En el día de la mujer, el juez Gemignani disparó comentarios machistas y quedó otra vez en la lupa
El magistrado habló "del relato" de la igualdad de género con todos los integrantes de Casación presentes. Sus colegas Figueroa y Ledesma solicitaron la intervención de Gustavo Hornos, calificando de "intolerables" las expresiones del juez. En 2019 fue sancionado por el Consejo de la Magistratura a raíz de un conflicto con una empleada judicial.
"Va a haber igualdad de género el día que les den a las mujeres el derecho a delinquir y sean penadas como tal", disparó ayer el juez de Casación Juan Carlos Gemignani justo en el día Internacional de la Mujer y en el marco de un acuerdo virtual y con todos los integrantes de Casación presentes.
Este comentario no fue el único que hizo el juez ayer. Habló también del "relato" de la igualdad de género, algo que llamó la atención de las juezas Ana María Figueroa y Ángela Ledesma. Las dos le dirigieron un oficio al presidente Gustavo Hornos para que se certifique el contenido de los mensajes que Gemignani escribió.
"Nos resulta intolerable expresiones genéricas de ese tenor en momentos donde ponemos todo el esfuerzo necesario en el Poder Judicial para actuar y fallar con perspectiva de género, conforme las exigencias de nuestra Constitución Nacional, el derecho internacional de los derechos humanos y leyes del derecho interno", dice el escrito al que accedió Data Clave y que fue presentado esta tarde.
No es la primera vez que Gemignani atraviesa una situación donde deja en evidencia su misoginia. En junio de 2019, el Consejo de la Magistratura lo sancionó con una multa del 35% de su salario por haber ordenado la detención de una empleada judicial que supuestamente lo desobedeció. El Consejo habló de la violencia de género ejercida por el juez en esa acción.
La situación, grave e insólita, ocurrió durante la segunda quincena de julio, en la feria judicial, cuando Gemignani le ordenó a una funcionaria que realizara un inventario de unas cajas que había en una sala y que las retirara. Ella le explicó que no era la responsable de este tipo de cosas y pidió que espere unos minutos a que llegara la persona a cargo. El juez de Casación lo consideró una afrenta, una desobediencia y directamente ordenó su detención.
Esto derivó en dos causas penales. La primera terminó rápidamente: se comprobó que la funcionaria no cometió ningún delito y que la orden de la juez había sido totalmente desproporcionada. La otra causa fue contra Gemignani y los policías que ejecutaron la detención. Allí, la Cámara Federal se encargó de descartar la imputación contra el camarista. Sostuvieron que no tuvo la intención de abusar de su poder al ordenar la detención sino que actuó “con un aparente exceso no intencional en la creencia de que estaba cumpliendo con su deber”.