El oficialismo y la búsqueda por "hacer equilibrio" en Comodoro Py
El reparto de la Cámara Federal es clave para la disputa de poder en la Justicia. El regreso de Eduardo Farah y el puesto vacante que debe definir Alberto Fernández. Algunos de ellos son criticados por su cercanía con el kirchnerismo.
Dos genuinos, dos prestados, dos próximos a llegar. El reparto de la Cámara Federal, lugar clave en la disputa de poder dentro de Comodoro Py parece que se completará por primera vez en muchos años. Al mismo tiempo, 2021 traerá nuevos dilemas y viejos conflictos. Dos salas, seis integrantes y mucha rosca dando vueltas.
Martín Irurzun fue elegido otra vez como presidente de la Cámara Federal y junto a Mariano Llorens son los dos que ostentan un cargo fijo dentro de esta estructura que tiene a su cargo la revisión de todas las investigaciones que pasen por Comodoro Py. Quienes decían que las acciones de Irurzun estaban en baja no pudieron anticipar su reelección como presidente. Llorens, mientras tanto, mantiene cierto grado de equidistancia. Sus votos en causas sensibles están a veces relacionados con posturas en contra de los intereses del oficialismo y a veces no.
El caso de los lugares prestados es muy conocido: Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi fueron trasladados durante el gobierno de Mauricio Macri a la Cámara Federal, el Gobierno actual impulsó su salida por considerar que no habían llegado de manera lícita y la Corte terminó por dejarlos allí pero solo de manera transitoria. Sus lugares serán ocupados a través de un concurso que arrancará formalmente el próximo 26 de febrero.
Sin embargo, Bruglia y Bertuzzi decidieron redoblar la apuesta y llevar su caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un organismo internacional dentro del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Su objetivo es que la comisión suspenda los concursos y ellos puedan quedarse en su lugar. La jugada parece más para “la tribuna” que para conseguir un resultado real. Los tiempos tanto de la Comisión como de la Corte son muy largos y solo interviene ante casos de relevancia institucional y vulneración de los derechos humanos por parte de los estados.
Hace poco más de una semana, el Consejo de la Magistratura le dio el okey a la vuelta de Eduardo Farah a su lugar en la Cámara, después del doble traslado de 2018. Para recapitular: Farah fue el que votó (junto con el ahora jubilado Jorge Ballesteros) que Cristóbal López y Fabián De Sousa debían estar procesados pero en libertad. Eso les valió a ambos magistrados denuncias y presiones. Farah finalmente abandonó la Cámara vía dos traslados que lo llevaron primero al fuero penal económico y después a un tribunal federal de San Martín. Cuando comenzaron a revisar todos los traslados, Farah pidió volver a su lugar de origen e insistió luego del fallo de la Corte. Lo único que falta para cristalizar su regreso es que el Ejecutivo firme el decreto.
Será Alberto Fernández el que deba definir el otro lugar que queda disponible en la Cámara. La terna está integrada por el juez en lo Penal Económico Diego Amarante en el primer lugar, el abogado Roberto Boico en el segundo y el juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla, tercero. Este último ya fue elegido como el candidato para el juzgado electoral de La Plata y atravesó el lunes 21 su audiencia en el Senado.
Boico, al que critican ciertos sectores por su cercanía al kirchnerismo, suena como el máximo candidato para la Cámara. Cabe resaltar que Boico ya concursó para otros lugares durante el macrismo: siempre quedó muy bien posicionado pero nunca fue elegido. Incluso toda la tramitación de este concurso de la Cámara se hizo durante el macrismo, por lo que no se puede decir ni de cerca que haya existido algún favoritismo hacia él.
El cálculo que hacen en el oficialismo es conseguir neutralizar un poco la injerencia de Irurzun a través de las llegadas del nuevo candidato (Boico tendría que atravesar la instancia del Senado pero el Gobierno tiene mayoría suficiente como para aprobarlo) y el regreso de Farah. Mientras tanto, en el Consejo aceleran los trámites para que los concursos por los lugares de Bruglia y Bertuzzi se hagan lo más rápido y transparente posible. La idea de una Cámara Federal que aplique criterios más del derecho y no tan políticos es uno de los objetivos del presidente.