G20: respaldo a la posición argentina de revisar el uso de las sobretasas
Los presidentes de los países más influyentes dieron aval a la creación de un Fondo de resiliencia para acelerar la recuperación económica. El texto final del encuentro realizado en Roma apoya el reclamo del gobierno nacional en el marco de las negociaciones con el FMI.
En el cierre de la Cumbre de líderes del G20, el documento oficial concluyó “reafirmando el pedido de sus ministros de Finanzas del 13 de octubre, solicitaron al Fondo Monetario Internacional que revise su política de sobrecargos, en sintonía con el reclamo que viene haciendo la Argentina”.
Además, los presidentes más influyentes del mundo reclamaron al organismo de crédito multilateral la “creación de un nuevo Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad para proporcionar financiación asequible a largo plazo a los países de ingreso medios y bajos”.
También pidieron la canalización voluntaria de parte de los Derechos Especiales de Giro (DEG) asignados para ayudar a los países vulnerables. Ambas cuestiones atinentes a la refinanciación de la deuda del organismo multilateral y de los derechos especiales, estuvieron presentes en los discursos del presidente Alberto Fernández.
“Nuestros ministros de Finanzas esperan con interés que se siga debatiendo la política de sobrecargos en el Directorio del FMI en el contexto de la revisión intermedia de los saldos precautorios”, dice el documento del G20.
En este sentido, agrega: “También pedimos al FMI que establezca un nuevo Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad (RST, por sus siglas en inglés) -en línea con su mandato- para proporcionar financiación asequible a largo plazo para ayudar a los países de ingreso bajo, a los pequeños estados insulares en desarrollo y a los países vulnerables de ingresos medios a reducir los riesgos para la estabilidad de la balanza de pagos futuros, incluidos aquellos derivados de las pandemias y el cambio climático”.
Sobre los DEGs, el comunicado señala la “satisfacción” con la asignación de recursos implementada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) el 23 de agosto de 2021, que ha puesto a disposición el equivalente a 650 mil millones de dólares. “Estamos trabajando en opciones para que los miembros con fuertes posiciones externas amplíen significativamente su impacto a través de la canalización voluntaria de parte de los DEG asignados para ayudar a los países vulnerables, de acuerdo con las leyes y regulaciones nacionales”, afirma el texto.
En cuanto a la situación de las deudas soberanas, el documento firmado en acuerdo por todos los líderes acoge “con satisfacción los progresos realizados en el marco de la Iniciativa de Suspensión del Servicio de la Deuda (DSSI por sus siglas en inglés) del G20, que también ha sido acordada por el Club de París”.
“Subrayamos la importancia de que los acreedores privados y otros acreedores bilaterales oficiales ofrezcan un tratamiento de la deuda en condiciones al menos igual de favorables, de acuerdo con el principio de comparabilidad de trato”, sentencia.
También, el documento refiere a la situación de la arquitectura financiera internacional renovando el compromiso con “el fortalecimiento de la resiliencia financiera a largo plazo y el apoyo al crecimiento inclusivo”. “Inclusive mediante la promoción de flujos de capital sostenibles, el desarrollo de los mercados de capital en moneda local y el mantenimiento de una Red de Seguridad Financiera Global fuerte y eficaz, cuyo centro sea un FMI fuerte, basado en cuotas y con recursos adecuados”, dice el texto.
Por último, el documento final de la cumbre hace un balance de la pandemia Covid-19 donde señalan que “a lo largo de 2021, la actividad económica mundial se ha recuperado a un ritmo constante, gracias al despliegue de las vacunas y a la continuidad de las políticas de apoyo. Sin embargo, la recuperación sigue siendo muy divergente entre países y hacia su interior, y continúa estando expuesta a riesgos asociados, en particular la posible propagación de nuevas variantes del COVID-19 y los ritmos desiguales de vacunación”, consideran.
“Reafirmamos nuestra determinación de utilizar todas las herramientas disponibles por el tiempo necesario para hacer frente a las consecuencias adversas del COVID-19, en particular para los más afectados, como las mujeres, los jóvenes, los trabajadores informales y de baja calificación, y sobre las desigualdades”, concluyeron los líderes mundiales.