PJ en modo cambalache: independencia de PBA, "monarquía" K y la tortuga que se "tomó el palo"
Chicanas, cruces, amenazas separatistas y una discusión que parece estar por fuera de la agenda de quienes buscan una conducción para contar con una oposición que logre incomodar al poder de turno.
El peronismo atraviesa por estas horas una situación por lo menos incómoda. Y los movimientos de su dirigencia así lo refleja. El panorama político y social nacional obliga a salir a dar la pelea, pero en el medio se cruza una interna feroz que cambia el norte de la verdadera discusión que hay por delante. Y con ese marco de fondo el resultado parece ser de ciencia ficción. O, mejor dicho, de una realidad que a veces llama tanto la atención que hasta supera cualquier tipo de literatura de fantasía.
Lo cierto es que la puja rumbo a lo que se viene en términos electorales tiene a la dirigencia del peronismo en estado de ebullición. La confirmación de que la expresidenta de la Nación, Cristina Fernández, buscará quedar al frente del PJ a nivel nacional provocó una gran cantidad de reacciones tanto internas como externas. E, incluso, periféricas.
CFK se hizo cargo de un operativo clamor lanzado por sus propios delfines para aceptar el desafío de ir por una conducción que hoy es cuestionada desde algunos sectores del movimiento. Y que hoy la enfrenta, por el momento, al gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, quien se erige como una representación del peronismo del interior del país.
Y justamente a varios kilómetros del centralismo porteño surgió una de las discusiones que ejemplifican en qué situación se encuentra hoy el movimiento: más siglo XX que nunca, y en modo cambalache. Luego de que Quintela saliera a afirmar que también cree en la unidad, el jefe comunal de Pehuajó, Pablo Zurro, reconocido ultracristinista, cruzó al gobernador y comparó su presentación. “Esto es como si Faustino Erasmo Carreño, Enrique Zuleta o Juan Melis —gobernadores del peronismo— hubieran querido competir con Perón por la presidencia de la herramienta electoral del movimiento”.
Como era de esperar, la chicana llegó a destino. Y provocó que desde La Rioja, otro dirigente del peronismo de lengua filosa, como Jorge Yoma, acuse recibo. “Respetá, hermano! Lo único trascendente que tuvo el pueblito que gobernás, fue una tortuga… Y se tomó el palo”, manifestó el exsenador nacional.
El cruce no quedó ahí. “Me extraña que un dirigente del interior hable de ‘pueblitos’. Yoma, fuiste candidato a gobernador en 2003 y perdiste. En 2007 también perdiste como intendente. Tus vecinos te conocen, pero no te eligen. Yo sí puedo decir que mi pueblo me ha elegido y reelegido para ser su intendente”, respondió Zurro.
Y bajó un par de revoluciones: "Y para que quede claro, al compañero Quintela lo respeto profundamente, es un gran gobernador y un hombre con coraje. Mi opinión es clara: si la conductora natural del movimiento, en un acto de magnanimidad, acepta presidir la herramienta electoral, no debería haber sustanciación alguna".
Pero no fue el único movimiento que generó la irrupción de CFK. El diputado nacional Florencio Randazzo tomó la decisión de desafiliarse del PJ pese a que para los memoriosos, con sus acciones desde 2017 a la fecha ya había dejado en claro, en tiempos de revival de Fórmula 1 vía Colapinto, que formaba parte de otra escudería.
Eso sí, como título para su puesta en escena dejó lo que muchos considera una verdad: “Muchos peronistas en todo el país no estamos dispuestos ser parte de una monarquía”. La lectura es bastante más simple de lo que parece si se tiene en cuenta que de concretarse el arribo de CFK al poder central del PJ a nivel nacional y de la continuidad de Máximo Kirchner al frente del partido en la provincia de Buenos Aires, el linaje está a salvo.
"Sin el más mínimo pudor, sin autocrítica, con absoluta hipocresía y memoria selectiva, la vicepresidenta de Alberto Fernández, y jefa del peor gobierno desde el retorno de la democracia, ahora será presidenta del Partido Justicialista Nacional”, agregó Randazzo quien prefirió obviar las gestiones de Mauricio Macri y de Javier Milei, de quienes fue cómplice legislativo, y brazo armado electoral como parte de una avenida del medio que siempre buscó restarle votos al peronismo.
En medio de los cruces internos, Jorge D'Onofrio, ministro de Transporte del gobernador Axel Kicillof, y fiel dirigente del Frente Renovador que lidera Sergio Massa, también se hizo tiempo para opinar. “Cristina tiene todo el derecho de querer conducir al PJ, no hay que asustarse por eso”, dijo.
Eso sí, aclaró que "ahora, me parece a mí que en este momento los bonaerenses y los argentinos nos están reclamando a nosotros otro tipo de discusión”. Y pese a poner a la salud y a la educación como temas centrales de lo que debería ser los temas centrales para generar un cambio profundo a nivel nacional, el funcionario provincial abrió una nueva ventana en el universo ficcional del peronismo: la posibilidad de separar a la provincia de Buenos Aires del resto del país.
Claro, se trató de una chinche. De esas que se ponen para dejar sentada una idea en un corcho del cambalache en el que hoy vive no solo el peronismo sino también el país. Y, a la vez, un mensaje concreto hacia arriba. Como cuando alguien se presiona el pómulo con el índice para bajar la bolsa malar: “Ojo”.
"Si el Presidente es el topo que viene a destruir el Estado, la Provincia de Buenos Aires podría plantearse, siendo que la que aporta el 45% del PBI recibe solo el 22% de coparticipación, abstraerse de esa organización y seríamos el PBI más rico de Latinoamérica”, aclaró en diálogo radial.
“Obviamente tenemos un espíritu solidario, no pretendemos eso, pero sí que se reconozca el esfuerzo que hace la Provincia de Buenos Aires y obviamente que en algún momento se rediscuta la Ley de coparticipación, que es una cuestión que está pendiente desde la última reforma constitucional del 94”, sostuvo.
¿El mensaje? Podemos independizarnos. "Jurídicamente, revisando el pacto de San José de Flores, el Banco de Provincias es anterior a la República, con lo cual puede emitir moneda. Podríamos exportar directamente, sin pasar por la aduana”. Y concluyó: “Porque si bien reconocemos la legitimidad del Presidente y para qué fue elegido, también nuestro Gobernador fue elegido para otra cosa, y obviamente defiende las políticas que se han planteado durante la campaña, que es no solo defender los derechos, sino la aplicación de derechos”.