El debate interno de Kicillof: entre la necesidad de conducir PBA y la urgencia de ser oposición nacional
El impacto de las políticas nacionales en la gestión provincial obligó al gobernador a reposicionarse y dar una batalla a dos frentes. ¿Empuje o desgaste? La presión de los intendentes para confrontar hacia arriba.
El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, inauguró este martes el 152 periodo de sesiones ordinarias en la Legislatura ante referentes nacionales, provinciales y de los distintos distritos que componen la Provincia. En su discurso, el mandatario puso el foco en exponer cómo las decisiones del gobierno nacional impactan de manera directa no solo en su gestión sino también en la de los intendentes.
Kicillof se tomó el tiempo necesario para exponer los diferentes avances realizados durante su primer tiempo como gobernador, pero sin dejar de lado una dura crítica a la gestión de Javier Milei como presidente. Cabe recordar que el cuarto intermedio solicitado el viernes para poder llevar adelante la Asamblea Legislativa este martes estuvo vinculado a algo que el gobernador siente como una urgencia: ser la representación de la oposición nacional.
El mandatario provincial entiende que es muy difícil llevar adelante una gestión como la que pretende con un gobierno nacional que apunta a recortar a toda costa. “El ajuste sólo produce un resultado: dolor, desintegración, frustración, desigualdad, precariedad. Nunca un ajuste es inevitable, jamás el dolor y el sufrimiento de los que ya sufren es el remedio para nuestros problemas. Nuestro pueblo ya hizo demasiados sacrificios. No queremos motosierra ni ajuste. Queremos más inversión para seguridad, salud y educación. Austeridad para gobernar sí, sacrificios inconducentes para el pueblo, no”, afirmó Kicillof.
El gobernador enfrenta así el duro desafío de liderar una provincia que, como expresó en su discurso, ya sufrió el recorte de diferentes tipos de planes que son esenciales para llevar adelante las políticas públicas que pretende. Es por esto que fijó su mensaje hacia arriba. Y, cada vez que pudo, golpeó. No solo para responder en torno a su presencia o no en el Pacto de Mayo sino también para exponer sus condiciones. En este caso siete.
Como era de esperar, este reposicionamiento no cayó bien en la oposición que sintió que el gobernador utilizó el tiempo para dirigirse a los bonaerenses en contestarle al Presidente. Algo que, como le manifestó a este medio uno de los líderes de los bloques opositores de la Provincia, Claudio Frangul (Acuerdo Cívico-UCR+GEN), a este medio “si quiere discutir que lo haga en los medios”.
Las ausencias en la oposición fueron muchas. Incluso Data Clave intentó saber la opinión de diferentes intendentes de Juntos por el Cambio y la respuesta más escuchada fue que no había escuchado su discurso. Además, varios legisladores tomaron la decisión de no presentarse en la Legislatura con el fin de expresar su descontento con el cambio de día. “Kicillof necesita hacerse el guapo y, a su vez, ordenar el peronismo que hoy es un despelote”, le dijo a este medio uno de los ausentes, el diputado de la Coalición Cívica, Lucho Bugallo.
Y en esa frase hay parte de una realidad: el peronismo hoy no encuentra orden. Y las diferencias internas existen. Quedan a la vista por más que se intenten unir, se despegan. De ahí la necesidad de un grupo de intendentes de salir a bancar con fuerza la exposición de Kicillof. Allí estuvieron unidos en el palco bien al frente Jorge Ferraresi y Fernando Espinoza, dos de los intendentes que llevan adelante la avanzada para que el gobernador se convierta en el principal referente de la oposición nacional.
“Para nuestra gestión, gobernar es defender y ampliar los derechos de nuestros vecinos y vecinas. Priorizamos, siempre, al pueblo. Cómo dijo Axel, somos el verdadero gobierno de la transformación y del progreso. Pero hay un obstáculo, las políticas del gobierno nacional”, manifestó el intendente de Avellaneda tras el discurso de Kicillof.
La liga de jefes comunales que acompaña a Axel quiere dar la pelea nacional en pos de comenzar a armar a futuro su propia red provincial. El objetivo es simple: Kicillof para confrontar hacia arriba y ellos para dar la compulsa provincial e, incluso, hacia adentro del partido donde ya se plantaron como una opción en corazón del kirchnerismo.
Lo que resta por saber es cómo se desdoblará el gobernador para llevar adelante dos roles que implican una fuerte presencia y una rápida respuesta. El tiempo lo dirá.