Un presidente mujeriego, una residencia presidencial con visitas misteriosas y un sistema de poder que opera como club privado. El veneno del poder, el libro que marca el debut como novelista de Gabriela Cerruti, suena como novela negra, pero se siente como déjà vu. Con House of Cards como referencia específica y un elenco de personajes demasiado cercanos, la ex vocera de Alberto Fernández desempolva sus tres décadas en la política y las transforma en ficción. O algo así.

La historia gira en torno a Salvador Gómez, un presidente argentino venido a menos, con una hermana consejera, una pareja de lo más inquietante, y un patrón de comportamiento que incluye preguntarle a cada señorita que cruza por Olivos “¿me querés?”. Según la gacetilla que anunció el libro, a eso se le suman los pasillos de la Rosada, los nombres de perros inspirados en los Beatles y una trama con crimen incluido.

“Fue como un exorcismo”, dijo Cerruti en una entrevista al contar cómo surgió la novela, escrita después de un año de silencio autoimpuesto. Pero en realidad, es también una rendición de cuentas, o al menos un modo de “contar todo eso que pasa adentro y que nadie cuenta”. Desde su primer cumpleaños en Olivos junto a Raúl Alfonsín en 1986 hasta los ocho años como legisladora durante el gobierno de Mauricio Macri, la autora fue acumulando anécdotas. Ahora, en vez de cables oficiales o conferencias de prensa, las liberan en clave de thriller.

“Un presidente argentino que se casa en segundas nupcias con una mujer del mundo del espectáculo, tiene un perro y consulta a las brujas... puede ser cualquiera, desde Perón en adelante”, disparó. Cerruti sostiene que construyó sus personajes “como una especie de Frankenstein”. Todos los que habitaron el poder —ella incluida— están ahí, pero revueltos, amalgamados. Hay guiños para quienes saben leer entre líneas, pero también hay escenas que, aunque ficcionadas, tienen el peso de lo vivido: “esas cenas, esas reuniones en casas de empresarios, entre jueces, periodistas y políticos... yo estuve ahí”, cuenta.

Aunque insiste en que no es Alberto, los paralelismos con Fernández son inevitables. No sólo por los hábitos del protagonista o su desdibujada figura de autoridad, sino por esa atmósfera de análisis político. Cerruti aclara que conoce más de Carlos Menem que del expresidente con quien compartió gabinete, pero las historias que vuelca en la novela incluyen desde mujeres entrando en baúles a Olivos hasta primeras damas improvisadas. “La política argentina tiene hilos que se repiten. Es un sistema viejo, oscuro, de otro siglo”, denuncia.

En su trayectoria como periodista escribió sobre Menem (El Jefe) y sobre Macri (El Pibe), pero esa mezcla de datos, rumores, relato e interpretación le generó críticas: “me decían que eran novelas”, recuerda. Ahora, directamente se lanza al género, con la libertad que le permite inventar ya la vez decir verdades incómodas. Lo suyo, dice, es la crónica. Y El veneno del poder sostiene que es una crónica maquillada de ficción, “donde las mujeres de la política aparecen tanto como víctimas de un sistema machista como habilidosas jugadoras del poder”: “algunas treparon con sus escotes, otras fueron devoradas por los jefes”.

La exportavoz Cerruti lanzó su ficción al estilo "House of Cards" con nombres enmascarados

Sobre si la política quedó atrás, Cerruti no duda: “ya había decidido irme antes de ser vocera. Lo hice lo mejor que pude y después no quise saber más nada”. La novela, asegura, le desarrolló el deseo de escribir desde otro lugar. A sus 60 años, empieza otra etapa, una que promete nuevas entregas —la próxima en el Congreso— y que parece, más que una despedida, una reinvención. “Quise escribir sin prejuicios, inventar personajes, lograr un clima judicial con una trama sólida”, resume.

El veneno del poder ya circula en librerías y en redacciones, donde los juegos de adivinar quién es quién empezaron a correr como reguero de pólvora. Pero Cerruti tiene claro que su objetivo no es que señalen parecidos, sino que lean una historia bien escrita. “Espero que después del primer capítulo se relajen y disfruten de la novela. Es verosímil porque muchas de esas cosas pasaron. O podrían pasar mañana”.

El libro es el primero de una saga y el segundo volumen ya está en marcha. Esta vez, el escenario será el Parlamento. Cerruti apunta a consolidarse como novelista con un estilo propio, donde lo que parece una historia inventada probablemente tenga más verdad que muchos discursos oficiales.