Embarazadas rusas: entre las irregularidades en los ingresos y una causa por partidas truchas
Tras la retención en Ezeiza de las mujeres rusas embarazadas, se destapó el conflicto migratorio complejo que enfrenta la Argentina. La palabra de los emigrados y la pista que persigue la justicia.
El arribo de seis ciudadanas rusas embarazadas a Ezeiza que fueron retenidas bajo la figura del “falso turista” luego de una serie de irregularidades detectadas por Migraciones puso en evidencia una problemática migratoria compleja: el arribo a diario de cientos de rusos que escapan de las consecuencias de la guerra con Ucrania.
Ante este fenómeno, Migraciones decidió profundizar el cuestionario de ingreso al país para detectar a estos “falsos turistas”. Según las estadísticas del organismo, a cargo de Florencia Carignano, "en el último año llegaron a la Argentina aproximadamente 10.500 ciudadanos rusos, y en los últimos meses, 5819 mujeres embarazas, de las cuales 7000 ya no están en el país”.
“El problema es que vienen a Argentina anotan a sus hijos como argentinos y se van. Nuestro pasaporte es muy seguro alrededor del mundo, permite la entrada 171 países sin visa”, explicó la funcionaria.
"La cantidad es realmente grande por día. Anoche, en el último vuelo de (la aerolínea) Ethiopian, entraron 33 ciudadanas rusas con embarazos de entre 32 y 33 semanas", sostuvo. Tras sospechar de que se tratase de un delito de trata, las autoridades realizaron un total de "365 entrevistas" a ciudadanas rusas, todas ellas "de un alto poder adquisitivo", que llegaban al país solas y decían "que habían venido por medio de agencias que les ofrecían todo un paquete".
"Todas vienen justo en la semana 33, hay un patrón de conducta que está investigando la justicia y para la cual Migraciones aportó información", aseguró Carignano y aclaró que muchas "venían con pasajes o alquileres", a diferencia de las mujeres que se encuentran varadas en Ezeiza
El control exhaustivo a los ciudadanos rusos al momento de ingresar a la Argentina no cayó bien en los ciudadanos de dicho país, que se encuentran organizados y tienden lazos para quienes decidan venir, y confiaron a Data Clave que tras el arribo de los últimos vuelos “los ciudadanos rusos fueron separados y formados en un grupo separado de 50 personas, independientemente de su edad, estatus y posición. A todos ellos se les pidió que cumplimentaran un cuestionario de 10 preguntas, traducidas de algún modo mediante un servicio de traducción automática”.
"Las preguntas fueron textuales: “A qué te dedicas” y “Vienen a recogerlo mientras vas al hotel”. Después de completar el cuestionario, los oficiales del servicio de migración comenzaron un verdadero interrogatorio nazi, mucho más allá de sus competencias. Durante dos horas de tal procedimiento, estos oficiales "gloriosos" lograron descubrir que los jubilados y los hombres solteros no pueden estar fisiológicamente embarazados y probablemente no representen una amenaza para Argentina: tuvieron que ser liberados", agregaron.
“Después de un vuelo transcontinental, los obligaron a sentarse en el suelo en los puestos de control fronterizos durante cinco horas, bebiendo agua del grifo, mientras los sometían a una gran presión psicológica: en realidad intentaban inculcarles la idea de que todos eran falsos turistas”, confió a este medio un testigo directo de la escena.
Los ingresos, judicializados
Tras las demoras, fueron varios abogados los que presentaron ante la justicia federal de Lomas de Zamora habeas corpus para permitirles el ingreso al país a las ciudadanas rusas embarazadas. Si bien en un primer momento esas presentaciones fueron rechazadas de manera directa por el magistrado Luis Armella, al llegar los reclamos a la Cámara de La Plata, la situación se revirtió.
En el fallo al que accedió Data Clave, la Cámara “retó” al juez y le dijo que debía tratar la cuestión ya que “los hechos denunciados involucran cuestiones que deben ser analizadas por esta vía de excepción”.
En base a esto, se realizó una nueva audiencia con las partes. De acuerdo a fuentes judiciales, esto derivaría en un permiso de ingreso al país a pesar de las irregularidades debido al estado avanzado de embarazo que tienen las mujeres.
La ruta de la justicia
En paralelo, el Juzgado en lo Criminal y Correccional N°1, a cargo de María Servini, investiga una posible maniobra fraudulenta por parte de empleadas de sanatorios privados. Concretamente, la falsificación de actas de nacimientos para que menores no nacidos en el país puedan obtener la nacionalidad argentina.
En ese marco, en las últimas horas le requirió al director del Sanatorio Finocchieto el listado de nacimientos durante 2022 y 2023 de niños con padres de nacionalidad rusa y que indique “si los mismos tramitaron el certificado de nacimiento en dicha institución o lo realizaron a través de otro medio”.
La magistrada solicitó también que se especifique de la modalidad de pago de los padres de los menores nacidos en la institución.