El renunciamiento de Cristina Fernández de Kirchner a participar de las próximas elecciones como candidata volvió a poner nuevamente en foco en los intendentes. Sucede que, como es sabido, la boletas que más traccionan son las nacionales y las municipales. En ese marco, sin el piso de votos que podría asegurar la vicepresidenta, los jefes comunales del Frente de Todos tienen en claro que para salir a bancar la parada deberán robustecer las recorridas territoriales no solo con el objetivo de ganar los distritos sino también de aportar los votos desde abajo hacia arriba.

Los intendentes son, como suele decirse, la primera ventanilla de reclamo para los vecinos. Y es por eso que su nombre es el primero que se reconoce a nivel local junto con el del presidente. Sin CFK, hoy los alcaldes entienden que no hay nadie que pueda asegurarles un piso y que, de esta manera, arrancarán la elección con un porcentaje menor al que podrían conseguir si la dos veces presidenta pusiera su nombre en la boleta.

Con Axel Kicillof volcado de lleno a la puja por la reelección bonaerense y resistiendo el pedido de ponerse el traje de candidato presidencial, los intendentes tendrán que salir a dar una pelea más complicada de lo imaginado. Ni Wado De Pedro, Sergio Massa o Daniel Scioli les aseguran un piso electoral convincente y saben que tendrán que salir a hacer un trabajo doble.

Para nosotros son 10 puntos menos de base que podemos recuperar gracias al esfuerzo de lo que venimos haciendo a nivel local y por no tener una oposición seria; pero no conozco a un solo intendente que no haya sufrido la baja de Cristina. Incluso los que no comulgan del todo”, le dijo a Data Clave un jefe comunal de la tercera sección electoral.

Para algunos la solución es llevar a Kicillof como candidato presidencial. “Es el que más mide”, insisten. Pero también tienen claro que esa jugada podría llevar a perder la Provincia y por más que “hay un sector que empuja para que pase eso, nadie quiere volver a tener un gobernador del PRO”, agrega la misma fuente.

El presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, sigue firme en la idea de que el arrastre de Kicillof a nivel nacional, sumado al aporte de los intendentes podría mantener una victoria bonaerense con otro candidato. Pero para algunos es una jugada arriesgada. El movimiento elegido es el mismo de siempre: poner a jugar al jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, hoy aliado del líder de La Cámpora.

Sin embargo, Kicillof insiste y, a su manera, presiona con la posibilidad de desdoblar las elecciones para evitar aquello que, desde adentro, entienden que “son operaciones”. Los intendentes, claro, están a la expectativa.

Con la cancha inclinada, los jefes comunales apelan a ser nuevamente garantes de una victoria electoral que, al menos, se perciba en la Provincia. Una forma, tal como sucedió en 2021, de ejercer su propia presión en busca de ganarse un lugar en el ejecutivo bonaerense.

Lo cierto es que la definición sigue siendo de Cristina. Es por eso que el próximo 25 de mayo cuando hable frente a la militancia al cumplirse 20 años de la llegada de Néstor Kirchner a la Casa Rosada y en la celebración de un nuevo Día de la Patria, quedarán despejadas todas las especulaciones de cara a lo que, se espera, sea un nuevo anuncio rumbo a la estrategia electoral del Frente de Todos.