Expectativa versus realidad: ¿qué hay que esperar del Presupuesto 2021?
"Hubo una marcada tendencia a la subestimación de los ingresos y gastos", asegura el Iaraf. La inestabilidad económica del país ha generado una disociación entre lo que dicta el Presupuesto y lo que luego se ejecuta. Detalles de los años pasados y expectativas del que viene.
Tras un año con presupuesto prorrogado, este martes se presentará la “ley de leyes” en el Congreso. Redactada por el ministro de Economía, Martín Guzmán, el texto proyectará un déficit del 4,5%, un gasto social del 40% y una inflación del 28%. No obstante, los proyectos presupuestarios han anticipado una realidad que luego no se concreta.
Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), sería incorrecto “exigirle predicciones exactas acerca del futuro”, pero en los últimos 15 años “hubo una marcada y consistente tendencia a la subestimación de los ingresos y gastos, que va más allá de un lógico error de proyección”. Y detalla que “en el caso del gasto público total, el diferencial entre las variaciones interanuales previstas y las efectivamente verificadas fueron más significativas, llegando en muchos casos a duplicarse la tasa de crecimiento del gasto en relación a la originalmente presupuestada”.
Según el Iaraf,esta característica de los presupuestos de Argentina “es un reflejo de la inestabilidad macroeconómica y fiscal que se tiene”. Entonces, ¿qué esperar del Presupuesto 2021? “La ley de presupuesto tiene que brindar previsibilidad. El uso de la discrecionalidad para asignar partidas presupuestarias no debe poner en riesgo el valor intrínseco de la ley de presupuesto”, sostiene el informe del Iaraf. Y agrega que “el marco económico previsto debe ser lógico, dadas las restricciones de la economía argentina”.
Una de las claves será el financiamiento del déficit, que este año superó el 8% y se sostuvo con la emisión monetaria. El presupuesto estimará que el peso de este indicativo en el PBI será del 4,5%. El Iaraf insiste en que “es clave el grado de consistencia de esas políticas con el marco económico previsto, por ejemplo entre la monetización del déficit y la inflación esperada”, debido a que “en los últimos los últimos 60 años, solamente en 14 no se tuvo déficit primario”.