El Gobierno espera que este martes el Ministro de Economía, Martín Guzmán, reciba a los gobernadores y jefes de los interbloques de la oposición para informarles sobre el curso de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Más allá de la fecha, la diferencia radica en la locación del encuentro: Juntos por el Cambio (JxC) pretende que sea en el Congreso.

Esa visión incluye a los mandatarios provinciales Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y Rodolfo Suárez (Mendoza). Quedará pendiente saber si participará el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien no asistió a la última reunión convocada por el Gobierno donde los radicales prefirieron al menos enviar representantes. 

En esa línea, una fuente legislativa de JxC confirmó a Data Clave que “la idea es 
hacerlo el martes en el Congreso” que “es lo que se venía hablando”. Esa postura había quedado expresada en un comunicado oficial del principal frente opositor el pasado seis de enero. 

La reunión de Martín Guzmán con la oposición será el martes, pero hay diferencias sobre la locación

El día previo tuvo lugar la primera exposición de Guzmán en la que el Ministro no dio números concretos pero sí marcó la diferencia medular con el Fondo: El sendero fiscal, o sea, el ritmo de reducción del déficit fiscal.

“A dicho encuentro asistirán los gobernadores y presidentes de los bloques que integran Juntos por el Cambio. En este sentido remarcamos la importancia que este diálogo se dé en el Congreso contemplando a toda la representación parlamentaria”, consignaba el comunicado.

Incluso quien parecería ser el ala más dialoguista de la oposición, o por lo menos desde las declaraciones públicas, Gerardo Morales, ha planteado varias veces que el encuentro debería darse en el Congreso.

Ante la consulta de Data Clave, fuentes del Gobierno sostuvieron que la reunión debería ser en el “Salón Belgrano del Ministerio de Economía”, además no precisaron si será el lunes o martes y la hora es “a confirmar”. 

La intención del ministro Guzmán era encontrar respaldo en los gobernadores para reforzar la postura Argentina contra la del FMI. El Ejecutivo pide un ajuste gradual, tiempo, y el organismo un ajuste más rápido de la economía que permita generar condiciones rápidas de repago que podrían frenar el proceso de recuperación.

En una entrevista reciente, ante la consulta sobre si evaluaba alguna línea de acción en caso de que no se llegue un acuerdo, el presidente Alberto Fernández respondió: “La única evaluación que hago es llegar a un acuerdo con el Fondo que le permita a nuestro país seguir creciendo y ordenar las cuentas”, contestó.

Los desafíos no son pocos, en el frente internacional la agenda está cargada: El próximo 3 de febrero el Presidente viajará a Moscú para reunirse con su par ruso Vladimir Putin y al día siguiente se verá con el líder chino Xi Jinping. Mientras, se espera que las negociaciones con el FMI continúen y entren en momentos de definición. 

Antes, el canciller argentino, Santiago Cafiero, viajará a Estados Unidos para encontrarse el próximo 18 de enero con el secretario del Departamento de Estado norteamericano, Antony Blinken. Aunque no se confirme públicamente, el tema FMI formará parte del temario. Cafiero se reunió esta tarde con el titular del Palacio de Hacienda. 

Luego del encuentro con gobernadores y jefes de bloque, y en el caso de llegar a un acuerdo con el FMI, se espera que sea elevado al Congreso el Plan Plurianual (acuerdo con el Fondo) por el Ministerio de Economía. Habrá que esperar para saber si consigue los apoyos necesarios en ambas Cámaras, más teniendo en cuenta el resultado del Presupuesto 2022 que fue rechazado en Diputados.

El tiempo es tirano. Para tener en cuenta, sólo en el primer trimestre, la Argentina deberá afrontar pagos al FMI por US$ 3.976 millones entre capital e intereses. Las Reservas del Banco Central (BCRA) no son suficientes para afrontar el total de los compromisos y mucho menos los US$ 19.000 millones que vencen en todo 2022. Las negociaciones están en tiempo de descuento y el Gobierno juega sus cartas dentro y fuera del país.