Este fin de semana, Cristina Fernández de Kirchner recibió un fuerte respaldo de los referentes peronistas para asumir el liderazgo del Partido Justicialista a nivel nacional. Su hijo, el diputado Máximo Kirchner, fue el encargado de llevar adelante las gestiones al convocar una reunión en Monte Hermoso con más de 50 presidentes de PJ locales, además de legisladores, intendentes y otros actores del peronismo bonaerense. El objetivo: validar la candidatura de la exmandataria para conducir el partido.

El encuentro se desarrolló a puertas cerradas, donde Máximo fue el primero en tomar la palabra, seguido por varios dirigentes que apoyaron la postulación de Cristina. A pesar de que no se ha expresado públicamente aún, la exjefa de Estado ya dejó en claro que su decisión dependerá del consenso entre los diferentes sectores del justicialismo. En una conversación reciente con los senadores José Mayans, Juliana Di Tullio y Anabel Fernández Sagasti, reafirmó que está dispuesta a asumir la responsabilidad si la mayoría de los dirigentes así lo demanda.

Durante las últimas semanas, varios pesos pesados del peronismo también se acercaron a CFK para pedirle que tome las riendas del partido. Entre ellos, el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, quien en una reunión en el Instituto Patria expresó que este es el momento para que Cristina asuma el liderazgo. Insfrán, actual presidente del Congreso del PJ, le aseguró que “no es ideal que la presidencia del partido quede en manos de un gobernador”, ya que estos deben negociar permanentemente con la Casa Rosada.

Sin embargo, no todo el peronismo está alineado detrás de la figura de Cristina. Sectores vinculados al peronismo federal y algunos dirigentes de la CGT se oponen a su retorno, alegando que el partido necesita una conducción que esté más alineada con los sectores sindicales y provinciales. En particular, el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, ya manifestó públicamente su intención de competir por la presidencia del PJ, desafiando abiertamente el liderazgo de la expresidenta.

Cristina Kirchner, por su parte, no parece preocupada por la falta de unanimidad en torno a su figura. Consciente de que su estilo confrontativo y su vínculo cercano con La Cámpora genera tensiones en algunos sectores, apuesta a consolidar su liderazgo mediante un proceso de reorganización interna del peronismo, que podría culminar con su vuelta a la presidencia del PJ. Según fuentes cercanas, la exmandataria esperará hasta principios de la próxima semana para hacer un anuncio formal sobre su candidatura.

Mientras tanto, el respaldo de dirigentes clave sigue creciendo. Este sábado, la reunión de Monte Hermoso sirvió para alinear a gran parte del PJ bonaerense detrás de la figura de CFK, marcando una tendencia clara hacia su eventual regreso a la conducción partidaria. "Si la mayoría quiere que esté, voy a estar", habría dicho Cristina a sus senadores más cercanos, una frase que resonó entre los dirigentes reunidos en la costa bonaerense.

A nivel nacional, la discusión por el liderazgo del PJ también está cruzada por el futuro del partido en las próximas elecciones y su rol dentro de Unión por la Patria. El peso simbólico de tener a una figura como Cristina Kirchner al mando del partido podría generar un fuerte impacto en las definiciones de candidaturas y estrategias electorales hacia 2025.