El cierre de listas volvió a poner sobre el tapete una serie de apellidos ilustres para algunos municipios del Conurbano bonaerense. Desde la sorpresa de Margarita Stolbizer por integrar la lista de radicales que encabeza Facundo Manes junto a Jesús Cariglino, 20 años intendente de Malvinas Argentinas, hasta el cruce de pesos pesados que se dio entre Hugo Curto (jefe comunal de Tres de Febrero por 24 años) como presidente de la Junta Electoral bonaerense y Raúl Othacehé (a cargo de Merlo por 21 calendarios), a quien le bajaron la lista interna con la que buscaba disputarle el poder del peronismo a Gustavo Menéndez pasando por una serie de familiares que se postularon para ocupar cargos legislativos en las próximas elecciones.

Sin dudas, lo que se hereda no se roba. Y los jefes comunales del Conurbano lo saben. Tanto que sus apellidos hoy siguen siendo referencia no solo por el peso del pasado sino también por el camino que vienen realizando sus hijos o nietos en los gobiernos locales o, incluso, como oposición, en la búsqueda por recuperar el terreno perdido.

A la hora de hablar de barones, el primer nombre que aparece sin duda, es el de Manuel Quindimil, el histórico dirigente peronista que comandó Lanús durante 27 años y que solamente en 2017, cuando se aprestaba a buscar su octavo mandato, fue derrotado por Darío Díaz Pérez, referente del kirchnerismo. 

En la actualidad, a casi 13 años del fallecimiento del líder local, su nombre sigue siendo un canal directo hacia el sur del Conurbano. Incluso hoy en día, con seis años de gobierno a cargo de Cambiemos. Y es que su hija Noelia está a cargo de la Secretaría de Desarrollo Social local.

Una de las tres descendientes de “Manolo” ocupa el rol que le encomendó Néstor Grindetti, uno de los intendentes que mejor leyó la necesidad de relacionarse con los referentes peronistas para hacer fuerza en áreas claves de gobierno.

No es la única heredera con cargo. Julieta Pereyra, hija de Julio (25 años como intendente de Florencio Varela), quien en la actualidad se desempeña como diputado provincial y busca dar el salto al Congreso, está al frente de la Secretaría de Cultura, Deportes y Recreación del distrito hoy manejado por Andrés Watson. Su padre, la ve como futuro relevo.

Algo que también se da en dos distritos del oeste. En Ezeiza, Gastón Granados es jefe de Gabinete y ya quedó en alguna oportunidad al mando del distrito en que su padre, Alejandro, acumula 24 años de mandato. Sin embargo, aquí el problema es otro. Y es que Dulce Granados, la mujer del intendente también aspira a poder quedar como jefa comunal.

Una situación parecida sucede en Ituzaingó, donde desde hace rato Alberto Descalzo (26 años como jefe comunal) quiere dejar el cargo para poder dar un salto provincial o nacional. Sin embargo, Pablo Descalzo, su jefe de Gabinete, no levanta en las encuestas que mandaron a hacer a nivel local en los diferentes años electorales. 

Antecedentes 

En 2018, el entonces presidente Mauricio Macri anunció por decreto la prohibición de nombrar familiares en el Estado. Algo a lo que la gobernadora bonaerense de ese momento, María Eugenia Vidal, también suscribió. Sin embargo, la normativa no tuvo demasiada repercusión y en los distritos no cambió nada.

Quienes también desde su actual rol visitante y con intención de recuperar el poder perdido, aspiran a que su apellido vuelva a quedar al frente de sus distritos son Curto y Othacehé. Sin embargo, las condiciones no están dadas. Eso sí, más allá de los deseos personales están sus herederos. Y en Merlo, Pablo Othacehé trabaja para eso como concejal del Frente de Todos. Idéntica postal con lo que pasa en Tres de Febrero, donde Hugo Sebastián Curto, en este caso nieto, también trabaja para ganar espacio desde el HCD local.