Dura acusación de CFK a la Corte: “No extrañaría que dicte fallos para extorsionar al gobierno”
A través de una carta, la vicepresidenta reivindicó su gestión en el Senado. También respaldó al presidente Alberto Fernández por el esfuerzo contra las "dos tragedias", en referencia la herencia recibida y la pandemia. Pero el eje del documento estuvo en los cuestionamientos a la Corte Suprema y el Poder Judicial.
Este jueves se cumple un año de Alberto Fernández como presidente. El martes fue turno de Juntos por el Cambio de realizar un balance de estos meses, en un documento que título “un año de falsas promesas”. Este miércoles fue el turno de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
No fue un balance puntual del Presidente y su principal socio del frente de Todos, sino que fue un repaso de la gestión de los tres poderes del Estado, y comenzó con el Congreso, en el rol que ocupa como presidenta del Senado.
En la carta, la vicepresidenta dedicó 1917 caracteres sobre su gestión en el Senado, 815 caracteres sobre la gestión del Ejecutivo y 5635 caracteres sobre la Justicia.
Respecto al Congreso, escribió: "Aprobamos 40 leyes y dimos media sanción a 87 proyectos de ley que fueron remitidos a la Cámara de Diputados. Entre ellos, todos los proyectos enviados por el Poder Ejecutivo al Senado". "Cumplimos, como siempre, con todas nuestras responsabilidades", resaltó.
Luego siguió con el Ejecutivo, al señalar que “sin duda ha hecho un gran esfuerzo para afrontar dos tragedias. Una anunciada y otra inesperada. La primera: la economía arrasada del macrismo. La segunda: la pandemia inédita”. Destacó la renegociación de la deuda y las políticas sociales para sostener la crisis.
“Sin embargo, no se puede decir lo mismo del otro Poder del Estado: el Poder Judicial. Representado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la actuación de ese poder no hizo más que confirmar que fue desde allí, desde donde se encabezó y dirigió el proceso de Lawfare”, es el primer párrafo del fragmento más extenso de la carta, y que lo dedica a cuestionar a la Justicia.
Más adelante dirá que no deberá sorprender si "empieza a dictar fallos de neto corte económico para condicionar o extorsionar a este gobierno".
Entre los más de 5 mil caracteres dedicado a este poder, incluyó varios nombres propios. Sobre el presidente del Máximo Tribunal, Carlos Rosenkrantz, señaló que "es uno de los dueños del estudio jurídico cuya cartera de clientes esta conformada por los principales grupos empresarios argentinos y extranjeros en el país". Respecto a Elena Highton de Nolasco, de las que mejor relación tiene con el Ejecutivo, dijo, sin mencionarla, que se mantiene en el cargo en una "abierta violación a la jurisprudencia de la misma Corte Suprema y a lo dispuesto por la Constitución Nacional".
Y un párrafo a parte le dedica al expresidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, aunque sin nombrarlo: "Este mismo integrante de la Corte, el que se fotografiaba con Moro y Bonadío, fue Presidente de ese cuerpo hasta el año 2018 y en una reunión de jueces federales de Comodoro Py, les aseguró que todas las instancias superiores les iban a confirmar y convalidar todas las decisiones de primera instancia que dictaran contra los dirigentes y ex funcionarios kirchneristas. Lawfare al palo".
Coherente con la posición que CFK ha tenido respecto a la Corte, y las tensiones que han mantenido, la vicepresidenta dedica, en el desenlace de la carta, un fuerte párrafo contra la Justicia y la Corte Suprema: “De los tres poderes del Estado, sólo uno no va a elecciones. Sólo un Poder es perpetuo. Sólo un Poder tiene la palabra final sobre las decisiones del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo. Además de tener la palabra final sobre la vida, el patrimonio y la libertad de las personas por encima del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo. Si además de todo eso, ese Poder sólo es ejercido por un puñado de funcionarios vitalicios que toleraron o protegieron la violación permanente de la Constitución y las leyes, y que tienen, además, en sus manos el ejercicio de la arbitrariedad a gusto y piacere, sin dar explicaciones a nadie ni estar sometidos control alguno”.