“La ley de drogas está vieja y necesita ser revisada para mejorar la puntería”. La frase corresponde a la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, y es un importante mensaje respecto a lo que piensa la funcionaria sobre las políticas de penalización de la tenencia y el tráfico de estupefacientes. Fue en el marco de la 18º Conferencia Nacional sobre Políticas de Drogas organizada por Intercambios Asociación Civil.

Frederic, que es antropóloga y viene del ámbito académico, insistió en que “la Ley 23.737, que estamos obligados a implementar, y lo hacemos todo el tiempo con nuestras fuerzas de seguridad apuntando a las grandes redes de tráfico, está vieja y necesita ser revisada para mejorar la puntería”. Apuntó también contra la anterior gestión (a cargo de Patricia Bullrich) al considerar que se persiguió fundamentalmente “a los consumidores y al narcomenudeo con un dispendio de recursos en la persecución del último eslabón de la cadena”. Y agregó que en estos meses se reorientó el esfuerzo de las federales “hacia la persecución de las redes y las organizaciones de tráfico a gran escala”.

La ministra Frederic, durante el congreso organizado por Intercambios Asociación Civil

Según pudo averiguar Data Clave, de fuentes ministeriales, había una postura decidida de avanzar en un nueva ley de drogas y debatir la despenalización del consumo no problemático, enfocado en la marihuana. La pandemia demoró y postergó ese debate, pero hay en Frederic una convicción de plantear y avanzar en la cuestión, que ya mantuvo reuniones con representantes de diferentes sectores sociales, científicos y académicos.

De cualquier modo, el ASPO no sería el único contratiempo que podría sufrir Frederic. También se contraponen las miradas sobre esta cuestión entre la ministra de Seguridad y la titular del Sedronar, Gabriela Torres. Mientras la ministra tiene una visión menos punitivista de la problemática, Torres (licenciada en Trabajo Social y con recorrido en áreas contra las adicciones en la provincia de Buenos Aires) sostiene una mirada más moderada y con severa preocupación sobre el consumo de alcohol y marihuana en los jóvenes. 

En el congreso mencionado, Frederic insistió en la importancia de “dar estos debates, como fue el de la despenalización del aborto”. “Hoy el gran desafío es retomar el problema, la Ley quedó vieja y necesita ser evaluada y revisada para mejorar la respuesta del Estado”, concluyó.