El presidente Alberto Fernández se mantiene a la cabeza como vocero de la negociación de la deuda y eligió una fundación del establishment para insistir que Argentina no puede “pagar más que esto, no es capricho, es sensatez”. Y agregó que “no queremos estafar a nuestros acreedores”.

Su interlocutora fue Susan Segal, CEO del Consejo de las Américas (Ascoa). Fundado por David Rockefeller en la década del 60´, el Ascoa reúne al círculo rojo internacional, entre ellos a varios acreedores de deuda argentina. Por eso, tras recibir la noticia que un sector de los bonistas rechazaron la última propuesta de Martín Guzmán (ministro de Economía), Fernández destinó sus energías a transmitir que esta sí es la última oferta, y es lo máximo que puede alcanzar el país. El domingo ya se había comunicado ante este sector a través del Financial Times.

Americas Society/Council of the Americas on Twitter

Necesitamos salir de este problema con dignidad”, insistió el Presidente, y agregó que “hemos cumplido todas nuestras obligaciones, les pagamos a todos los organismos internacionales”. “Queremos resolver el tema de la deuda pero necesitamos comprensión de todos”, insistió Fernández. La diferencia entre las propuestas de Argentina y de los bonistas más duros están cerca, pero en el Gobierno insisten en que modificar esta oferta pondría en riesgo la sustentabilidad del país. 

Escoltado por Guzmán, el Presidente hizo un diagnóstico alarmante de la situación del país: “Cuando llegamos al gobierno Argentina estaba en terapia intensiva y con un respirador automático, con la pandemia se desenchufó el respirador”. Aseguró que al asumir la pobreza rondaba el 36% y pronosticó que ahora ese número sería del 40%. Insistió otra vez en que su gestión no trabaja con planes, sino con objetivos: “Prefiero fijarme objetivos, no planes, y que se cumplan”.