La subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, Julie Kozack, y el asistente del Directorio, Luis Cubeddu, arribarán hoy al país para analizar las cuentas públicas y definir cuál será el nivel de ajuste fiscal, monetario y cambiario, que deberá afrontar el país si quiere refinanciar los US$ 44.000 millones que le adeuda al organismo.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, adelantó ayer que el Gobierno pedirá un Programa de Facilidades Extendidas que le permitirá retrasar por cuatro años el pago de la deuda, y que esta negociación deberá ser aprobada por el Congreso. 

“El staff del FMI y el Gobierno argentino consideran que en las circunstancias actuales, ese tipo de programa es la mejor alternativa disponible”,  dijo Guzmán en declaraciones a agencias internacionales. A partir de esto, los pagos de un préstamo de facilidades extendidas se harían entre 2025 y 2031, es decir, con un nuevo gobierno, mientras que los de un stand by, como el que estuvo vigente hasta el año pasado, habrían sido entre 2024 y 2027.

Como el capital a devolver es igual en ambos casos, las cuotas del de facilidades extendidas son más relajadas que las del SBA. Sin embargo, la "línea de facilidades extendidas" pide reformas más estructurales, que aseguren un mayor superávit fiscal.

El Gobierno ya adelantó que aumentará el año próximo las tarifas  de los servicios públicos para reducir los subsidios, definirá un nuevo mecanismo de ajuste de la jubilaciones y dará aumentos de sueldos para empleados estatales por debajo de la inflación, todo esto tendiente a reducir el déficit fiscal que se proyecta de 4,5 puntos del PBI para el año próximo.

Pero además, habrá que analizar si el fondo acepta una brecha cambiaria tan amplia como la actual.
La economista María dal Poggetto afirmó que “después del blooper que tuviste donde el dólar casi llegó a $ 200, volviste a intentar una señal fiscal en el marco de un acuerdo con el Fondo”.

“El problema es que a estos niveles de brecha cambiaria, la discusión que hay es si el acuerdo con el Fondo puede venir sin un salto del tipo de cambio oficial para comprimir la brecha. Lo que queda claro es que con este nivel de brecha cambiaria la economía no funciona”, dijo Dal Poggetto en declaraciones a Radio Milenium.

Ante esto, Guzmán adelantó que esta negociación deberá ser aprobada por el Congreso y que también buscará la aprobación de un plan plurianual, de al menos tres años, para garantizar ese superávit fiscal.
Desde Juntos por el Cambio han puesto en duda un apoyo tan grande. De hecho, esta semana, darán quorum para que se apruebe en el Senado en una sesión especial el proyecto de ley de Presupuesto 2021, pero se abstedrán a la hora de votarlo.

En medio de este panorama, los voceros del FMI, dejaron en claro la semana pasada que “no hay fechas establecidas para finalizar las negociaciones”, y adelantaron que no solo dialogarán con los funcionarios, sino también con economistas privados y dirigentes políticos, entre otros.