“Nos quieren culpar de la pobreza para no hacerse cargo del despilfarro de la política. Es un año electoral y nos tenemos que preparar para ser los culpables de todo. Pega bien ese discurso. Hay que preguntarle a Alberto Fernández si los empresarios avaros son los que no pagaron el impuesto a la riqueza o los que se quedaron con empresas evadiendo impuestos”. Así de picante estuvieron las conversaciones del fin de semana entre varios empresarios de primer nivel que empiezan a notar con preocupación que van a ser el chivo expiatorio de las crisis económica en la que sigue sumergida la Argentina y que el discurso anti empresa es la excusa perfecta para el Gobierno de cara a las elecciones.

El viernes Alberto Fernández volvió a poner en la mira a los empresarios. Fue al anunciar el incremento de la tarjeta Alimentar. En su discurso, se quejó por el aumento de los precios en los alimentos. “Los poderosos terminan pasando la aspiradora sobre toda la ayuda que ponemos. Podemos analizar si es una solución que saquemos el IVA para los que reciben la Tarjeta Alimentar, pero, ¿qué aportan los empresarios en todo esto? Los sectores más pudientes en la Argentina ¿cuál es el aporte que hacen?”, disparó el Presidente en un tono encendido.

Pero no sólo puso su acusación en torno a la suba de precios, el Presidente los trató directamente de avaros al criticar a quienes recurrieron a amparos contra el Aporte solidario y extraordinario (conocido como impuesto a la riqueza o a las grande fortunas). “A los que pagaron debemos darles las gracias y lamentar el egoísmo de otros que dicen ‘en esta situación no me toque un centavo’”, sentenció.

No es la primera vez en el último tiempo que los empresarios se sienten apuntados por el Presidente. En los últimos 7 días lo hizo en otras dos oportunidades al hacer un replanteo del capitalismo en el que aprovechó para criticarlos.

El fin de semana ardieron los chats por Telegram entre los hombres de negocios. La mayoría indignados y con fuertes réplicas a la mirada del Presidente. Algunos (pocos) hasta con cierta decepción. Otros, aprovechaban para recriminar que era algo previsible que el Presidente terminara adoptando una postura más parecida a la de la vicepresidente como parte de la constante "confrontación ideológica" interna que tiene la coalición de gobierno. Es que muchos ven que la estrategia de Fernández es encontrar un culpable a la crisis (la pandemia sola ya pierde peso como argumento) y que poner a los empresarios como los “culpables” es un mensaje que puede prender, principalmente en un año electoral.

La “radicalización” de Fernández ante el empresariado genera un doble efecto: distanciamiento y temor a represalias. Es por eso que en los últimos meses los empresarios deciden casi no salir a hablar ni dar a conocer su parecer. “Vivimos momentos en que las críticas al Gobierno eran respondidas con operativos de la AFIP sobre las empresas, no sería raro que eso vuelva. Muchos hablan con hechos: directamente yéndose del país”, dice un empresario top del rubro de de servicios ante Data Clave.

Las críticas del viernes calaron hondo y muchos dejaron de tener duda respecto a que para el oficialismo, el empresariado, es un objetivo “conveniente” en campaña. Sin embargo, desde Casa Rosada aseguran que no hay ninguna apuesta electoral en la pelea y que son parte de las tensiones habituales que pasan todos los gobiernos. “Hay quejas porque la Secretaría de Comercio está imponiendo multas y porque se están regulando servicios que antes estaban librados. Hasta Macri tuvo tensión con el empresariado cuando puso algunos límites leves ya que no estaba en su naturaleza”, aseguran cerca del Presidente.

Los empresarios no sólo apuntan a Fernández. Cada día está más arraigada, entre ellos, la visión respecto a que es la misma política  la que es responsable de un sistema que genera pobreza. Y ahí, no hacen distinción partidaria. “Hace 40 años que tengo empresas en la Argentina, pagué todos los impuestos, inclusive el solidario. Pero la pregunta que hace el Presidente es al revés. Con toda la que pagamos los empresarios y los trabajadores, ¿cómo podemos tener esta pobreza? No saben administrar, dilapidan el esfuerzo de todos los argentinos y ahora quieren culpar a los empresarios”, fue otra reflexión que se escuchó desde un importante gatronómico.

El enojo de muchos, tiene que ver con el tipo de empresariado que, según creen, “es el que prefiere el kirchnerismo”. “Ellos apuestan a un capitalismo de amigos o directamente socios, que sean manejables, no independientes. Ellos quieren un Cristóbal López o Lázaro Baez, le huyen a un Techint o Mercado Libre”, remarca un industrial muy ofuscado.

“Hay distintos tipos de empresarios. Algunos hacen su fortuna no pagando impuestos, otros viven de ser contratistas del Estado y, para poder trabajar, tienen que pagar sobreprecios porque si no no le dan las obras en lugar de generar un sistema competitivo. Y eso es un problema del sistema manejado también por los políticos”, se quejaba un importante empresario industrial. 

“La mayoría de los empresarios grandes, chico y mediano pagamos impuestos. Ahora, ¿A quién le rindieron cuenta los políticos?, ¿dónde esta la plata malgastada?, ¿cómo hicieron para llegar a este lugar porque la pobreza es producto del trabajo de los políticos, no de los empresarios o de los trabajadores”, cierra un empresario que solía hablar con Alberto Fernández, inclusive ya como Presidente.

“Los empresarios argentinos invertimos en las peores condiciones desde hace tiempo: sin reglas económicas estables, con un sindicalismo que muchas veces conspira contra la producción, con un intrincado sistema tributario por mencionar alguna de las dificultades y, sin embargo, ahora no ponen mas que nunca como los malos de la película”, retruca.

Más allá del planteo respecto a las condiciones adversas para la inversión, los empresarios empiezan a ver que Fernández no va a ser el presidente que les tienda un puente. Algunos, con algo de optimismo, creen que el discurso virulento terminará con las elecciones. Otros, auguran que no hay marcha atrás y que la distancia entre el Presidente y el sector productivo será cada vez más grande.