La Cámara Civil confirmó el rechazo de la demanda del productor teatral Ariel Diwan contra la bailarina Gisela Bernal, por una propiedad ubicada en el barrio porteño de Palermo, que comparten en partes iguales. 

El litigio se remonta al momento de su escandalosa separación, luego que el productor descubriera que no era el padre biológico de Ian, hijo de la bailarina, y lo contara públicamente en el programa Intrusos. 

A raíz de ese hecho, Diwan comenzó una batalla legal para obtener el 100% de la propiedad que, aseguró, fue comprada porque “iniciaron un proyecto de vida en común” cuando la bailarina quedó embarazada y, por ese motivo, inscribieron un condominio en partes iguales. 

La pelea Diwan-Bernal copa tribunales: el productor sumó un nuevo rechazo

Según el fallo al que tuvo acceso Data Clave, Diwan aseguró que “el inmueble fue comprado en forma exclusiva por él y que, de haber sabido que el menor no era su hijo, jamás hubiera realizado tal inversión”, y agregó que “Bernal no contaba con la cantidad de dinero para proceder a la compra del inmueble, y que en ese momento no era conocida en el medio televisivo”.

El productor destacó que “a principios del año 2015, una vez efectuada la compra, comentarios de allegados le hicieron dudar del vínculo biológico que supuestamente lo unía con el menor, y optó por realizar un estudio genético no invasivo, el que lo excluía de todo vínculo biológico con el niño” y, “de no haber existido la manipulación, el dolo y la mentira, jamás hubiera constituido un condominio con la codemandada”, en referencia a su expareja.

A pesar de sus argumentos, la Cámara fue tajante y entendió que “los distintos testimonios resaltaron que las dudas de Diwan respecto a su vínculo biológico nacieron durante el inicio de la relación y sobre la base de rumores o consejos instalados por su núcleo de amigos”.

“La incertidumbre de su realidad biológica no le impidió, en ningún momento de la relación, continuar con su proyecto de vida y concretar la compra del inmueble en cuestión. No hay siquiera una constancia que demuestre que Bernal tenía conocimiento de la realidad biológica de Ian y que lo engañó a fin de obtener un beneficio económico”, agregaron los jueces al respecto. 

“El camino poco estable, y la aceptación de ambas partes de esa dinámica de pareja, imposibilitan tener por configurado un ardid o engaño de parte de Bernal. Reitero, el vínculo se inició con una informalidad por parte del Sr. Diwan, el que se extendió por un plazo razonable hasta la decisión de iniciar el proyecto de vida en común con la demandada”, se lee en la sentencia.

“Bernal, durante todo el embarazo, convivió con quien creía que era el progenitor de su hijo y así siguió hasta su nacimiento, a punto tal que decidieron inscribirlo en forma conjunta”, concluyeron los jueces.