a seis ciudadanas rusas embarazadas bajo el rótulo del "“falso turista”, luego de una serie de irregularidades detectadas por Migraciones puso en evidencia una problemática migratoria compleja: el arribo a diario de cientos de rusos que escapan de las consecuencias de la guerra con Ucrania.
Según informaron desde la fuerza de seguridad, por medio de la División Asuntos Migratorios y de manera mancomunada con personal de inspectores de la Dirección Nacional de Migraciones realizaron control migratorio sobre la población rusa que ingresó en las últimas horas al Territorio Nacional. El objetivo del operativo fue “verificar si se encontraban en el domicilio denunciado al momento del ingreso al país, como así también controlar los datos aportados en la Declaración Jurada de ingreso de los ciudadanos rusos”. De esta manera, los agentes concurrieron a diferentes hoteles de la Ciudad de Buenos Aires, siendo estos el Hotel Sheraton, Hotel Regente Palace, Hotel NH Collection, el Hotel Aires Express y Hotel Esplendor. Allí, comprobaron que de los treinta ciudadanos rusos solamente se encontraban en sus domicilios ocho personas.
Pero lo más importante estuvo en Puerto Madero. Según el sitio Infobae, se produjeron dos allanamientos en el barrio porteño de Puerto Madero en los que se consiguió importante documentación para el avance de la investigación y además, identificar a los presuntos cabecillas de la organización. Uno de los procedimientos se llevó a cabo en un departamento ubicado en la calle Juana Manso al 590. Allí, habitaba una pareja conformada por Olga Guz una mujer de 33 años, nacida en Kazajistán y con documento nacional argentino. De acuerdo con registros oficiales, su actividad principal es prestar “servicios de traducción e interpretación”, pero se trataría de la gestora que se encarga de realizar los trámites ante Migraciones.
El segundo procedimiento tuvo lugar en la calle Azucena Villaflor al 550. Allí identificaron otros dos investigados. Se trata de Elena Kuklina, una joven de 26 años de nacionalidad rusa y su pareja Ruslan Yuslashev, un hombre de 39, nacido en el mismo país europeo, cuya actividad principal registrada es “servicios inmobiliarios realizados por cuenta propia”. Su mujer brinda “servicios de informática”, consigna el mismo portal. Producto de uno de los allanamientos realizados por la Policía Federal, les incautaron cuatro teléfonos celulares, tres notebooks, un dispositivo USB, dos registros de conducir posiblemente apócrifos, 66.920 dólares, 2.670 euros y documentación de interés para la causa como pasaportes, trámites migratorios y certificados de domicilio.
Pero no lo hacían de manera desinteresada o con fines humanitarios. De acuerdo a la hipótesis central, la organización facilitaba los trámites para obtener los documentos argentinos a los inmigrantes y por sus servicios, ofrecidos a familias rusas de alto poder adquisitivo, cobraban una importante suma de dinero.
Lo que en principio es un problema real por la tensión reinante entre Ucrania y Rusia y el dilema que afronta Migraciones en cuanto a cómo debe proceder, ahora se convierte en un nuevo ítem para la grieta política en pleno año electoral. El que primero se manifestó al respecto es el auditor general de la Nación y uno de los principales referentes de Juntos por el Cambio, el exJusticialista Miguel Ángel Pichetto. A través de sus redes sociales, cuestionó: “Recién ahora se dan cuenta y el gobierno sobreactúa acerca de un tema que vengo sosteniendo hace muchos años: que en la Argentina ingresan ciudadanos extranjeros indiscriminadamente para usufructuar de nuestro sistema de salud pública. Turismo sanitario sin reciprocidad”.
De acuerdo a la información que pudo recopilar Data Clave, el conflicto dio lugar en marzo de 2022, cuando el Gobierno otorgó un visado humanitario para ciudadanos ucranianos que se vieran afectados por la invasión rusa. Sin embargo, al poco tiempo, desde la cartera que dirige Florencia Carignano detectaron que empezó a verse un flujo de ingresos poco habitual de ciudadanos rusos, teniendo en cuenta que ninguna de las dos naciones requieren de una visa para ingresar al país. Pero el dato que encendió las alarmas fue el siguiente: los ciudadanos que habían ingresado con un plazo de permanencia de 90 días, luego se acercaban a Migraciones para iniciar el trámite de residencia por hijo argentino, procedimiento que está contemplado en el artículo 22 de la Ley 25.871 de la DNM.
Ante ese dato particular, desde la cartera que responde al ministro del Interior, Eduardo ‘Wado’ de Pedro, se hizo un análisis interno con entrevistas personales con madres y padres de nacionalidad rusa, principalmente para detectar si existían indicios de tráfico o trata de personas. Fueron aproximadamente 350 los casos en estudios, de los cuales la conclusión fue que no había señales de este délito. Todo lo contrario: encontraron familias jóvenes de ingresos medios/altos y con formación universitaria que buscaban refugio por el contexto de guerra que subyace en su país.
En lo que respecta a la causa judicial, tramita en el juzgado de María Servini con la intervención del fiscal Federico Delgado. La investigación comenzó en diciembre, se pausó por la feria judicial y se reactivó en los últimos días. Esta semana se produjeron dos allanamientos y la pesquisa logró establecer que unos 70 ciudadanos rusos, en su mayoría mujeres, consiguieron de manera exprés la residencia permanente
Y esta es la pista que sigue de cerca la Justicia y la propia Dirección Nacional de Migraciones, que fue alertada por algunos ciudadanos rusos que por redes sociales empezaban a ofrecerse los servicios de gestión de trámites migratorios, de ciudadanía y de reservas en maternidades, entre otros ítems. Fuentes de la cartera le expresaron a Data Clave que también aparecieron indicios de organizaciones vinculadas no sólo a la gestión de trámites, sino también de alquiler de propiedades, de ingreso de dólares y hasta criptomonedas.
En la actualidad los trámites de residencia que recibe la DNM son en un 96% vinculados a ciudadanos de países que integran el Mercosur y que tienen facilidades por el espíritu de la ley de Migraciones. En el caso de los rusos, según relatan a este medio, siempre presentaron la documentación perfectamente, lo que hacía que el trámite estuviese en condiciones de ser resuelto sin mayores inconvenientes.
En cuanto al pleito político, Pichetto fue por más y luego realizó otro descargo, argumentando que “Argentina es un colador” y que “en poco tiempo nuestro pasaporte va a ser sospechado en el mundo, ya que cualquiera podría obtenerlo sin pasar por los procesos establecidos a tales fines”.
“El ingreso de mujeres rusas embarazadas fue denunciado incluso por el diario The Guardian en Inglaterra, con información facilitada por la embajada rusa en la Argentina. El Estado Nacional bien gracias…", cerró.
El control exhaustivo a los ciudadanos rusos al momento de ingresar a la Argentina no cayó bien en los ciudadanos de dicho país, que se encuentran organizados y tienden lazos para quienes decidan venir, y confiaron a Data Clave que tras el arribo de los últimos vuelos “los ciudadanos rusos fueron separados y formados en un grupo separado de 50 personas, independientemente de su edad, estatus y posición. A todos ellos se les pidió que cumplimentaran un cuestionario de 10 preguntas, traducidas de algún modo mediante un servicio de traducción automática”.